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¿Quién fue el creador de la bomba atómica?
La bomba atómica marcó un antes y un después en el curso de la historia, tras su detonación en dos ciudades japonesas. Conozca quién es el hombre considerado el padre de este invento nuclear.
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Eran alrededor de las 8.15 horas en Japón cuando se escuchó el estallido que detuvo el tiempo y cambió el curso de la historia global: la bomba atómica había sido lanzada sobre Hiroshima. Esto ocurrió el 6 de agosto de 1945, durante la Segunda Guerra Mundial, según datos de la Organización de las Naciones Unidas (ONU).
Sin embargo, este no fue el fin de la tragedia. El 9 de agosto de ese mismo año se lanzó una segunda bomba sobre Nagasaki, Japón. De acuerdo con información de la BBC, se estima que entre 150 mil y 250 mil personas murieron a causa de las detonaciones.
Detrás de este fatídico invento se encuentra la figura de una mente brillante, un hombre complejo y un científico carismático: Julius Robert Oppenheimer (1904-1966), físico teórico estadounidense considerado por muchos el padre de la bomba atómica. Sus allegados solían llamarlo “Oppie”.
En la biografía de Oppenheimer publicada por National Geographic, se destaca que el físico era amante de la literatura y que también poseía estudios en filosofía e idiomas. En la Universidad de Harvard, demostró interés por la física experimental cuando cursó la materia de termodinámica.
¿Cómo inicia la idea de una bomba atómica, antes de Oppenheimer?
Previo a la creación de la bomba atómica, un descubrimiento sacudió a la comunidad científica en 1939: la fisión nuclear, gracias al trabajo de Otto Hahn, Fritz Strassmann, Lise Meitner y Otto Frisch.
Según fuentes internacionales, este hallazgo abrió la posibilidad de una reacción en cadena mediante la fisión del uranio, y con ello, la oportunidad de provocar una explosión y una liberación de energía sin precedentes. Pocos meses después, el científico Albert Einstein y Leo Szilard, físico húngaro, enviaron una carta al entonces mandatario estadounidense, Franklin Delano Roosevelt.
La carta advertía sobre el potencial militar del hallazgo y la posibilidad de que Alemania desarrollara una bomba atómica. En ese país europeo, el físico Nobel Werner Heisenberg había obtenido fondos del ejército alemán para iniciar una investigación, según datos de medios internacionales.
Sin embargo, este proyecto no fue prioritario para Alemania por diversas razones. En contraste, las advertencias de Einstein y Szilard aceleraron la decisión de Estados Unidos de crear una bomba atómica.

Proyecto Manhattan: la creación de la bomba atómica en Estados Unidos
Estados Unidos priorizó la elaboración de una bomba atómica en 1941. El presidente Roosevelt solicitó la aceleración del programa, el cual fue controlado por el Departamento de Guerra estadounidense, bajo el nombre de Proyecto Manhattan.
Pese a las investigaciones anteriores del Buró Federal de Investigaciones (FBI, por sus siglas en inglés) por presuntos vínculos con el Partido Comunista de Estados Unidos, Oppenheimer fue designado líder del proyecto, al cual se entregó por completo, según lo descrito en su biografía.
El científico inició la búsqueda de un proceso para dividir el uranio 235 del uranio natural para establecer la masa crítica necesaria y así poder fabricar la bomba atómica, según datos de BBC. Además, estuvo a cargo de la administración del laboratorio donde se realizó esta labor.
En 1943, se seleccionó la meseta de Los Álamos, en Nuevo México, para llevar a cabo el proyecto, ejecutado por todo un equipo. Aunque muchos ignoraban cuál era el propósito real de su trabajo, Oppenheimer no solo conocía dicha finalidad, sino que también se involucró en decisiones importantes sobre el diseño de la bomba y su uso.
No obstante, el científico expresó su arrepentimiento por la destrucción que causó la bomba atómica y las víctimas de Hiroshima y Nagasaki: “Me he convertido en la muerte, el destructor de mundos”, exclamó en alguna ocasión.
Dos meses después de las explosiones, abandonó el cargo y posteriormente abogó por el control internacional del poder nuclear para evitar futuras tragedias. A pesar de ello, sigue siendo recordado como el padre de la bomba atómica.