Ayer el Ministerio Público inició acciones penales contra los responsables del sistema penitenciario, tal y como tenía que ser, debido al escandaloso caso de la fuga de líderes del Barrio 18 que estaban en prisión y lograron salir tranquilamente con la obvia complicidad de personal a cargo de las cárceles. Era imposible no actuar, pero el MP lo vio, además, como una oportunidad para exponer su “firmeza y determinación” para encausar a todo aquel que cometa un crimen, cumpliendo con su deber de ser pilares del sistema de justicia, tal y como lo dijeron tanto Consuelo Porras como Ángel Pineda en sus discursos.

“No nos detenemos ante nadie y cualquiera que cometa un crimen será perseguido con toda la fuerza y firmeza de una institución que cumple con su deber” dijeron en tono alto para que no quedará duda de que, en este caso, van contra todo el gobierno para el cual tuvieron muy claras expresiones criticando su tibieza. Sostenemos que todos los que han participado en acciones criminales tienen que ser objeto de investigación y persecución penal conforme a la ley y en ese sentido debe mencionarse la prontitud con que actuaron esta vez.

Sin embargo, y allí está el detalle, como decía Cantinflas, a los reporteros de La Hora que llegaron a cubrir la conferencia no les fue permitido el acceso, tal y como se puede escuchar en el audio del intercambio de ellos con el personal que estaba controlando las entradas al edificio del MP. La razón de esa negativa es totalmente comprensible, pues todo el discurso que echaron para anunciar las acciones contra los responsables del sistema penitenciario, con agilidad, prontitud y firmeza, hubiera quedado en entredicho con una sola pregunta que hubieran hecho los periodistas de La Hora.

¿Por qué esa firmeza, ese compromiso con la justicia, esa igualdad para ir tras cualquier delincuente, aunque sean funcionarios públicos, no funcionó en el caso de Miguel Martínez, pareja sentimental de Alejandro Giammattei y -según sus propias palabras-Jefe de Jefes a lo largo de eso cuatro años? Sabían perfectamente que cualquiera con dos dedos de frente y una pizca de dignidad hubiera tenido que abordar ese tema luego de que se echaron flores explicando su determinación, firmeza, fuerza y todos los apelativos que usaron para explicar el operativo emprendido ayer.

Otra pregunta sería por qué no van directamente contra los pandilleros, puesto que si bien es cierto que los funcionarios o empleados que les facilitaron la fuga tienen que ir a prisión y pagar las consecuencias de sus actos, lo mismo debe pasar con los que se fugaron.

Si el Ministerio Público hubiera sido Fuerte y Firme contra los ladrones de los gobiernos de Jimmy Morales y Alejandro Giammattei que nombraron a Consuelo Porras, sin duda habría sentado un precedente de que en Guatemala “nadie está por encima de la ley”. Pero al apañarlos como lo han hecho y hacen, alientan a cualquiera a cometer delitos porque demuestran que la tal fuerza y firmeza tiene un precio.

Hoy se cumplen 642 días desde que Giammattei y Martínez dejaron el poder y contra el último, que no tiene inmunidad, no mueven un dedo.