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Donald Trump recibe a Nayib Bukele para afianzar su cercanía política y blindar pacto migratorio
Bukele es el primer presidente latinoamericano en llegar a la Casa Blanca en el segundo mandato de Trump.
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Donald Trump recibe este lunes 14 de abril en la Casa Blanca al presidente salvadoreño Nayib Bukele, una pieza clave desde que acordó encarcelar, a cambio de dinero, a migrantes expulsados de Estados Unidos.
En su plataforma Truth Social, el republicano afirmó este fin de semana que lo espera “con ansias”.
“El presidente Bukele ha aceptado con generosidad bajo su custodia a algunos de los enemigos extranjeros más violentos del mundo”, escribió.
Desde mediados de marzo, el magnate ha expulsado al país centroamericano a más de 250 migrantes, la gran mayoría venezolanos, invocando la Ley de Enemigos Extranjeros de 1798, que hasta entonces solo se había utilizado en tiempos de guerra.
Los últimos 10 llegaron el fin de semana del 13 de abril, según el jefe de la diplomacia estadounidense, Marco Rubio.
Por el primer grupo de más de 200, Washington pagó aproximadamente US$6 millones, según la Casa Blanca. Lo que cuesta recluirlos en una megacárcel.
Las deportaciones abrieron un frente judicial, debido a que Washington acusa a los migrantes de pertenecer a la organización criminal venezolana Tren de Aragua o a la pandilla MS-13, sin aportar pruebas.
Hasta el momento, el gobierno reconoció haber expulsado al salvadoreño Kilmar Ábrego García por un “error administrativo”, pero da largas a los jueces que le piden que lo traiga de vuelta.
“Presidente B”
“El futuro de los expulsados depende del presidente B y su gobierno”, declaró Trump en su plataforma.
Hay confianza en el trato. El dirigente de la primera potencia mundial llama “presidente B” a Bukele, quien en su día se describió como un “dictador cool” para defenderse de quienes lo acusan de autoritarismo.
En su cuenta de la red social X, la Secretaría de Prensa de la Presidencia salvadoreña presume de que El Salvador se posiciona como “un aliado estratégico” de Estados Unidos en Centroamérica.
Será el primer presidente latinoamericano en pisar el Despacho Oval de la Casa Blanca en el segundo mandato de Trump, quien ha recibido a otros, pero en su residencia privada de Florida.
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El encuentro se celebra en medio del huracán arancelario de Trump, del que no se ha librado El Salvador. Paga el 10% mínimo universal impuesto por Washington a todos sus socios para reducir el déficit comercial, sanear las finanzas públicas y relocalizar muchas actividades industriales.
Estados Unidos es el principal destino de las exportaciones salvadoreñas, sobre todo de ropa, condensadores eléctricos, azúcar y café, según el Banco Central de El Salvador.
Los 2.5 millones de salvadoreños que viven en Estados Unidos son un sostén para la economía de su país por las remesas que envían.
El Salvador recibió US$8 mil 480 millones en remesas familiares en 2024, el 23% del PIB del país.
En enero y febrero, las remesas crecieron 14.2% en relación con los mismos meses de 2024, debido al temor a las deportaciones de migrantes, según los economistas.
Aunque Trump prometió deportaciones masivas de migrantes en situación irregular, El Salvador parece disfrutar de un trato de favor.
El millonario acabó con programas humanitarios para migrantes de Cuba, Haití, Nicaragua y Venezuela, y con el Estatus de Protección Temporal (TPS) para venezolanos.
Del nivel 2 al 1
Pero el TPS para los salvadoreños sigue en pie, a pesar de ser un amparo para extranjeros que no pueden regresar de manera segura a su país y, según Washington, El Salvador es “ultraseguro”.
Tanto es así que este mes el Departamento de Estado lo pasó del nivel 2, que compartía con países como España o Francia, al 1, el mejor, un guiño para la industria turística salvadoreña.
Una prueba más de que atrás quedó el recelo del gobierno del expresidente demócrata Joe Biden hacia el país centroamericano.