Superintendencia de Bancos

Superintendencia de Bancos

El Banco de Guatemala abrió sus puertas el 1 de julio de 1946, la Superintendencia de Bancos empezó dos meses después, el 2 de septiembre del mismo año.

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03/09/2025 00:02
Fuente: Prensa Libre 

La Memoria del Banco de Guatemala de julio a diciembre de 1946, recoge la historia del inicio de operaciones del Banco de Guatemala y de la Superintendencia de Bancos, establecidas por disposición del decreto 215 del Congreso de la República.

Exhorto a sus integrantes a que sigan cumpliendo con su misión.

Desde el Ministerio de Economía y Trabajo, el doctor Manuel Noriega Morales (después primer presidente del Banco de Guatemala) dirigió al grupo de técnicos nacionales y expertos extranjeros, Robert Triffin y David Grove, funcionarios de la Junta de Gobernadores del sistema federal de la reserva de los Estados Unidos de América, que elaboraron la Ley Monetaria, decreto 203 emitido el 29 de noviembre de 1945, y la Ley Orgánica del Banco de Guatemala, decreto 215 emitido el 11 de diciembre de 1945. Un año después se emitió la Ley de Bancos, mediante decreto 315 del 5 de diciembre de 1946.

Mientras el Banco de Guatemala abrió sus puertas el 1 de julio de 1946, la Superintendencia de Bancos empezó dos meses después, el 2 de septiembre del mismo año. El primer superintendente, Joaquín Prieto Barrios, quien trabajó en el Departamento Monetario y Bancario del Ministerio de Economía y Trabajo, surgió de una terna del Tribunal y Contraloría de Cuentas. Antes de asumir el cargo, el primer superintendente hizo estudios y prácticas en la Superintendencia de Bancos de Colombia.

Además del Despacho Central, la Superintendencia inició con cuatro secciones: Auditoría; Estadística; Jurídica; y, Secretaría y Archivo General. Durante los primeros días de transición, personal del Departamento Monetario y Bancario del Ministerio de Economía y Trabajo asumió las funciones de la nueva entidad, para evitar la discontinuidad del control y vigilancia de las operaciones bancarias.

El sostenimiento de la Superintendencia es financiado por los bancos y el Banco de Guatemala, habiendo sido su primer presupuesto de Q15 mil, para los meses de septiembre a diciembre de 1946, aprobado el 12 de agosto por la Junta Monetaria. Ayer, 2 de septiembre, la Superintendencia de Bancos, cariñosamente conocida como la Súper o, más recientemente, como la SIB, cumplió 79 años de existencia.

La SIB realiza una función social trascendente al promover la estabilidad y confianza en el sistema financiero supervisado, gracias a que su personal trabaja a conciencia, con responsabilidad, actitud de servicio, confiabilidad, honestidad, lealtad y excelencia.

El éxito de la misma se ha cimentado en contar con un personal plenamente identificado con la filosofía y fines institucionales, comprometido y solidario, altamente calificado, responsable, honesto y disciplinado. En un ambiente de meritocracia y carrera interna, parecido al del Banco de Guatemala, en que tradicionalmente se ha privilegiado la capacidad, el conocimiento, la experiencia y el espíritu de servicio a la sociedad; se reconoce el trabajo bien hecho, la dedicación y la responsabilidad profesional y técnica.

Obviamente, esta opinión está sesgada e influida porque desde los 19 años inicié mi carrera en la SIB, parte del sistema de banca central, habiendo llegado, después de un largo recorrido, a tener el honor y privilegio de dirigirla en dos ocasiones. Al felicitar a la SIB por su 79 aniversario, exhorto a sus integrantes a que sigan cumpliendo con su misión, ejerciendo una supervisión inteligente, estricta y oportuna, en beneficio y protección de los depositantes y usuarios del sistema bancario y financiero. Aunque sin por ello olvidar que los administradores de las instituciones bancarias y financieras son los primeros responsables del dinero de los usuarios del sistema.

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