La valiosa Revolución de octubre

La valiosa Revolución de octubre

Indispensable replicar en 2027 para redimir, entonces, los 83 años perdidos a cargo de corruptos y vendepatrias.

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Resumen Automático

25/10/2025 00:02
Fuente: Prensa Libre 

Mientras más años pasan, más valoro la Revolución de octubre de 1944. No lo digo por vivencia directa, pues nací en el 47, sino por herencia y posterior cultura cívica.


La historia guatemalteca viene de opresión en opresión, de tiranía tras tiranía seguidas de protestas y revoluciones que ofrecieron la ilusión de cambios que no favorecieron al pueblo, en nombre de quien fueron enunciadas, como es usual, sino a quienes aprovecharon la oportunidad en su beneficio. La más connotada, la independencia de España, fraguada en 1821 por el Primer Pacto de Corruptos integrado por los criollos, con el objeto de dejar de enviar los tributos de la capitanía general al soberano de León y Castilla para quedárselos. La estrategia incluyó comprar al capitán general ofreciendo la presidencia de la nueva república, oferta que desde luego fue aceptada.


El siglo XX empezó con Manuel Estrada Cabrera instalado en el poder tras el asesinato del presidente J. M. Reina Barrios, en 1898. Modificó la Constitución para extender su mandato y reelegirse. Otorgó tierras expropiadas a los indígenas durante la Revolución Liberal de 1871 a la United Fruit Company, empresa que lo mantuvo en el poder hasta 1920, cuando se le declaró mentalmente inútil y renunció ante las protestas públicas. Le siguió Jorge Ubico, elegido en 1931, quien se mantuvo en el poder hasta 1944, cuando la inconformidad popular recrudeció con la carta de los 311 ciudadanos del 22Jun1944, pidiendo reconsiderar su restricción de garantías constitucionales; entre los firmantes hubo amigos suyos. Hecho inesperado ante el que renunció el 1Jul1944.

La historia guatemalteca viene de opresión en opresión, de tiranía tras tiranía…


Dejó el poder al general Federico Ponce Vaides, quien no entendió la gravedad de los hechos y los nuevos vientos democráticos. Confundió su papel de sucesor transitorio con el de heredero de la dictadura, que quiso estirar recrudeciendo la violencia en contra de los manifestantes; grave error que desembocó en la Revolución del 20 de octubre, con la participación de campesinos, obreros, jóvenes estudiantes universitarios, gente de todas las clases sociales y militares.


La Junta Revolucionaria de Gobierno, integrada por los líderes del movimiento: los entonces mayor Francisco Javier Arana y capitán Jacobo Árbenz Guzmán y el ciudadano Jorge Toriello Garrido, se instaló de inmediato. Instancia respaldada por una guardia cívica compuesta por ciudadanos que espontáneamente se ofrecieron a formar filas; los cuerpos de represión fueron desmantelados. Durante una concentración en el Campo de Marte, presidida desde la tribuna por la Junta Revolucionaria, la oficialidad, elementos del ejército, de caballería, Escuela Politécnica y la tropa en general, juraron defender los principios de la revolución.


Algo parecido vivimos en 2015, cuando la pareja presidencial fue denunciada por corrupción y un espontáneo movimiento ciudadano inundó las plazas de todo el país. Acción cívica que indujo su renuncia y el nombramiento
legislativo de un presidente transitorio hasta el nuevo período eleccionario. Lapso en el que los corruptos enquistados en los tres poderes del Estado y empresarios expertos en mamar de la teta del Estado, se identificaron públicamente e integraron, en su resguardo, el actual Pacto de Corruptos. Pacto que insiste en sabotear al Ejecutivo que aspira recuperar en las elecciones generales de 2027, consolidando su poder dentro de instituciones clave que serán elegidas en 2026.


De ahí mi valoración de lo sucedido en 1944. Ejemplar ejercicio ciudadano que me parece indispensable replicar en 2027 para redimir, entonces, los 83 años perdidos a cargo de corruptos y vendepatrias.