La calificadora de riesgo Standard & Poor’s, una de las tres más importantes del mundo, elevó la calificación crediticia soberana a largo plazo, de Guatemala de BB a BB+ con perspectiva estable, aunque destaca retos a enfrentar.

Esto significa que Guatemala está más cerca de obtener el grado de inversión, quedando a un escalón de BBB-, la décima calificación dentro las que se otorgan en el grado de inversión.

S&P Global Ratings informó en un comunicado, este viernes 23 de mayo, que Guatemala sube de ‘BB’ a ‘BB+’ por su resiliencia económica.

La calificadora explica que Guatemala mantiene políticas macroeconómicas conservadoras, con el nivel más bajo de deuda pública neta de América Latina, a pesar de posibles episodios de incertidumbre política.

Destaca que pese al contexto de la actual incertidumbre económica mundial, considera que “Guatemala cuenta con sólidas reservas externas y fiscales para gestionar choques externos negativos”.

RETO PARA GUATEMALA

Aunque se anuncia una mejora en la calificación crediticia, S&P adelanta que en un escenario negativo, dicha calificación podría ser rebajada en los próximos 12 a 14 meses, en el caso de un posible deterioro en el comercio mundial y que, las remesas familiares pudieran socavar la trayectoria del crecimiento del Producto Interno Bruto (PIB) a mediano plazo.

Esto, podría limitar la capacidad del gobierno para mantener las políticas macroeconómicas conservadoras y estructuralmente deteriorar su balance externo.

“También podríamos bajar las calificaciones si se produce un aumento sustancial del déficit fiscal y la deuda para financiar gastos operativos, en lugar de mejorar la infraestructura del país”, advirtió S&P.

Por el lado contrario, en un caso positivo, S&P indicó que podría elevar las calificaciones en los próximos 12 a 24 meses si observa indicios sólidos y prolongados de que el gobierno y el Congreso pueden colaborar de forma consistente en iniciativas políticas para mejorar la resiliencia de su modelo económico y aumentar el nivel de riqueza de su población.

La calificadora explica que esto podría aumentar la confianza de los inversionistas y generar un crecimiento económico superior al esperado, un mayor ingreso per cápita y mejores indicadores sociales.

S&P refiere que la perspectiva estable deriva luego de observar que ante la incertidumbre mundial, en el país prevalecerán políticas macroeconómicas cautelosas durante los próximos años, respaldadas por reservas externas y fiscales.

TRAYECTORIA ESTABLE

La calificadora reconoció que las calificaciones ‘BB+’ que ha obtenido Guatemala durante varios años “reflejan su trayectoria de estabilidad macroeconómica y resiliencia económica”.

Así mismo, resaltó que los déficits fiscales manejables, la deuda neta muy baja, el sólido perfil externo y el historial de una política monetaria sólida constituyen fortalezas crediticias clave.

En cuanto al crecimiento económico, S&P prevé que este sea del 3% al 3.5% anual durante el período 2025 a 2028. También estima que la sólida política monetaria del Banco de Guatemala mantendrá la inflación anclada en torno a su objetivo del 4% en su valor central.

Además, la calificadora considera que ante las políticas migratorias restrictivas de EE.UU. se podría esperar que el ritmo de remesas familiares se estabilice y el monto anual que el país reciba se quede por debajo del 20% del PIB en los próximos años.

No obstante, también se señala que el país enfrenta importantes necesidades sociales y de infraestructura que limitan sus perspectivas de crecimiento.

Los analistas de S&P recordaron que en la calificación también se considera el desempeño de las instituciones públicas de Guatemala, con relación a “la percepción de corrupción históricamente alta y un entorno político desafiante que limita la eficacia de la formulación de políticas”.

En ese sentido, la calificadora puntualizó que “Las disputas internas entre el gobierno y la Fiscalía General de la República ponen de manifiesto los desafíos para la gobernabilidad.”

EFECTO DONALD TRUMP

En el informe de S&P Global Ratings sobre la calificación de Guatemala, también se menciona el escenario de incertidumbre en torno a la implementación de políticas por parte de la administración estadounidense al mando de Donald Trump y sus respuestas, específicamente en lo que respecta a los aranceles.

Así también, ante el posible efecto en las economías, las cadenas de suministro y las condiciones crediticias a nivel mundial.

Ante ello, S&P reconoce que sus previsiones base conllevan un alto grado de incertidumbre. “A medida que la situación evolucione, evaluaremos la relevancia macroeconómica y crediticia de los posibles cambios y reevaluaremos nuestras previsiones en consecuencia”.

Si bien, una desaceleración de la economía de EE.UU. obstaculizaría el crecimiento del país debido al tema migratorio, remesas y comercio exterior, se espera que la sólida trayectoria macroeconómica de Guatemala pueda ayudar a mitigar los impactos adversos.

REACCIÓN DEL GOBIERNO DE ARÉVALO

A través del Ministerio de Finanzas Públicas, el gobierno de Bernardo Arévalo, expresó en un comunicado que “esta mejora de la calificación es un reconocimiento significativo del sólido marco de política económica del país y de su capacidad para preservar la estabilidad macroeconómica en un entorno mundial volátil”.

Asimismo, el gobierno expresó que «esta mejora refuerza la credibilidad de la institución fiscal y monetaria de Guatemala y representa un hito clave en el camino del país hacia el ‘grado de inversión'».

El Ministerio de Finanzas Públicas aseguró que junto al Banco de Guatemala, continuarán colaborando con los agentes del mercado internacional, en sus esfuerzos por respaldar el perfil de riesgo crediticio de Guatemala.

Añadió que proseguirá su diálogo con todas las partes interesadas como coordinador de la Mesa Interinstitucional para el Análisis de la Calificación del País (MINAPA).

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