TGW
Guatevision
DCA
Prensa Libre
Canal Antigua
La Hora
Sonora
Al Día
Emisoras Unidas
AGN

¡Feliz Semana Santa!
El país florece en esta época sagrada, entre colores, incienso y fe que toca lo más profundo del alma.
Enlace generado
Resumen Automático
Guatemala se viste de gran belleza durante esta época: Semana Santa. Con la primavera llegan los árboles frondosos, llenos de flores de variados colores como las jacarandas, los matilisguates, el palo blanco, la madre cacao, los nazarenos, entre otros, que adornan el ambiente y combinan muy bien con las hermosas alfombras y la decoración de las andas de las procesiones. Aroma a incienso y corozo que sube hasta el cielo.
Muchos se preparan para vacacionar y tomar un descanso. Las familias y amigos hacen planes para pasar una época alegre y de recreación, ya que es el primer feriado del año. Sin embargo, una gran cantidad de guatemaltecos dedica esta época para celebrar las distintas actividades de la Iglesia católica, como las procesiones y la celebración de la pasión, muerte y resurrección de Jesucristo, durante la llamada Semana Mayor.
Como descendiente de panzas verdes, desde pequeña, en familia, con mis hermanos y unas maravillosas tías, aprendimos a participar en todas las actividades en Antigua Guatemala. Aún tengo esa alegría y gozo en mi corazón, de tanta belleza, la hermandad que se vive y la espiritualidad que cala para el resto del año.
Iniciábamos con la celebración del Domingo de Ramos. Las tías nos narraban la entrada triunfal de Jesús en Jerusalén en su borriquita, recibido por muchas personas, agitando sus ramas de palma como señal de reconocimiento. Luego de misa recibíamos el ramo, símbolo de la fe, el compromiso y la fidelidad.
Lunes y Martes Santo preparábamos el diseño y los materiales para hacer la alfombra el Viernes Santo. Iniciamos con flores y pino, pero después nos fuimos sofisticando y las empezamos a hacer con aserrín, que lleva un gran trabajo, pero gratificante. El miércoles íbamos a la velación de la iglesia Escuela de Cristo —cada vez son más sublimes—.
Las calles se llenan de oración y color, en un acto colectivo de amor profundo y entrega viva.
El Jueves Santo acompañábamos la procesión de la iglesia de San Francisco; siempre las salidas e ingresos de las procesiones son increíbles. Escuchar La Granadera y contemplar las imágenes del Señor y la Virgen María provoca una gran emoción. Por la noche visitábamos los siete sagrarios. Son hermosos los huertos que ponen las iglesias.
El Viernes Santo siempre fue intenso. Desde muy temprano, a visitar la Calle Ancha, a ver cientos de alfombras. Brota la creatividad y el fervor de la gente. Luego salíamos corriendo a desayunar y a preparar la alfombra para darle la bienvenida, a mediodía, al Señor de la Merced, la Virgen María y los pasos que los acompañaban. Una tía nos iba contando el sufrimiento del Señor previo a su muerte, y cuando pasaba Jesús con la cruz, sentíamos que hasta iba sudando.
A partir de las tres de la tarde, luego de rezar el credo, paraban las campanas y se iniciaba la matraca —símbolo de luto por la muerte de Jesús—. Las procesiones del Santo Entierro son muy conmovedoras, se vive la tristeza y se acompaña a la Virgen en su dolor. Los tambores y las marchas fúnebres hacen el ambiente de luto y duelo.
El Sábado de Gloria nos íbamos a peregrinar a San Felipe. Éramos de corta edad, pero acompañábamos a pie a la otra tía hasta la iglesia. Aprovechábamos para comer variedad de comida típica. Y por la tarde, a seguir a la Virgen Dolorosa.
¡Domingo de Resurrección! Día en que vuelven a sonar las campanas, lleno de alegría y festejos de celebración de la Pascua Florida, la resurrección de Cristo. Y el toque de cierre de las tías: la visita del conejo de Pascua y la tradicional búsqueda de huevitos de chocolate.
Si aún no tiene planes, esta es una invitación a vivir una semana distinta, llena de tradición y significado. Es un buen momento para detenerse, compartir y tomar impulso para lo que sigue.