Las manifestaciones continúan este miércoles 18 de junio en Lívingston, Izabal, donde pobladores bloquean el paso de vehículos en el kilómetro 279.5 de la ruta CA-13, aldea San Antonio Sejá.

La Dirección General de Protección y Seguridad Vial indicó en su reporte que el bloqueo comenzó el 16 de junio en el referido kilómetro.

Según reportes de medios locales, los manifestantes rechazan un proyecto minero en el sector. Además, han compartido imágenes en las que se observan largas filas de vehículos en la carretera, en su mayoría del transporte pesado.

Los manifestantes han colocado toldos y troncos sobre la carretera para impedir la movilidad vehicular. Según los mismos medios, los pobladores piden la cancelación de licencias autorizadas para la actividad minera en ese municipio.

El 16 de junio, el Ministerio de Ambiente y Recursos Naturales (MARN) informó que el 24 de abril asistió a una citación de diputados distritales de Izabal para escuchar las preocupaciones de representantes de 53 comunidades de Lívingston sobre el posible impacto ambiental de la actividad minera en la Sierra Santa Cruz, fuente de agua para estas comunidades.

El MARN afirmó que, como respuesta, se comprometió a inspeccionar los 10 proyectos mineros (dos de explotación y ocho de exploración) que recibieron licencia ambiental en 2023 pero que aún no cuentan con licencia de operación del Ministerio de Energía y Minas.

Indicó que las inspecciones en el área boscosa donde se ubican estos proyectos concluyeron el 15 de mayo. Según la entidad, el 16 de junio envió los informes de inspección a todas las partes interesadas, tal como se había acordado.

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Sin embargo, según pobladores, el MARN no se ha presentado a la mesa de diálogo en la que participan representantes de las comunidades inconformes con la actividad minera.

Ante la manifestación, la Cámara de Industria de Guatemala manifestó su rechazo a cualquier tipo de bloqueo, los cuales “no solamente afectan al sector industrial, sino a otras actividades como educativas, de comercio y, en general, a los guatemaltecos”.

“Los efectos negativos repercuten en los costos de la cadena productiva y, por ende, encarecen los precios de los productos de la canasta básica”, añadió.

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