Veinte años de espera terminaron en una noche mágica para Aurora FC, que celebró su ascenso a la Liga Nacional con un triunfo 1-0 sobre Sacachispas. Pero más allá del resultado, el momento fue la recompensa para un grupo que, bajo la dirección de Saúl Phillips, se reconstruyó desde las cenizas y encontró en la humildad, el trabajo y la fe sus pilares fundamentales.

“La humildad lo puede todo. El trabajo, el sacrificio, y hoy solo queda darle gracias a Dios”, declaró un emocionado Phillips, quien no ocultó su alegría por el histórico logro. “Es una locura, una locura total. Solo tengo palabras de agradecimiento para todos: la administración, los coroneles, los familiares de los jugadores, todos aportaron”.

El técnico costarricense, que tomó al equipo en un momento complicado, recordó con intensidad los momentos difíciles que vivieron antes de este ascenso. “Estos muchachos se levantaron del polvo. Veníamos de un torneo pasado durísimo, con golpes económicos, con una eliminación dolorosa contra Mictlán. Pero el fútbol siempre da revanchas y hoy nos tocó a nosotros”.

Con un discurso cargado de valores, Phillips destacó que cada paso fue posible gracias a un principio inquebrantable: la humildad. “Partido a partido, sin creernos más que nadie. Le dimos a cada juego la importancia que merecía y ese fue el secreto. Eso es trabajo de equipo, de una institución grande que supo sostenernos en todo momento”.

Pero el técnico no se olvidó de quienes caminaron antes por el mismo sendero. “Este ascenso también es para toda la gente que pasó por esta institución, que luchó por lograrlo y que aportó su granito de arena. Porque una vez que uno entra a este club, uno se convierte en tigre para siempre”, afirmó con orgullo.

Phillips también abrió su corazón al hablar de su familia, a quienes dedicó la victoria: “Todo esto se lo agradezco a Dios, a mi esposa Karen, a mis hijas Olivia y Camila —aunque no está en el país—, a mi madre, a mi padre, a toda mi familia, y también a las familias de estos muchachos. Esto es de todos”.

El estratega no olvidó a la prensa ni a la afición. “Vi a gente en el estadio que empujó, que nos tiró para adelante. Gracias también a ustedes, a los medios, todo suma. Hoy todos somos parte de este regreso”.

Y aunque el ascenso es motivo de celebración, el entrenador no pierde de vista el siguiente desafío. “Sí, hay que celebrar, pero el lunes empieza lo que viene: mantenernos en Liga Nacional, competir con altura. Este es un club con historia y vamos a trabajar para estar a la altura de esa historia”.