¿Por qué el primer amor deja una huella imborrable? Esto dice la psicología

¿Por qué el primer amor deja una huella imborrable? Esto dice la psicología

La huella que deja el primer amor va más allá de una emoción pasajera; se convierte en un vínculo profundo que el cerebro no logra borrar. ¿Por qué esa conexión suele perdurar más que otras? Esto dice la psicología.

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30/05/2025 17:00
Fuente: Prensa Libre 

A pesar del paso del tiempo, los nuevos vínculos y la distancia, el primer amor permanece en la memoria con una intensidad singular. Según la psicología, ese recuerdo se arraiga debido a las conexiones emocionales y neuronales que se forjan al inicio de una etapa decisiva en la vida afectiva.

Es común que las personas, en el transcurso de su vida, experimenten pequeños flashbacks o evocaciones de su primer amor, ya sea por un momento, objeto o lugar que les remita a esa persona, o bien por las emociones vividas o idealizadas en ese vínculo.

Ximena Fuentes, psicóloga clínica y de pareja, explica que este recuerdo se debe principalmente a que esa primera experiencia está basada más en el aprendizaje que en los sentimientos.

Al ser la primera vez que se experimenta el amor, el cerebro registra un alto nivel de sensaciones que, posteriormente, se buscan replicar en otras relaciones afectivas, incluso si estas se ven marcadas por la ruptura inicial.

Para algunas personas, ni el tiempo ni nuevas relaciones logran superar las emociones que afloraron en esa etapa de ilusión, intensidad e idealización. No solo se recuerda a la persona, sino también la forma en que se vivió ese amor.

Cristina Aguillón Solís, especialista en neurociencia de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), citada por Nmás, indica que el primer amor “flecha” al hipocampo, una zona cerebral ubicada en el lóbulo temporal, clave para la memoria y el aprendizaje. Esta área es responsable de almacenar y recuperar recuerdos y sensaciones, y junto con el sistema límbico —centro de las emociones—, guarda con intensidad las primeras vivencias afectivas.

“El primer amor es un recuerdo muy hermoso y funciona como una máquina del tiempo, porque te permite reflexionar sobre lo que te gustaba a los 20 y lo que ahora valoras a los 30. Nos ayuda a definir lo que buscamos para el futuro”, señala Aguillón.

Por su parte, Ximena Fuentes resalta que el primer amor no necesariamente es el que más se ha querido o en el que más se ha sido correspondido, sino que su relevancia radica en las lecciones emocionales que deja. Esta experiencia permite explorar por primera vez sentimientos como el amor, los celos y la nostalgia.

Desde la psicología y la teoría del apego, el primer amor puede ser difícil de olvidar por razones que trascienden lo emocional. Algunas de ellas son:

Según la neurociencia, el primer amor permanece en los recuerdos almacenados en el hipocampo, área del cerebro asociada con la memoria y las emociones. (Foto Prensa Libre: Shutterstock)

1. El primer amor es una experiencia formativa

Según Fuentes, esta vivencia suele remontarse a la adolescencia o la adultez temprana, periodos en los que el cuerpo, el cerebro y las emociones se encuentran en transformación. Durante esa etapa, las emociones se viven con mayor intensidad y el cerebro es especialmente receptivo a nuevas experiencias.

De este modo, compartir el primer beso, las primeras caricias e incluso una ruptura establece un precedente emocional que influye en futuras relaciones.

Se le denomina también “amor formativo”, pues esa pareja se convierte en una figura clave en el aprendizaje afectivo y en la construcción de la madurez emocional.

2. Activación del sistema de apego

Otra de las razones que explican los flashbacks asociados al primer amor es la activación del sistema de apego que se estableció a nivel romántico. Este vínculo se define por la seguridad, la conexión física y emocional que se experimentó con esa primera pareja, a quien muchas veces se entrega el afecto de forma total, sin temor a salir lastimado.

Ximena Fuentes, psicóloga clínica, menciona la teoría del apego formulada por John Bowlby y Mary Ainsworth, la cual sostiene que las personas desarrollan un apego hacia su primer amor por tratarse de la primera manifestación de afecto romántico que han vivido. Al romperse este vínculo, puede generarse ansiedad y una sensación de pérdida difícil de superar.

Es por ello que, en momentos de distancia emocional con una nueva pareja, o ante el recuerdo de una relación cercana, el primer amor vuelve a la memoria. Esta figura representó el primer lazo de apego romántico y, en muchos casos, también fue quien lo rompió, generando un temor inconsciente a revivir ese dolor.

“El otro se convierte en una figura de apego, similar a lo que ocurre con los cuidadores en la infancia, por lo que la separación puede vivirse como una forma de pérdida significativa”, destaca Fuentes.

3. Impronta emocional y memoria

Las experiencias tempranas en el amor son otra de las razones que hacen que el primer amor sea imborrable. Ximena Fuentes explica que, desde la neuropsicología, las vivencias emocionales intensas se consolidan con mayor fuerza en la memoria a largo plazo, especialmente si están acompañadas de emociones como la euforia, la ansiedad, el deseo o la tristeza.

Esta revolución emocional, característica de la adolescencia, cumple todas las condiciones para que esa persona permanezca aún más en la memoria del individuo, ya que se crean conexiones durante momentos de transformación, cuando la mente y las emociones se encuentran a flor de piel.

El primer amor se distingue por ser un momento idealizado que, lejos de representar la mejor experiencia, constituye una etapa de aprendizaje. (Foto Prensa Libre: Shutterstock)

4. El sistema de recompensa recuerda a un amor idealizado

Dentro del estudio neuropsicológico, se ha determinado que estímulos como los generados por el sistema de recompensa activan de forma intensa neurotransmisores como la dopamina y la oxitocina. Esto le enseña al cerebro que, al amar, recibirá abrazos, muestras de afecto o detalles como respuesta al vínculo emocional.

“Esto refuerza la conexión emocional y puede hacer que recordemos ese amor de una manera idealizada, incluso muchos años después”, comentó Fuentes.

La psicóloga también explicó que el primer amor suele ser más recordado porque se encuentra idealizado. “Es decir, el primer amor suele ser menos realista y más idealizado, porque aún no hay experiencias previas que ayuden a tener expectativas más ajustadas a la realidad”.

Este valor emocional incrementa con la nostalgia, ya que el cerebro interpreta esta vivencia como una relación “pura” o “auténtica”, aunque no necesariamente haya sido madura, emocionalmente estable, la mejor o la más duradera.

El recuerdo de la primera ruptura

Dentro de los recuerdos más significativos del primer amor se encuentran las sensaciones que dejó la ruptura.

Fuentes destacó que esta forma parte integral de la primera experiencia amorosa, ya que afecta el sentido de apego, rompe el aprendizaje inicial sobre el amor e inicia la vivencia del desamor o la pérdida romántica.

“Si el primer amor termina, especialmente si fue abrupto o doloroso, puede dejar una marca emocional que se asocia con pérdida y duelo, afectando la manera en que se configuran relaciones futuras”, finalizó la experta.

En momentos de distancia emocional con una nueva pareja, o ante el recuerdo de una relación cercana, el primer amor vuelve a la memoria. (Foto Prensa Libre: Shutterstock)

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