Un proyecto político para el futuro

Un proyecto político para el futuro

Por: Hugo L. Camey Castellanos [email protected] X (Twitter): @_Hugo502 FanPage: @hugo502 TikTok: @hugo502.of IG: @hugo502_ Guatemala vive un momento histórico; la lucha ciudadana por rescatar las instituciones del secuestro corrupto ha abierto una oportunidad inédita para replantear la forma en que se hace política. Desde ese espíritu de resistencia y esperanza surge un nuevo proyecto […]

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05/06/2025 07:56
Fuente: La Hora 

Por: Hugo L. Camey Castellanos
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Guatemala vive un momento histórico; la lucha ciudadana por rescatar las instituciones del secuestro corrupto ha abierto una oportunidad inédita para replantear la forma en que se hace política. Desde ese espíritu de resistencia y esperanza surge un nuevo proyecto político, una iniciativa que se gesta desde abajo con la convicción de que la democracia no se limita al voto, sino que florece en la participación activa, constante y consciente del pueblo.

Este proyecto político no es simplemente la continuación de una experiencia electoral, sino un resurgimiento y expansión de lo que ya inició. Es un espacio de organización política que pone en el centro a las comunidades, a las juventudes y a los pueblos indígenas como protagonistas de la transformación del país. Este movimiento parte de la premisa de que la política no puede seguir girando en torno a élites distantes ni a promesas vacías, sino que debe construirse con los pies en la tierra, desde el territorio, con memoria, dignidad y justicia.

La juventud guatemalteca ha demostrado que no está dispuesta a heredar el silencio ni la resignación. Se ha hecho presente en las calles, en las aulas, en las redes y en los territorios. Se le ve cada día en quienes, pese a las adversidades, estudian, trabajan, se organizan y sueñan con una Guatemala diferente. Por eso, el nuevo proyecto político apuesta por abrir espacios reales de formación, liderazgo y decisión para la juventud, no como un apéndice del proceso, sino como su núcleo vital.

Del mismo modo, se reconoce que ningún cambio será legítimo si no incorpora y respeta la voz de los pueblos originarios, históricamente excluidos pero fundamentales para imaginar un futuro con identidad y equidad. La Guatemala profunda, con su diversidad cultural y sabiduría ancestral, debe ser el fundamento del nuevo pacto social.

Desde los municipios, las aldeas, los barrios y los cantones, se sabe que es posible otra forma de hacer política: más honesta, más cercana y más valiente. Es por esto que el proyecto político está construyendo estructuras organizativas que no repliquen el clientelismo, sino que sirvan de herramientas para la participación popular. Conciben la política como servicio, como articulación del bien común, como compromiso con quienes históricamente han sido silenciados.

Este no es un esfuerzo pasajero ni una moda coyuntural, es la contundencia del pueblo hacia el régimen que ataca sin fundamento. Se trata de una apuesta de largo aliento, una siembra colectiva que necesita cuidado, constancia y coherencia. Quienes impulsan el proyecto político tienen claro que el camino no será fácil, que se enfrentarán obstáculos y ataques, pero también tienen la certeza de que vale la pena porque está en juego la vida digna, la justicia y la esperanza.

Desde este espacio se invita a todas y todos quienes creen que otra Guatemala es posible a sumarse, a organizarse y a participar. Aunque no se tienen todas las respuestas, sí existe la voluntad firme de construirlas en colectivo con humildad, con transparencia y con la certeza de que las raíces bien sembradas sostienen los árboles más fuertes.