La piel es el órgano más extenso del cuerpo humano y uno de los más vulnerables, ya que actúa como una barrera protectora frente al entorno y, a diario, se expone a elementos como la radiación solar, el humo y la contaminación.

El cuidado de este órgano no debe verse únicamente desde el punto de vista estético, sino también como una cuestión de salud. Prueba de ello es que, según datos del Instituto de Cancerología y Hospital Dr. Bernardo del Valle S. (Incan), en 2021 el cáncer de piel representó el 7.6% de los diagnósticos realizados en ese centro.

Más allá de establecer una rutina de cuidado de la piel, mantener una buena alimentación e hidratación y utilizar protector solar, es importante estar al tanto de cualquier cambio o mancha, ya que estos pueden ser una señal de alerta.

Cómo identificar manchas anormales en la piel: La regla ABCDE del melanoma

Existe una guía que permite identificar cambios preocupantes en lunares o manchas en la piel. “Es una guía simple y solo se deben recordar las primeras cinco letras del abecedario (ABCDE)”, menciona la cirujana oncóloga del Incan, Leslie Rodas.

A de Asimetría

“Lunares o manchas que sean asimétricas, eso es de riesgo”, advierte la especialista. Según el Instituto Nacional del Cáncer de Estados Unidos (NCI, por sus siglas en inglés), la asimetría se refiere a cuando “la forma de una mitad no coincide con la de la otra mitad”.

B de Bordes irregulares

Los bordes irregulares constituyen otro factor de riesgo importante. “Si el lunar tiene el borde irregular o es una mancha que muestra bordes raros, es señal de consulta”, señala Rodas.

C de Color

El color no uniforme o los tonos muy oscuros también representan factores de riesgo. Rodas enfatiza la importancia de observar el color de las manchas y si este va cambiando.

D de Diámetro

“Si la mancha es mayor a 6 mm, también es una señal de alerta. Abajo de 6 mm son de menor riesgo, pero arriba es importante revisarla”, explica la especialista. Sin embargo, aclara que “no por ese número quiere decir que sea malo”, sino que “lo más importante es ver si el diámetro va aumentando conforme pasan los años”.

E de Evolución

La evolución o cambio de las manchas en el tiempo es quizás el factor más crítico. “Puede ser que yo tenga una mancha de nacimiento, pero conforme vayan pasando los años, esta mancha vaya cambiando su forma, su color, se me ulcere, esté sangrando, tenga costra, pues eso ya lo hace ser factor de riesgo”, detalla la doctora Rodas.

La importancia de la consulta inmediata

Rodas recalca la importancia de la consulta temprana cuando una nueva mancha aparece en el cuerpo. Aunque no todas sean peligrosas, el chequeo constante será clave para detectar cualquier anomalía.

“A veces son lesiones bien pequeñas que, con agentes tópicos o con una cirugía pequeña, se pueden resolver. Sin embargo, hemos visto en Incan, sobre todo, pacientes que llegan con lesiones muy voluminosas, que ya van infiltrando incluso otras estructuras, huesos o empiezan a diseminarse a ganglios u otras partes del cuerpo, y eso ya es muy peligroso”, explica.

Las implicaciones de un diagnóstico tardío pueden ser devastadoras: “puede implicar que el paciente necesite una cirugía que deforme su rostro, por ejemplo, o que ya no sea un abordaje curativo, sino que únicamente sea paliativo”, agrega.

La detección temprana puede marcar la diferencia entre un tratamiento exitoso y complicaciones que pongan en riesgo la vida.

Recomendaciones para el cuidado de la piel

En el marco del Día Mundial del Cáncer de Piel, especialistas en dermatología y oncología de los hospitales San Juan de Dios, Roosevelt y del Instituto de Cancerología (Incan), en un evento organizado por Megalabs, brindaron recomendaciones para el cuidado de la piel.

Estas recomendaciones incluyen:

• Usar protector solar todos los días, incluso en interiores o en días nublados
• Reaplicar cada 2 horas si se está expuesto al sol o después de sudar o nadar
• Evitar la exposición solar entre las 10.00 y las 16.00 horas
• Usar ropa protectora, sombrero de ala ancha y gafas con filtro UV
• Observar los lunares y consultar con un dermatólogo ante cualquier cambio