El desarrollo inmobiliario y la construcción se han consolidado como motores clave de la economía guatemalteca, generando miles de empleos y aportando significativamente al Producto Interno Bruto del país.

Este sector económico no solo construye viviendas y oficinas, también edifica progreso.

Según un reciente estudio de la Asociación de Desarrolladores Inmobiliarios de Guatemala (ADIG), este sector representa una pieza clave para la economía nacional, generando empleo, dinamismo territorial y una huella económica significativa.

Desarrollo inmobiliario en Guatemala: un pilar económico

El sector de desarrollo inmobiliario y construcción aportó Q100 millones 700 mil al Producto Interno Bruto (PIB) del país en el 2024, lo que equivale al 11.9% de la economía guatemalteca.

Este dato posiciona a la industria como el tercer motor económico de Guatemala, solo superado por el comercio y la manufactura.

Además, la facturación del sector ha tenido un crecimiento constante en la última década, duplicándose hasta alcanzar los Q142 mil millones. Esto representa un incremento del 107% en 10 años, lo que evidencia su potencial de crecimiento sostenido.

Más metros construidos: un indicador del dinamismo

Entre el 2013 y el 2024 se autorizaron más de 40 millones de metros cuadrados de construcción en Guatemala, con un promedio de 3.7 millones por año.

El departamento de Guatemala concentra el 71% de estas autorizaciones, aunque también destacan los aumentos en Baja Verapaz, Petén y Suchitepéquez, donde se ha reportado un crecimiento anual superior al 100% en ciertas ocasiones.

El sector inmobiliario es uno de los principales generadores de empleo

El impacto laboral del desarrollo inmobiliario también es contundente. En el 2024, esta industria genera:

• 499 mil 899 empleos directos

• Hasta 2 millones de empleos indirectos

• Q30 millones 149 mil en salarios anuales

Según datos del estudio, más de 232 mil trabajadores del sector están registrados en el IGSS, lo que evidencia su alto nivel de formalización.

Los salarios promedio también reflejan el valor del capital humano en esta industria: en servicios inmobiliarios, el ingreso mensual promedio asciende a Q5 mil 365, mientras que en construcción es de Q3 mil 947.

Diego Rivera, integrante de la Junta Directiva de la Asociación de Desarrolladores Inmobiliarios de Guatemala (ADIG), subraya la importancia de la capacitación técnica: contar con una certificación, como las que ofrece el Instituto Técnico de Capacitación y Productividad (Intecap), puede incrementar el salario entre un 10% y 15%, al demostrar habilidades especializadas que aportan mayor valor a la obra.

Rivera resalta que cada proyecto inmobiliario puede extenderse entre 3 y 7 años, dependiendo de su magnitud, lo cual garantiza empleos estables durante largos periodos.

Una huella económica que abarca todo el país

La huella económica total del sector inmobiliario en Guatemala asciende a Q207 millones 700 mil anuales, representando el 23.7% del PIB nacional.

Es decir, uno de cada cuatro quetzales generados en la economía está relacionado con este sector.

El departamento de Guatemala concentra el 80% de esta huella, con Q167 mil 331 millones.

Sin embargo, las ciudades intermedias también continúan atrayendo inversión en desarrollo inmobiliario. Departamentos como Quetzaltenango, El Progreso, Suchitepéquez, Alta Verapaz y Escuintla registran una participación cada vez más relevante en la dinámica del sector.

Una industria estratégica con amplio potencial

El Estudio de Impacto Económico del Desarrollo Inmobiliario demuestra que esta actividad no solo transforma el entorno urbano, sino que impulsa el crecimiento sostenible del país.

Genera empleo, promueve inversión y mejora la calidad de vida de miles de familias guatemaltecas.