¿En qué momento se extraviaron los sindicatos?

¿En qué momento se extraviaron los sindicatos?

  El sindicalismo es un movimiento que nace en marco del desenvolvimiento de las sociedades, principalmente a partir de la irrupción de la denominada Primera Revolución Industrial que ocurrió entre 1760-1840 y con un epicentro en Inglaterra, pero que tuvo una repercusión y una diseminación a nivel de Europa, en primer lugar, luego Estados Unidos, […]

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23/07/2025 08:55
Fuente: La Hora 

El sindicalismo es un movimiento que nace en marco del desenvolvimiento de las sociedades, principalmente a partir de la irrupción de la denominada Primera Revolución Industrial que ocurrió entre 1760-1840 y con un epicentro en Inglaterra, pero que tuvo una repercusión y una diseminación a nivel de Europa, en primer lugar, luego Estados Unidos, pero también llegó a Japón. En aquellos años, la economía era básicamente rural, se centraba en la agricultura como actividad económica principal, vinculada a la ganadería que incluso ya involucraba más que vacas, cabras y a ovejas. El único proceso de transformación que se evidenciaba para aquellos años era la artesanía, ésta era básicamente un trabajo que las esposas de los agricultores desarrollaban en sus hogares, como una actividad adicional desarrollando por medio de telares simples, algunas piezas de telas.

Como resultado de la irrupción de la industria como una actividad económica principal para aquellos años, que se caracterizaron por el invento de máquinas para producir telas pero de una forma ya masiva, se inició el proceso de producción en línea, se inventaron además de telares, algunos motores que facilitaban la producción, con lo cual, la industria fabril atrajo a muchas personas a trabajar en estos espacios, pues ya empezó también el denominado salario.

Las fábricas también emergieron como los grandes centros de generación de empleo, con lo cual, se produjo un proceso de movilización de personas que abandonaban la agricultura y se movían hacia la industria y en particular a las fábricas que emergían en poco tiempo y se diseminaban con bastante rapidez por Inglaterra y por el mundo.

Como resultado de la nueva actividad económica industrial, las fábricas empezaron a reclutar muchas personas para el trabajo de producción de telas, lo cual implicó también el abuso de los empleadores con jornadas extenuantes y de pocas condiciones laborales –poca ventilación e iluminación, períodos de descanso limitados, horarios de almuerzo estrechos y horarios de trabajo extendidos–. Este fenómeno de las fábricas también produjo otro fenómeno que se centró en la urbanización; es decir, la migración del campo a la ciudad produjo no sólo generación de empleo, sino también cierta estabilidad con lo cual las ciudades se consolidaron e iniciaron un proceso de urbanización mayor que el de antes.

Ante estas condiciones, aparecieron intelectuales como Carlos Marx y Federico Engels –quienes independientemente de que muchos los rechazan y acusan sin mucho conocimiento de la historia y de su gran aporte intelectual–, hicieron críticas del capitalismo salvaje que la propia industria generaba, con lo cual no sólo se criticaba lo extenuante de las jornadas, sino también se hizo aportes que demostraban el papel del trabajador, en este caso, obrero, que producía buena parte del excedente que se apropiaba el empleador.

De acá entonces, que surgen los sindicatos, que no eran –y todavía son–, una asociación de obreros o proletarios en el lenguaje marxista, que luchaban por pelear por mejores condiciones de trabajo, así como tenían una lucha constante por mejorar sus ingresos o salarios, para que el proceso de apropiación del excedente tuviera una retribución vía salario con los obreros o proletarios, con ello, el proceso de creación de sindicatos se hizo mayor, con su posterior extensión por Europa y Estados Unidos.

Esta lucha sindical se extendió durante décadas, hasta que llegaron a Latinoamérica en donde los sindicatos se convirtieron en asociaciones de trabajadores que luchaban por mejorar sus condiciones de trabajo.

En el caso de Guatemala su crecimiento fue importante también. Sin embargo, en los años de la década de los ochenta, la situación política se hizo mayor antagónica, mientras el Conflicto Armado Interno se extendía, los militares tomaron el poder en mutuo acuerdo con las élites económicas, con lo cual, la contrainsurgencia se instaló y empezó a atacar y golpear terriblemente a cualquier movimiento que fuera crítico del Ejército en función de gobernante y ello exacerbó la contrainsurgencia que convirtió en enemigos a cualquier persona, organización, profesional, estudiante y sindicatos que adversaran la situación política, con lo cual el Conflicto Armado Interno se agudizó y llegó a niveles demenciales.

Los sindicatos fueron también golpeados fuertemente, lo cual afectó tanto a los propios sindicatos como a las empresas, pero provocó una agudización del conflicto, generando una visión de los sindicatos contraria a su razón de ser y que al final terminó con su sentido original. Hoy, son otra cosa.

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