En los últimos días, diputados han señalado la falta de agenda legislativa como reflejo de un Ejecutivo que no avanza por falta de un plan y pocas acciones. La ciudadanía percibe incertidumbre y descontento. El país no tiene rumbo.

Desde 1990, el Cien presenta propuestas para cada período presidencial y ofrece lineamientos de política pública en distintas áreas, de forma integral; su más reciente: “Ruta para la dignidad humana 2024-2028”. Ante la escasa operación de los últimos 16 meses, la propuesta conserva plena vigencia. Está estructurada en tres niveles: meta, macro y meso.

En el nivel meta, se concluye que en los últimos años hubo un retroceso en la democracia en Guatemala y en la región. Es urgente aplicar principios de la democracia liberal para evitar el autoritarismo y lograr desarrollo económico sostenible. También se plantea usar tecnología para ampliar oportunidades mediante la innovación y avanzar hacia un gobierno digital que mejore servicios, transparencia y participación ciudadana.

En el nivel macro, se propone mejorar la eficiencia en adquisiciones públicas con estándares de contratación, enfoque de gestión de riesgos y tecnología que reduzca la discrecionalidad. Se plantea reformar el servicio civil, regular los pactos colectivos y priorizar la carrera e incentivos de los empleados públicos.

En el nivel meso, se sugiere abordar la salud con una visión sistémica: fortalecer la atención primaria, mejorar la logística de medicamentos e infraestructura sanitaria, elevar la capacidad del Ministerio de Salud y fomentar alianzas multisectoriales. Esquemas novedosos para atacar la desnutrición crónica son urgentes. En educación, se requiere una nueva visión para el aprendizaje en el siglo XXI, transformar la formación y selección docente, establecer la carrera del director, consolidar los sistemas de evaluación, reforzar el acompañamiento pedagógico, aplicar tecnología en las aulas y ampliar la cobertura de secundaria con estrategias diferenciadas haciendo alianzas con instituciones como el Intecap.

La falta de inversión en infraestructura afecta la economía. Se debe promover la participación privada en puertos, renovar el ferrocarril, separar la regulación de la administración aeroportuaria, desarrollar un portafolio de proyectos, aplicar el modelo diseño-construcción, fomentar la competencia en telecomunicaciones con portabilidad numérica, liberar el espectro radioeléctrico para ampliar la red y desarrollar un plan de conectividad.

Para mejorar los ingresos laborales se requiere generar empleo productivo, aprovechar la reconfiguración geográfica de la producción mundial y desarrollar cadenas de valor: mejorar condiciones laborales, ofrecer certeza sobre costos de mano de obra, establecer un régimen diferenciado para microempresas y alinear la capacitación técnica a las necesidades de mayor complejidad económica.

Para garantizar seguridad ciudadana se deben destinar más recursos a la prevención del delito, modernizar el marco legal de la policía, rediseñar el modelo de reclutamiento policial, fortalecer controles internos y la inteligencia. Establecer una carrera penitenciaria, reducir el hacinamiento con ampliación de infraestructura y medidas alternas, e implementar un nuevo modelo de gestión. Además, lograr una mayor coordinación de las instituciones de la justicia penal y digitalizar el Organismo Judicial.

Los lineamientos están disponibles en el sitio del Cien: https://cien.org.gt/index.php/ruta-para-el-desarrollo. Si hay voluntad política, tan solo se requiere convocar a técnicos y expertos que formulen planes y propuestas específicos, iniciativas de ley, hacer los cambios y avanzar hacia un país desarrollado y en paz.