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Sandra Torres y Acevedo por fin sacaron las uñas
Es imposible dudar del claro contubernio entre estos dos personajes de tan negro pasado y presente.
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La sugerencia de una nueva y también inútil mesa para llegar a acuerdos para terminar con los 77 días de huelga dirigida por el nefasto personaje Joviel Acevedo y ordenada por Sandra Torres, manifiesta claramente el contubernio entre ambos. Es un ejemplo claro y a todas luces de varios elementos: la urgencia de utilizar las posibilidades del gobierno, empantanado en el temor ministerial y presidencial; la mezquina obsesión de la dirigente politiquera por ser candidata a la presidencia, a pesar de las tres ocasiones de haber recibido un claro voto en contra, causante de la llegada de dos expresidentes oscuros, Jimmy Morales y Alejandro Giammattei. Torres, con su astucia malsana, fue el poder tras el trono en el régimen de Álvaro Colom, sin dejar huellas de corrupción.
Es imposible dudar del claro contubernio entre estos dos personajes de tan negro pasado y presente.
Esta astucia sobresale con la sugerencia de una “instancia de mediación”, presentada por el diputado uneísta Julio Marroquín, luego de haber citado en dos ocasiones a Acevedo, a fin de darle una sucia cobija de apariencia partidista en vez de sandratorrista, como lo es según la más elemental lógica. La ambición de esta politiquera se mantiene a pesar del daño causado a partir del 19 de mayo a unos 300 mil estudiantes de 5 mil escuelas. Todo esto explica por qué es necesario limitar la cantidad de participaciones electorales a dos. Al no haber limitación, los guatemaltecos rechazaremos por cuarta vez su candidatura en las elecciones de 2027, situadas a dos años, reducidos a uno cuando comience un año antes la campaña electoral de aún más micro o pseudopartidos.
Torres y Acevedo son el símbolo del estancamiento de la educación, uno de los motivos más claros del subdesarrollo del país, el cual por eso, en realidad, no puede seguir adelante y de hecho está detenido. Sin embargo, la actitud del gobierno y del ministerio constituye también una fuente de críticas justificadas, por su decisión de caminar a paso de tortuga y, además, haber decidido la secretividad de las negociaciones, así como la aceptación de desobediencia a las órdenes de la ahora totalmente desprestigiada Corte de Constitucionalidad, impávida y un verdadero tigre jurídico de papel. Los efectos de simplemente no acatar esas órdenes no solo alcanzarán esta crisis, sino también —por supuesto— a las numerosas elecciones de entidades del Estado planificadas para el año entrante.
Esta tragedia educativa garantiza el subdesarrollo. Demuestra el desprecio de su tarea por un gremio magisterial vergonzoso en la mayoría de casos. Comprueba los terribles efectos de mezclar ambiciones politiqueras logradas sin importar el costo, con la irresponsabilidad de la educación y también del cuidado a la salud de los habitantes. Muestra la necesidad de poner obstáculos para la creación de clanes familiares politiqueros. Torres, una hija, una hermana y varios sobrinos en puestos claves dentro del Congreso —por ejemplo— y aprovecha la dificultad de descubrirlos por su segundo apellido. Su mal genio y carácter irascible se conoce desde hace décadas, cuando trabajó en Upjohn.
Quien dude de este contubernio, no quiere verlo. La huelga torres-acevedista solo terminará cuando ella logre sus planes. Nunca se sabrá el origen del dinero para pagar autobuses, comida, cobijas, como ocurrió en las campañas politiqueras, sobre todo de las últimas cinco elecciones. Hay acciones oscuras a la luz del día y a ciencia y paciencia de quienes por dejadez no se interesan en conocer la realidad guatemalteca. Al hacerlo se evidencia la necesidad de urgentes cambios en la Ley Electoral, la integración del Congreso, la forma como se reparte el ahora casi monstruoso presupuesto nacional, así como la integración de los puestos públicos de cualquier nivel y período.