La Chalana, 103 años después

La Chalana, 103 años después

En ese mismo edificio -antigua Facultad de Derecho- el 7 de abril de 1922 se estrenó La Chalana.

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12/04/2025 00:01
Fuente: Prensa Libre 

El pasado 7 de abril, el Museo de la Universidad de San Carlos (Musac) organizó un encuentro para celebrar el 103 aniversario de La Chalana.

Me cuenta mi padre, que propuso delatar las actitudes de los “políticos, curas y militares”.

Según el cronista José el Sordo Barnoya, la Huelga de Dolores nació en 1898 junto a la dictadura de Manuel Estrada Cabrera. Se llamó de Dolores, porque los estudiantes de Medicina la celebraron el Viernes de Dolores, en tanto los de Derecho, cualquier otro día de la Cuaresma —vacaciones a mitad de ciclo—. Su declaratoria fue mediante tres documentos: Proclama, Decreto y Lista de Penas para los estudiantes que quebrantaran sus principios. En la Proclama se hacía derroche de ingenio, eligiendo como víctimas propiciatorias a elementos destacados de gobierno y algunos profesores.

Ese año nacieron dos periódicos: Vos dirés de Derecho y No nos tientes de Medicina, el único que sobrevivió. En 1903 la tiranía prohibió la Huelga, pero en 1907 apareció el No nos tientes impreso a puño y letra de sus redactores. Del Editorial, por su actualidad, copio el primer párrafo:

“Hay momentos trágicos en la vida política de los pueblos. Momentos cuya sola presencia en la marcha evolutiva de los mismos, hacen enrojecer la historia de vergüenza y temblar de espanto el espíritu de los hombres libres… Períodos álgidos que, venidos en hora aciaga y por una fuerza inexplicable del destino, ponen en peligro de muerte las instituciones de un pueblo autónomo, dando de zarpazos sobre el pecho formidable de la libertad, indefensa a veces para escapar al filo destructor de un puñal fratricida y a la mano sangrienta de una ambición sin límites. Épocas tristes, desoladoras y crueles maldecidas por el derecho ultrajado y la libertad violada…”

A la caída del tirano en 1920, los estudiantes de medicina Epaminondas Quintana y Joaquín la Chinche Barnoya, el estudiante de Derecho Adrián Pitz Anleu y el farmacéutico Ramón Aceña Durán, resucitaron el No nos tientes y con este, la Huelga.

Julia Vela Leal, arquitecta, coreógrafa y bailarina participó en el encuentro del Musac, recordando que en ese mismo edificio —antigua Facultad de Derecho— el 7 de abril de 1922 se estrenó La Chalana, en celebración de la resurrección de la Huelga; fue resultado de la tregua entre Medicina y Derecho que permitió la creación de nuestro himno huelguero.

En sus propias palabras: “Es una obra de actitud combativa que refleja el sentir de los universitarios. La parte literaria estuvo a cargo de David el Gato Vela, Alfredo el Bolo Valle Calvo, José Luis Chocochique Balcárcel y Miguel Ángel Asturias el Moyas; la música es de José Castañeda. Me cuenta mi padre, que propuso delatar las actitudes de los “políticos, curas y militares”. Valle Calvo creó varias estrofas y revisó la obra final. Balcárcel concibió las estrofas del coro: “matasanos practicantes, del emplasto fabricantes… y Asturias creó la última estrofa, ‘Patria, palabrota añeja por los largos explotada, hoy la patria es una vieja que está desacreditada’. Fue en la última aula del lado derecho de la Facultad en donde, reunidos hasta altas horas de la madrugada, concluyeron con la letra de la obra que repetimos todos los años.”

Y concluye: “Considero necesario, retomar conciencia de nuestra realidad. Seguimos viviendo tiempos nefastos, similares a los de entonces. Miedosos y timoratos. No nos hemos rebelado ni exigido el respeto a la vida; tampoco hemos expulsado la mala hierba y colocar honrados guatemaltecos que ordenen el Estado y su funcionamiento.

“No solo cantemos La Chalana, mantengámosla viva en su esencia, en su denuncia y su lucha constante por una patria mejor.”