TGW
Guatevision
DCA
Prensa Libre
Canal Antigua
La Hora
Sonora
Al Día
Emisoras Unidas
AGN

El nuevo “guerrero cultural” de Florida: ¿Quién es el hombre que está detrás de la polémica prisión Alligator Alcatraz?
James Uthmeier, el nuevo fiscal general de Florida, ha implementado una serie de acciones políticas similares a las del gobernador Ron DeSantis. “El tipo tiene futuro”, dijo el presidente Trump.
Enlace generado
Resumen Automático
Como jefe de gabinete del gobernador de Florida, Ron DeSantis, James Uthmeier trabajó entre bastidores para cimentar la reputación nacional del gobernador republicano como guerrero de la cultura. Este año, DeSantis lo recompensó nombrándolo fiscal general.
Uthmeier fue quien anunció el mes pasado que el estado iba a abrir su propio centro de detención de inmigrantes en los Everglades de Florida. Saltó a los titulares internacionales al referirse al pantanoso y remoto lugar como el “Alcatraz de los caimanes”.
Las primeras semanas del centro de detención han sido caóticas, y algo misteriosas. Pero se ha convertido en un aval político para Uthmeier. El presidente Donald Trump lo visitó antes de su apertura y elogió al fiscal general.
“Haces un trabajo muy bueno”, le dijo Trump durante una visita al centro a principios de mes. Luego, refiriéndose a Uthmeier, Trump comentó a otros asistentes: “Incluso es un tipo guapo. El tipo tiene futuro”.
El momento ofreció a Uthmeier la esperanza de que Trump pudiera considerar la posibilidad de respaldarlo cuando se postule a un mandato completo como fiscal general el año que viene, a pesar de los estrechos vínculos de Uthmeier con DeSantis, quien se postuló contra Trump en las primarias presidenciales del año pasado. El proyecto del centro de detención elevó el perfil de Uthmeier, un abogado de 37 años que nunca ha estado en una boleta electoral, justo cuando el poder de DeSantis, con un mandato limitado, disminuye.
Los republicanos de Florida han especulado con la posibilidad de que las primarias del año que viene enfrenten a una lista de candidatos respaldados por Trump con una lista respaldada por DeSantis.
Los comentarios de Trump en el centro de detención de los Everglades acallaron algunos de los rumores que apuntaban a que Uthmeier podría tener un contrincante en las primarias, pero sigue siendo vulnerable por su implicación en las transacciones financieras de una organización benéfica vinculada a Casey DeSantis, la primera dama del estado. Los fiscales del estado están investigando eso.
La organización benéfica, Fundación Hope Florida, recibió el año pasado 10 millones de dólares de un contratista de Medicaid que había facturado de más al estado; entregó el dinero a dos grupos políticos de “dinero oscuro”. Esos grupos enviaron 8,5 millones de dólares a un comité político que Uthmeier dirigía para respaldar una campaña contra la marihuana dirigida por DeSantis.
Los mensajes de texto obtenidos a través de una investigación legislativa mostraron que Uthmeier informó al menos a uno de los dos grupos sobre los 10 millones de dólares y le instó a solicitar el dinero a la Fundación Hope Florida antes de que la junta de la organización benéfica lo supiera. Uthmeier ha negado haber cometido delito alguno.
Su oficina no respondió a una solicitud de entrevista. Pero en una declaración enviada tras la publicación de este artículo, defendió su mandato. “Mi prioridad es proteger a los más vulnerables de Florida, nuestros niños y nuestros mayores”, dijo. “Ya hemos encerrado a decenas de depredadores de menores en los últimos meses, y no pararemos hasta atraparlos a todos”.
Su ascenso político está inextricablemente ligado a DeSantis, quien contrató a Uthmeier como asesor adjunto poco después de convertirse en gobernador en 2019 y lo nombró como jefe de gabinete en 2021. Antes, Uthmeier había trabajado como asesor principal y consejero en el Departamento de Comercio, donde fue uno de los funcionarios implicados en la polémica decisión del gobierno de Trump de añadir una pregunta sobre la ciudadanía en el censo de 2020.
Uthmeier ayudó al gobernador a desafiar las directrices de salud pública durante la pandemia de coronavirus. También desempeñó un papel decisivo en el traslado en avión de un grupo de inmigrantes a Martha’s Vineyard, en Massachusetts, tras cruzar la frontera sur, una de las maniobras políticas de mayor repercusión de DeSantis.
En 2023, DeSantis recurrió a Uthmeier para que dirigiera su campaña presidencial, que se estaba hundiendo.
“No corrimos hacia el centro en un estado de tendencia electoral incierta”, dijo Uthmeier en un pódcast el mes pasado. “Fuimos auténticos conservadores. Nos mantuvimos firmes en nuestros principios y, al final, el electorado cambió masivamente para convertirse en lo que ahora es un estado republicano”.
Uthmeier, que es católico y licenciado en Derecho por Georgetown, creció en Destin, una ciudad costera del Panhandle de Florida. Su esposa, Jean Uthmeier, tiene una tienda de café y vino cerca del Capitolio del estado, en Tallahassee. Al igual que los DeSantis, tienen tres hijos pequeños.
Uthmeier es conocido por su inteligencia, dinamismo y seriedad, hasta el punto de que a veces se sumerge en la política en lugar de responder a preguntas personales. Cuando Gabriel Groisman, exalcalde de Bal Harbour, Florida, entrevistó a Uthmeier para su pódcast a principios de este año, tuvo que reiterarle preguntas sobre su infancia en Destin y de las clases de religión que daba con su mujer.
“Si diseñaras a un fiscal general de Florida en un laboratorio, sería James”, dijo David Polyansky, ex director adjunto de la campaña presidencial de DeSantis.
Como fiscal general, Uthmeier ha implementado una serie de acciones destinadas a causar sensación, muy parecidas a las que utilizó su antiguo jefe.
Presentó una demanda colectiva contra Target, argumentando que el “activismo radical LGBTQ” de la empresa perjudicaba a sus inversionistas. Abrió una oficina de derechos parentales y dijo que ya no defendería una ley estatal aprobada por los republicanos que elevaba de 18 a 21 años la edad mínima para comprar un rifle.
Uthmeier también sugirió que “la modificación del clima podría haber desempeñado un papel” en las recientes inundaciones mortales de Texas.
Este mes, Uthmeier citó a declarar a un popular bar de Vero Beach, en la costa atlántica de Florida, después de que acogiera un acto del Orgullo LGBTQ en junio. Su oficina alegó que el acto celebrado en el Kilted Mermaid había permitido ilegalmente la presencia de “artistas adultos sexualizados delante de niños”, a pesar de que un juez ha bloqueado una ley estatal que prohíbe a los locales admitir a niños en espectáculos de drags.
Linda Moore, vicealcaldesa de Vero Beach, es propietaria del Kilted Mermaid junto con su marido. Dijo que la citación no especificaba qué ley podría haberse infringido durante el acto del Orgullo en el que participaron artistas drag, como viene ocurriendo desde hace más de una década.
“Es irreal”, dijo Moore en una entrevista la semana pasada. “Solo soy una pequeña empresaria con un pequeño restaurante que ha estado abierto durante 14 años. Servimos fondue”.
En mayo, Uthmeier amenazó con emprender “rápidas acciones legales” contra un gimnasio de Palm Beach Gardens por permitir a las personas transgénero utilizar baños acordes con su identidad de género. El gimnasio, propiedad de la cadena nacional Life Time, dio marcha atrás en su política.
“Siempre se ha sentido cómodo utilizando el peso de su cargo de un modo que a otras personas les parecería mal”, dijo el representante estatal Alex Andrade, republicano por Pensacola, que dirigió la investigación de la Cámara de Representantes sobre la Fundación Hope Florida y es uno de los críticos más acérrimos de Uthmeier.
Uthmeier se ha mostrado especialmente contundente en lo que respecta a la aplicación de las leyes de inmigración —la principal prioridad actual de DeSantis—, amenazando con destituir a los cargos electos de Fort Myers y Key West que inicialmente se opusieron a colaborar con los funcionarios federales en esta cuestión.
El mes pasado, un juez federal declaró a Uthmeier culpable de desacato civil por desobedecer su orden de suspender parte de una nueva ley estatal de inmigración. La ley habría tipificado como delito estatal la entrada en Florida de un inmigrante no autorizado. Uthmeier dijo a los agentes de policía que no podía “impedir” que efectuaran detenciones en virtud de la orden. La semana pasada recurrió la sentencia por desacato.
Su oficina dijo la semana anterior, en un informe requerido por el tribunal, que al menos dos hombres del condado de St. Johns, cerca de Jacksonville, fueron acusados erróneamente en virtud de la ley estatal que fue bloqueada a finales de mayo, más de un mes después de la orden del juez.
Varios republicanos de Tallahassee dijeron que Uthmeier concibió la idea del centro de detención de los Everglades, y que el Departamento de Seguridad Nacional, deseoso de más capacidad de detención, estaba encantado de secundarla. Cuando visitó las instalaciones el mes pasado, Kristi Noem, secretaria de Seguridad Nacional, dijo que James Percival, consejero general de su agencia, se puso en contacto con DeSantis para colaborar en un centro de detención.
No pasó desapercibido en los círculos políticos de Florida que, en una inusual puesta en escena del gobernador, fue Uthmeier, y no DeSantis, quien anunció que el centro de detención estaba en construcción. A continuación, DeSantis hizo un recorrido exclusivo de las instalaciones con Fox News, antes de la visita de Trump, lo que eclipsó las actividades del presidente en el centro de detención.