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Muere teniente general ruso en presunto atentado terrorista con coche bomba cerca de Moscú
El canal Mash de Telegram asegura que el último propietario del automóvil es un ucraniano, mientras las autoridades tachan el incidente de “atentado terrorista”.
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El teniente general ruso Yaroslav Moskalik, alto mando del Estado Mayor, murió este viernes 25 de abril en la región de Moscú, debido a la explosión de un coche bomba, informó el Comité de Instrucción de Rusia (CIR).
Según datos preliminares, Moskalik, quien era subjefe del mando de operaciones del Estado Mayor de las Fuerzas Armadas desde 2021, falleció tras acercarse a un automóvil Volkswagen Golf, en el que se detonó un artefacto explosivo de forma remota.
El canal Mash de Telegram señaló que el último propietario del vehículo era oriundo de Sumi, Ucrania, mientras las autoridades rusas calificaron el hecho como un “atentado terrorista”.
La explosión ocurrió en el patio de una urbanización construida para militares retirados, al este de Moscú. En el lugar se encontraron restos del artefacto explosivo, informó una fuente policial a la agencia TASS.
Medios locales como Kommersant sugieren que podría haber una segunda víctima, aunque esta información aún no ha sido confirmada oficialmente. Además, algunos reportes indican que una bomba de gas en el vehículo amplificó la potencia de la explosión, causando daños en automóviles estacionados y en ventanas de edificios cercanos.
El Comité de Instrucción ruso abrió un caso penal por asesinato y tenencia ilegal de explosivos. La portavoz de Exteriores, María Zajárova, también calificó el suceso como un acto de “terrorismo”.
Yaroslav Moskalik, de 59 años, había sido incluido en la lista ucraniana Mirotvorets, en la que figuran personas consideradas “enemigos de Ucrania”. En 2015, participó en las negociaciones de paz para el conflicto del Donbás bajo el formato de Normandía.
Preocupación por seguridad en la cúpula militar rusa
El atentado contra Moskalik recuerda el asesinato del teniente general Ígor Kirílov en diciembre de 2024, también mediante la explosión de un artefacto en su domicilio.
Entonces, el presidente Vladímir Putin calificó aquellos hechos como “fallos graves” de los servicios de seguridad y urgió a mejorar la protección de altos mandos.
El Servicio Federal de Seguridad (FSB) de Rusia afirmó posteriormente haber frustrado varios atentados y detener a cuatro ciudadanos rusos vinculados a esos planes.
