Hablar en voz alta cuando estamos solos es más común de lo que se cree. A diferencia de lo que podría pensarse, esta práctica forma parte del comportamiento humano en diversas situaciones.

De acuerdo con la psicóloga Daniella Feterman, todas las personas hemos verbalizado nuestro diálogo interno, en voz alta o baja, en algún momento de la vida.

La profesional indica que esto ocurre en tres momentos específicos. Uno de ellos es cuando tratamos de retener información importante, como recordar una actividad pendiente.

El segundo momento es cuando necesitamos calmarnos mientras experimentamos temor. En esos casos, escuchar nuestra propia voz —por ser familiar— puede ayudarnos a tranquilizarnos.

Por último, el diálogo interno facilita el procesamiento de emociones. Hablar solos en voz alta en estos contextos es una reacción normal, según Feterman.

Sin embargo, si esta conducta se presenta junto con alucinaciones u otros factores fuera de los parámetros habituales, es recomendable buscar la orientación de un especialista para determinar su causa.

¿Hablar en voz alta es sinónimo de éxito?

Aunque no existen pruebas concluyentes de que hablar en voz alta sea, por sí mismo, sinónimo de éxito, un diálogo interno positivo puede tener efectos favorables en nuestra vida y desarrollo, según señala Feterman.

Por otro lado, un artículo de la BBC menciona que hablar con uno mismo puede ayudar a recuperar recuerdos, fortalecer la seguridad interior y mejorar la concentración, entre otros beneficios.

Investigadores estadounidenses citados por dicho medio explican que no se trata de un mecanismo irracional, sino de un diálogo interno con posibles efectos positivos. No obstante, si esas palabras tienen una carga negativa, pueden afectar la autoestima y, por ende, incidir en la salud física y emocional.

Recomendaciones para un diálogo interno positivo

• Recuerde que constantemente escuchamos lo que nos decimos a nosotros mismos. Es importante reflexionar si estos mensajes son positivos o negativos.
• Aprenda a regular sus emociones. Según Feterman, es fundamental conocerse mejor, identificar las emociones y permitirse sentirlas para gestionarlas de forma adecuada.
• Tome pausas cuando sea necesario. En las relaciones interpersonales, si usted se siente molesto, a veces es mejor comunicar a la otra persona que no se encuentra bien, antes de responder desde el enojo. Esta práctica también aplica a los correos electrónicos y otras formas de comunicación.
• Evite los mensajes negativos automáticos. Este hábito puede afectar la autoestima. Trate de sustituirlos por pensamientos más equilibrados y constructivos.