TGW DIGITAL | El pasado lunes 16 de junio, el Centro Cultural Miguel Ángel Asturias (CCMAA), conocido popularmente como el Teatro Nacional, celebró un año más de existencia. Este emblemático epicentro del arte y la cultura guatemalteca, obra maestra del arquitecto Efraín Recinos e impulsado desde 1960 por Marco Vinicio Asturias, rememoró ayer su inauguración de 1978, un evento que marcó un hito y generó gran expectativa nacional.

Un Templo de las Artes en Constante Evolución

Desde su apertura, el Teatro Nacional ha sido el principal escenario para la música, la danza y el teatro en el país. Sus tres espacios principales: la Gran Sala «Efraín Recinos», el Teatro de Cámara «Hugo Carrillo» y el Teatro al Aire Libre «Otto René Castillo», han albergado innumerables espectáculos. Asimismo, su impresionante lobby, con su vanguardista «bosque de luces», y sus amplios patios y jardines, han sido sede de exposiciones de pintura, fotografía y escultura monumental, consolidándolo como un auténtico centro integral de las artes.

El diseño futurista y único de Efraín Recinos no solo lo posiciona como un referente de la arquitectura mundial, sino que también lo convierte en un espacio cultural completo, orgulloso y representativo de la identidad guatemalteca, acogiendo a artistas y público de todas las edades.

El equipo del Centro Cultural “Miguel Ángel Asturias” se reunió en la Plaza Principal para conmemorar el 47º aniversario de la inauguración del Teatro Nacional, con actividades lúdicas organizadas por el Programa Sustantivo Laboral y Festivales. pic.twitter.com/M81GvR6LI4

— Ministerio de Cultura y Deportes de Guatemala (@McdGuate) June 17, 2025

Mirada al Pasado: La Inauguración a Través de la Prensa de 1978

Actualmente, el CCMAA se encuentra en la fase final de una importante renovación de sus instalaciones eléctricas, una medida que busca garantizar los más altos estándares técnicos y de seguridad. Aunque sus puertas esperan reabrir «muy pronto», el aniversario celebrado ayer fue la ocasión perfecta para revivir la emoción que su inauguración desató en la sociedad guatemalteca, tal como lo reportaron los medios escritos de la época.

El primer medio en adelantar la gran noticia fue el Diario de Centro América, que en su edición del 15 de junio de 1978, un día antes de la inauguración oficial, tituló: «Presidente Laugerud inaugurará mañana el Gran Teatro Nacional». La nota incluía una entrevista con Jaime Cáceres Knox, entonces viceministro de Comunicaciones y Obras Públicas, quien detalló los diversos espacios proyectados: un auditorio, un teatro de drama, un teatro al aire libre, un museo de heráldica, restaurantes y una escuela de artes plásticas. Si bien algunos nombres han cambiado (como el museo, que hoy es el Museo del Ejército), la mayoría de los espacios planificados se mantienen activos, siendo testigos de la visión original.

Posteriormente, el 19 de junio de 1978, tanto Diario El Gráfico como Prensa Libre publicaron extensas coberturas. «Esplende el Teatro Nacional en su inauguración», rezaba el titular de Prensa Libre, que además informó sobre el concierto sinfónico inaugural y los discursos oficiales, incluyendo el del presidente Kjell Laugerud. Por su parte, El Gráfico destacó con una enorme fotografía a color en su portada, mostrando el concierto de la orquesta sinfónica dirigida por el maestro Ricardo del Carmen, el primer espectáculo cultural en el recinto.

Un día antes, el 18 de septiembre de 1978, La Hora Dominical publicó un extenso reportaje titulado «Teatro Nacional. Único en su género», firmado por Ana María Rodas, quien años después sería galardonada con el Premio Nacional de Literatura Miguel Ángel Asturias. El reportaje, ilustrado con fotografías detalladas, exploraba el genio de Recinos y la singularidad de su creación, con Rodas describiendo al «monstruo, básicamente azul y blanco, agazapado sobre la colina» como una fuente de tranquilidad en el corazón de la capital.

Desde sus cimientos, hace casi medio siglo, el Teatro Nacional ha sido un motivo de pasión y alegría para los amantes del arte y la cultura. Cuando sus renovados circuitos eléctricos permitan su reapertura, este gran espacio continuará escribiendo más capítulos en la historia del teatro, la música, la danza, y la vida cultural guatemalteca.

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