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El Bolonia gana la Copa Italia 51 años después ante el Milan
El AC Milan desaprovechó una oportunidad importante ante el Bolonia.
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El Bolonia escribió una página dorada en su historia al conquistar la Coppa Italia 51 años después, gracias a una actuación sólida y un solitario gol de Dan Ndoye al inicio del segundo tiempo. La última vez que el club había levantado este trofeo fue en la temporada 1973-74, y su consagración este año llega tras una campaña notable bajo la dirección de Vincenzo Italiano.
El Milan, por su parte, prolongó su maldición en esta competencia. No gana la copa desde 2003, cuando tenía a Carlo Ancelotti en el banquillo. A pesar de llegar como favorito, volvió a quedarse corto en un partido decisivo.
La primera parte fue muy intensa, con ambos equipos luchando por algo más que un título: un boleto a la próxima Europa League. Luka Jovic tuvo en sus pies la mejor ocasión para el Milan, con un doble remate a quemarropa que fue salvado milagrosamente por el portero Skorupski y su defensa.
Por el lado del Bologna, Miranda fue una de las figuras destacadas, generando peligro con centros medidos desde la izquierda. A pesar de varias llegadas, el gol no se concretaba. Un polémico momento llegó cuando Rafael Leão fue derribado en una contra clara por Ferguson, quien solo vio la tarjeta amarilla, desatando la furia del atacante portugués y sus compañeros.
En la reanudación, el Bologna no tardó en golpear. Un balón suelto dentro del área cayó en los pies de Ndoye, que controló y definió con precisión para el 0-1. Su celebración frente a la grada del Olímpico de Roma fue reflejo de la emoción contenida durante más de medio siglo.
Italiano blindó el resultado con cambios defensivos, incluyendo el ingreso de Casale y Calabria, que cerraron los espacios a un Milan sin respuestas. Ni los ingresos de Joao Félix ni de Santi Giménez lograron revitalizar a un conjunto que se mostró sin ideas y apagado en la segunda parte.
Aunque los de Conceiçao intentaron reaccionar en los minutos finales, nunca tuvieron una oportunidad clara para empatar. El pitazo final desató la euforia en el banco del Bologna, que selló una victoria histórica y condenó al Milan a cerrar la temporada sin títulos y con la clasificación europea como único consuelo posible.