“Durante los primeros dos años de vida, los bebés están en una etapa de rápido desarrollo: aprenden a moverse, a gatear, a pararse y a explorar el mundo que los rodea. Esta curiosidad natural, sumada a su falta de control completo sobre el equilibrio, los hace especialmente vulnerables a las caídas”, explica el pediatra Carlos Fernando Martínez.

Según información de la Organización Mundial de la Salud (OMS), las caídas son la principal causa de lesiones no intencionales en menores de 5 años. En bebés menores de 1 año, la mayoría de las caídas ocurren desde camas, cambiadores, sillones o brazos de un adulto.

A pesar de que muchas de estas lesiones no son graves, un bajo porcentaje puede derivar en fracturas o traumatismos craneales que requieren atención médica especializada, explica Martínez.

Factores como la altura, la superficie y la parte del cuerpo que se golpea pueden hacer la diferencia entre lesiones leves y lesiones importantes. Por ejemplo, golpes en la cabeza, fracturas o lesiones internas.

Consejos para prevenir accidentes

De acuerdo con el especialista, seguir las siguientes indicaciones ayuda a reducir considerablemente este tipo de incidentes:

• Nunca dejar solo al bebé en superficies altas, como camas, cambiadores o sillones, aunque sea por “un segundo”.
• Utilizar barreras de seguridad en escaleras y proteger esquinas con protectores acolchonados.
• Colocar colchones o alfombras gruesas en las áreas de juego.
• Asegurarse de que los zapatos o calcetines del bebé no resbalen, aunque la mejor recomendación es que los niños pequeños estén descalzos en casa.
• Cuando el bebé esté en un carruaje o silla alta para comer hay que asegurarlo bien con el cinturón.

¿Qué hacer en caso de la caída de un bebé?

Mantener la calma es el primer paso a seguir, recomienda Martínez. Es importante asegurarse de que el bebé esté respirando y esté consciente.

En segundo lugar, es necesario observar cómo se comporta: si llora inmediatamente, mueve sus extremidades y actúa como siempre, probablemente no sea grave, aunque tendremos que vigilarlo, opina Andrea Quintana, pediatra.

Luego se debe revisar si hay signos de golpe fuerte, como chichones, moretones, sangrado, vómito, sueño excesivo o irritabilidad.

Es importante mencionar que no se debe sacudir al bebé para “despertarlo” si parece dormido. Tampoco deben darle medicamentos sin indicación médica, ni ignorar cambios en su comportamiento, aunque no se vean lesiones externas, dice la especialista.

Cuando este tipo de accidentes ocurren, explica Martínez, “es normal sentirse mal o culpable, pero también es una oportunidad para mejorar la seguridad en casa”. El experto recomienda hacer una observación de 24 a 48 horas para asegurar que todo está bien. Sin embargo, si algo no parece normal, es necesario buscar ayuda médica.

De acuerdo con Martínez, debemos acudir a emergencias si el bebé:

• Pierde el conocimiento, aunque sea por pocos segundos.
• Vomita más de una vez tras la caída.
• Tiene convulsiones.
• Llora sin consuelo o se nota muy somnoliento o irritable.
• Presenta sangrado por nariz, oídos o boca.
• Tiene una deformidad visible en alguna parte del cuerpo.

“Recuerda que la mayoría de las caídas en bebés menores de 2 años no son graves, pero siempre es mejor prevenir y actuar con calma”, concluye el especialista.