Alta tensión en el Caribe

Alta tensión en el Caribe

Los Estados Unidos buscan retomar el control geopolítico de los países latinoamericanos y caribeños.

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Resumen Automático

26/10/2025 00:01
Fuente: Prensa Libre 

Un breve resumen de lo que es la máxima expresión de la política exterior de los Estados Unidos en América Latina y el Caribe es el corolario Roosevelt (1905) a la Doctina Monroe (1823) dice que estos no piensan intervenir en ningún país del hemisferio occidental que logre conducirse civilizadamente, pero si alguno falla en hacer esto, entonces los Estados Unidos adheridos a la doctrina Monroe se verán forzados a actuar como una policía internacional. Curiosamente, este corolario, que es una extensión de la doctrina Monroe, fue creado precisamente para la crisis venezolana que entre 1902 y 1903 sufrió un bloqueo naval por varios países europeos después que el entonces presidente venezolano Cipriano Castro se negara a pagar una deuda internacional debida a estos. Los Estados Unidos pagaron la deuda y emitieron este corolario. Al ser publicado, la indignación no hizo falta en América Latina y el Caribe, pues era un cheque en blanco para los Estados Unidos intervenir en la región no solo por mantener a países europeos fuera, sino también para salvaguardar su seguridad internacional, sino también los intereses de sus empresas. Teddy Roosevelt mandó a construir el edificio panamericano y fijar ahí la sede de la Unión Panamericana (hoy en día, la Organización de Estados Americanos) que algunos historiadores consideran que debido a su ubicación con la casa blanca es cuando se origina el término de “el patio trasero” en lo político y simbólico.

La aplicación del Corolario Roosevelt versión Trump con una buena dosis de esteroides.


Presento el dato histórico anterior precisamente por la presencia de un portaviones militar estadounidense en aguas del Caribe horas después de otras fuertes declaraciones del presidente Donald Trump de llevar a cabo ataques a objetivos en territorio venezolano considerados que sean puntos de almacenamiento de narcóticos ilegales que serían transportados a Estados Unidos. En otras palabras, es la aplicación del Corolario Roosevelt versión Trump con una buena dosis de esteroides.


El objetivo real no se trata de impedir el trasiego de narcóticos ilegales cuyo principal destino es Estados Unidos y Europa, sino más bien derrocar al régimen de Nicolás Maduro y, de paso, aprovechar a bajar la popularidad o también derrocar su némesis (de Donald Trump) latinoamericano, Gustavo Petro. Una invasión militar está fuera de la mesa, eso lo sabe hasta el flamante nuevo secretario de Guerra, Pete Hegseth, el objetivo es lograr la traición a Nicolás Maduro de su
círculo interno, a pesar de que entre estos se encuentran los grandes responsables del narcotráfico como Diosdado Cabello, que para muchos también es el poder tras el trono.


Si bien Venezuela se ha convertido en el gran lastre latinoamericano, habiendo expulsado a casi 8 millones de venezolanos en diferentes diásporas desde el 2013 con la crisis económica desatada después de la muerte de Hugo Chávez y la represión política de Maduro.


La verdadera amenaza y crisis de seguridad nacional es el alto consumo de narcóticos dentro de Estados Unidos, algo que la ex primera dama Nancy Reagan en los años 80 del siglo pasado quiso detener con una gran campaña de rechazo al uso de las mismas. Irónicamente, su esposo, el último “gran republicano” Ronald Reagan, representa todos los valores que hoy Trump rechaza y que se ha retirado de negociaciones comerciales con Canadá, debido a un anuncio de la gobernación de Ontario que saca a Reagan criticando las políticas arancelarias a nivel mundial. Lo de Venezuela va más allá de la lucha contra el narcotráfico, es el retorno más bien de una política de garrote que tiene sus miras en los países bañados por las aguas del mar Caribe para ejercer un control geopolítico y estratégico por parte de Estados Unidos.

¡Feliz domingo!