¿Qué revela el tono de voz sobre las emociones?

¿Qué revela el tono de voz sobre las emociones?

El tono de voz ofrece pistas sobre el estado de ánimo de una persona. Conozca cómo se reflejan las emociones en la manera en la que nos comunicamos.

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20/05/2025 20:42
Fuente: Prensa Libre 

El tono de voz trasciende el volumen de nuestras palabras. Se refiere a la forma en la que nos expresamos de manera verbal, y aunque suele asociarse con la intensidad del sonido, abarca aspectos como la entonación, el ritmo y la modulación.

En términos generales, la manera en la que usamos la voz permite transmitir diversas emociones. Lo que sentimos influye en los movimientos musculares del aparato respiratorio, lo cual modifica el tono de voz, indica María Soledad Cabrelles en su artículo La influencia de las emociones en el sonido de la voz, publicado por la Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes.

Cabrelles agrega que, debido a esto, es posible identificar características prototípicas de algunas emociones básicas, asociadas con la entonación —es decir, con la altura del sonido— durante la emisión de la voz.

Según la psicóloga guatemalteca Daniella Feterman, las emociones básicas del ser humano son: enojo, tristeza, alegría, sorpresa, asco y miedo. Sin embargo, aclara que el universo emocional es amplio y cada emoción presenta múltiples matices.

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¿Cómo se refleja cada emoción en el tono de voz?

  • Enojo: Al experimentar esta emoción, se tiende a elevar el volumen de la voz, según Feterman y otros especialistas en psicología. No obstante, esta reacción puede variar según la persona.
  • Tristeza: Ante esta emoción, la conducta suele ser más retraída. El volumen de la voz tiende a disminuir y el tono puede tornarse grave.
  • Alegría: De acuerdo con Cabrelles, el tono de voz suele ser alto y, en ocasiones, el ritmo del habla se acelera.
  • Sorpresa: Puede producirse una elevación repentina del tono de voz e incluso un grito, según explican las expertas.
  • Miedo: Se emplea, por lo general, un tono bajo, monótono, acompañado de un ritmo lento y con posibles titubeos.

Estas manifestaciones pueden variar en función de la edad, el género o el entorno en el que la persona se desenvuelve. Por ejemplo, si en el hogar se aprendió que gritar es una forma válida de expresar enojo, es probable que esa conducta se reproduzca. Además, es fundamental aprender a gestionar las emociones para evitar conflictos innecesarios en las relaciones cotidianas, así como modular nuestra voz cuando se requiera.

Gestión emocional

Feterman destaca que lo esencial es aprender a gestionar las emociones: reconocerlas, experimentarlas y regularlas de forma adecuada.

En una discusión, por ejemplo, no se recomienda elevar el volumen de la voz, aunque se experimente enojo. Según la especialista, las personas poseen neuronas espejo, que propician conductas de mimetismo durante la interacción social.

Esto significa que, si la otra persona se calma, es posible replicar ese comportamiento. En todo caso, se recomienda utilizar herramientas de autogestión emocional para regular los estados de ánimo. Y, si es necesario, acudir a un profesional que pueda orientarle de una mejor manera.