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Hablando de luces y sombras en la política
El problema: Guatemala tradicionalmente ha sido un país que durante toda su historia ha exportado lo que normalmente llamamos productos tradicionales. Nuestro fracaso en la Revolución de Octubre se dio a que exportamos banano a través de la United Fruit Company, y nos convertimos desde hace mucho tiempo en exportadores de uno de los mejores […]
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El problema: Guatemala tradicionalmente ha sido un país que durante toda su historia ha exportado lo que normalmente llamamos productos tradicionales. Nuestro fracaso en la Revolución de Octubre se dio a que exportamos banano a través de la United Fruit Company, y nos convertimos desde hace mucho tiempo en exportadores de uno de los mejores cafés del mundo, fuimos enormes exportadores de algodón, y ahora exportamos azúcar de caña y aunque no nos quedamos atrás con el hule, somos un país que también se convirtió en el país número uno en brócoli y en cardamomo.
El problema con estos mercados tradicionales es que dependemos de un mercado mundial, de una ley de oferta y demanda que no depende tanto de la calidad de nuestro producto, sino de cómo se mueven los productos en el mundo y a raíz de eso decidimos convertirnos en un país que se fortaleció con lo que llamamos productos no tradicionales.
AGEXPORT aparece como una institución que se encargaría de fortalecer las exportaciones de los productos no tradicionales, promoviendo la diversificación de estos productos y mejorando la calidad de los mismos, de esa manera Guatemala se empieza a convertir en uno de los países más importantes en el mundo en la exportación de frutas, verduras, flores, textiles y una serie de productos totalmente diferentes a los que estábamos acostumbrados.
¿Qué pasó? Aunque quienes han estado encargados de este tema, justo a tiempo empezaron a ver el mercado centroamericano como un mercado potencial que podría ser sumamente fuerte y además más práctico que el propio Estados Unidos. Estados Unidos sigue siendo uno de los países más importantes para nosotros en materia de comprar nuestros productos y es que más del 30% de los productos que producimos repito de los llamados no tradicionales, los compra a Estados Unidos.
De la noche a la mañana, aunque ya se esperaba con una promesa de campaña, el famoso presidente Trump decide poner aranceles a los productos importados por ellos, y ¿en que basó sus aranceles? En reglas de igualdad de condiciones; de manera que los países que no lo tratan en igualdad de condiciones, iban a tener como mínimo, lo que nos tocó a nosotros, un 10% de impuestos.
En un principio todo el mundo vio que esto era normal y el comprador tiene que trasladárselo al consumidor, de esa manera Guatemala no tenía nada que perder, según nosotros.
Pero resulta que no es así, porque el 100% de los productos que nosotros le vendemos a los Estados Unidos, también lo produce México.
Entonces resulta que el comprador nos advierte que no está dispuesto a comprar un 10% más caro cuando México es un país que está muchísimo más cerca y le puede vender el mismo producto sin ese 10% de aranceles o de aumento en el precio; de manera que todos nos damos cuenta que sí nos afecta y si nosotros no logramos regresar a una tasa cero de impuestos en Estados Unidos, ellos sin pensarlo 2 veces le estarían comprando a nuestro vecino del norte.
Para poder exportar un producto, hay primero que producirlo, para producirlo hay mano de obra, una vez ya producido, hay que transportarlo, pero antes habría que empacarlo y probablemente clasificarlo. Hay empresas intermediarias, que son las que se encargan de la exportación del traslado del producto; de manera que si nuestras exportaciones o sea nuestras ventas a los Estados Unidos disminuyen, o prácticamente desaparecen, no se verían afectados los grandes empresarios que ganan su dinero con sus exportaciones, nos veríamos en serios problemas todos por el enorme desempleo o subempleo, y por supuesto se acabaría el negocio para quienes transportan, empacan o hacen algún tipo de trámite y se ven beneficiados con nuestras exportaciones.
En el último capítulo de ROBERTO ALEJOSPODCAST tuve el honor de entrevistar a Fanny D. Estrada, una mujer sorprendentemente trabajadora y audaz, que ha estado al frente de la institución, AGEXPORT, encargada de promover más y mejores exportaciones, no sólo a los Estados Unidos, sino a cualquier parte del mundo, y ella dice:
“NO SE VALE que a estas alturas no hayamos cumplido con muchos requerimientos que los Estados Unidos, nuestro mejor comprador, nos viene pidiendo para que lo tratemos en igualdad de condiciones”.
Y es que las condiciones que está poniendo el presidente Trump para comprarnos, no son más que una lista de peticiones que desde hace muchísimos años debimos haber cumplido y están básicamente en un tema llamado equidad; como yo te trato quiero que me trates.
YA ES HORA que de verdad cumplamos. No puede ser que lo que el presidente Trump está pidiendo esté en nuestra lista de pendientes desde hace más de 5 gobiernos, pero que además hay una serie de pendientes que son responsabilidad del Estado, que tampoco los cumplimos para mejorar la calidad y aumentar la cantidad de productos que Estados Unidos nos compra.
Los invito a ver ese capítulo y entender por qué debemos aprovechar esa tregua de 90 días para cambiar muchísimos temas en este país, que al final se vuelven pocos temas para lo que podemos ganar de llegar a cumplir.
En serio no sé qué nos pasa, porque además, seguimos con la tendencia de echarles la culpa a los demás porque aquí, y lo dice un no seguidor de Trump. La culpa es de nosotros como país que seguimos manejando temas pendientes, como poder tratar en igualdad de condiciones al que más nos compra cuando se convierte en alguien que nos vende. Alli hay una agenda de país.