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Calificación crediticia de Estados Unidos
El FMI opinó que los aranceles o las barreras no arancelarias no son soluciones adecuadas.
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Los Estados Unidos de América (EUA) es la economía más grande del mundo, medida por su producto interno bruto (PIB), con US$26.9 billones (millón de millones), mientras su más cercano competidor, China, alcanzó los US$19.4 billones. De lejos siguen Japón, con 4.4; Alemania, con 4.3; India, con 3.7; Reino Unido, con 3.2 billones de dólares de PIB, respectivamente.
Estos datos contextualizan la importancia global de la economía estadounidense, principal socio comercial de Guatemala, siendo de nuestro interés conocer sus fortalezas y debilidades. El viernes pasado, Moody´s Rating (Moody), calificadora de riesgo crediticio soberano, rebajó la calificación perfecta de triple A que otorgaba a los EUA desde 1917, bajándola de Aaa (equivalente a AAA de las otras calificadoras Standard & Poor’s y Fitch Ratings) a Aa1, que es la forma como se codifica para orientación de los inversionistas sobre el grado de confianza que inspira una economía en que cumplirá con sus obligaciones crediticias en el futuro.
En el nuevo escalón que Moody ubicó a los EUA, le dio una perspectiva estable, debido a sus fortalezas crediticias excepcionales, el tamaño, la resiliencia y el dinamismo de su economía, así como por el papel del dólar estadounidense como moneda de reserva mundial; siempre y cuando, señala la calificadora internacional, se mantenga la larga historia de una política monetaria independiente del banco central (Reserva Federal) y las características institucionales, incluida el respeto al estado de derecho y la separación constitucional entre los tres poderes del Estado, que contribuyen a la eficacia de las políticas a largo plazo.
Mientras no exista una alternativa creíble al dólar estadounidense como moneda de reserva mundial, todavía podría postergarse la preocupante situación de las finanzas públicas de los EUA.
No hay sorpresa alguna porque el abultado déficit fiscal del Gobierno federal de los EUA de 6.4% respecto del PIB, se estima que llegará a 9% en 2035, por el pago de intereses de la deuda, el aumento del gasto de prestaciones sociales y la relativamente baja generación de ingresos. Solo el pago de intereses absorberá el 30% de los ingresos para 2035; pero, mientras no exista una alternativa creíble al dólar estadounidense como moneda de reserva mundial, todavía podría postergarse la preocupante situación de las finanzas públicas de los EUA.
EUA, en su relación comercial con el resto del mundo, que hasta 1970 era apenas el 10% del PIB, ahora supera el 25%, resultado del libre mercado y la globalización. La situación de los EUA, aunque no desesperada, exige decisiones prontas y relevantes mediante un aumento sustancial de los ingresos públicos o una reducción del gasto (o ambos); revertir el nivel de endeudamiento y los déficits federal y comercial, que, a su muy peculiar modo, disruptivo, quizás a la desesperada, pretende afrontar la administración del presidente Trump.
Pero, al revisar la economía de los EUA en julio de 2024, al referirse a prácticas comerciales desleales, fragilidades en la cadena de suministros y la seguridad nacional, el Fondo Monetario Internacional (FMI) opinó que los “aranceles, las barreras no arancelarias y las disposiciones sobre contenido nacional no son las soluciones adecuadas, ya que distorsionan los flujos comerciales y de inversión y corren el riesgo de crear una pendiente resbaladiza que socava el sistema multilateral de comercio, debilita las cadenas de suministro mundiales y estimula las medidas de represalias de los socios comerciales”. Más bien, el FMI sugería “eliminar los obstáculos al libre comercio y, en cambio, tratar de impulsar la competitividad a través de inversiones en capacitación de trabajadores, programas de aprendizaje e infraestructura”.