El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, se tomó un descanso el miércoles en su deliberación sobre si bombardeará Irán para exhibir dos banderas gigantes en los jardines de la Casa Blanca.

El magnate inmobiliario aseguró que pagó con su dinero por cada uno de los ejemplares de US$50 mil.

Y no pudo resistirse a alguna que otra hipérbole nacionalista sobre el tamaño y la calidad de las nuevas adiciones.

“Esto es lo más grande que verán alguna vez“, comentó a los periodistas.

Estaba acompañado del empresario Charles Kushner, quien acababa de prestar juramento como nuevo embajador de Estados Unidos en Francia y en el principado de Mónaco.

Se trata del padre de Jared Kushner, esposo de la hija mayor del presidente, Ivanka.

El presidente Trump lleva a cabo una transformación radical de la Casa Blanca desde que volvió al poder en enero.

El republicano ha ordenado pavimentar la famosa rosaleda y ha llenado el Despacho Oval con ostentosos adornos dorados.

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