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¡Casi 30 trámites! Floricultores piden al Maga acciones para bajar burocracia
Exportaciones de flores, plantas y ornamentales crecen 45% en 2025, aunque persisten obstáculos para importar variedades relacionadas con innovación genética.
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Guatemala ha logrado consolidar un nombre en los mercados internacionales por la calidad, el colorido y la belleza de sus flores y ornamentales. No obstante, el sector enfrenta un desafío: en los últimos cuatro años, las exportaciones de flores, follajes y plantas ornamentales se han mantenido sin mayor crecimiento, con un promedio anual de US$120 millones, según datos de Agexport.
Representantes del sector mencionan una serie de limitantes que golpean la competitividad e innovación, en medio de un mercado global volátil en gustos y preferencias. Algunos de estos obstáculos son los aranceles impuestos por los Estados Unidos desde abril de este año, las restricciones del Pacto Verde europeo, una infraestructura vial deteriorada, el aumento en costos de las navieras, falta de acceso a financiamiento y el estancamiento por la falta de incremento de tierras con riego tecnificado, entre otras.
A esta lista se añade la dificultad en innovación tecnológica, que se encuentra con dificultades de admisión de nuevas líneas genéticas para intercambio comercial internacional. Estos van desde largos trámites, hasta los costos.
En este punto, el presidente de la Junta Directiva de la Comisión de Flores, Plantas y Ornamentales de Agexport, Miguel Gutiérrez, lamenta que el principal obstáculo hoy día es el Ministerio de Agricultura, Ganadería y Alimentación (MAGA). “A partir del actual gobierno, los trámites de importación de material genético vegetativo de países que cuentan con investigación, desarrollo e innovación, resultan prácticamente imposibles. Pasamos de dos a 27 requisitos para importar nuevo material, además del cobro de US$6 mil”, afirma.
Una limitante que preocupa a los agroexportadores, pues ha significado un cuello de botella en el mediano plazo que afecta en el empleo de miles de mujeres en el área rural, un grupo muy representativo en la productividad del sector.
A pesar de los obstáculos, hay señales de recuperación. Durante el primer semestre del 2025 las flores, follajes y ornamentales registraron ingresos por exportaciones de US$78.1 millones, esto es un crecimiento del 45.6% respecto del mismo periodo del 2024.
MAGA: evalúan reducir costos
El director de Sanidad Vegetal del MAGA, Jorge Mario Gómez, tiene la función de proteger la salud de los cultivos y garantizar la seguridad fitosanitaria del país. Ante el señalamiento de Gutiérrez, sostiene que el cobro exacto es de US$6,250 y no es del actual gobierno, sino que tiene 18 años de existir.
Está regulado en el Acuerdo Ministerial 137-2007, que cobra US$31.25 (numeral 33) por permiso de importación, licencia o autorización de productos hidrobiológicos. Además, por la Ley de Sanidad Vegetal (Decreto 36-98, numerales 2 y 11) y su reglamento, Acuerdo Gubernativo 745-99, cuando se trata de importación con análisis de riesgo, explica.
Esta ley tiene la observancia de fijar las bases para la prevención, diagnóstico, control y erradicación de las enfermedades y plagas de animales, vegetales, especies forestales e hidrobiológicos con el fin de evitar el ingreso al país de plagas exóticas, su diseminación y establecimiento.
“Además se cuenta con disposiciones administrativas internas del MAGA que establecen que los servicios no subsidiados deben ser cubiertos por los solicitantes, especialmente cuando se trata de productos de interés comercial”, indica Gómez. Reconoce, sin embargo, que es un estudio oneroso, por lo que confía en que las autoridades agilicen la publicación de una nueva tarifa de US$2,500 para que el sector tenga mayor facilidad de importar productos y ser más competitivos en la región.
En cuanto a la exportación, Gómez explica que desde el Viceministerio de Sanidad Agropecuaria y Regulaciones del MAGA se encargan de emitir certificados fitosanitarios realizando inspecciones en campo o en el punto de salida, y diagnósticos de laboratorio para garantizar que los productos estén libres de plagas y enfermedades.
Considera que la Unión Aduanera entre Guatemala y El Salvador ha facilitado la libre movilización de productos, en donde nuestro país ha sido el más beneficiado, por ser mayor exportador de frutas, hortalizas y plantas ornamentales en la región.
Dos exportadoras con potencial
En Chimaltenango se encuentran dos de las principales fincas productoras y exportadoras de flores, Primarossa y Sunfresh Farms, las cuales cultivan principalmente rosas y otras variedades, en medio de un clima impredecible que va de cálido a frío, favorecida por suelos volcánicos y microclimas. Ambas cuentan con certificación Rainforest Alliance, que garantiza buenas prácticas ambientales y laborales, un requisito indispensable para acceder a los grandes compradores del norte.
En la finca Primarossa, miles de plantas crecen bajo un ambiente controlado de invernaderos que combinan precisión técnica y cuidado artesanal. Enormes estructuras de plástico resguardan miles de bolsas con plantas jóvenes que reciben condiciones ideales de crecimiento: riego exacto y constante, control de humedad, temperatura y monitoreo fitosanitario.
Desde 1995 Primarossa se ha especializado en este cultivo que hoy ofrece una serie de variedades de rosas en catálogo. Cuenta con 50 hectáreas y a lo largo del año emplea de 300 a 400 personas, la mayoría mujeres. “Nos favorece su participación por lo delicado del cultivo y la cosecha”, comenta Julián Muñoz, director general de la finca.
Los desafíos abundan. El clima, que viene con lluvias intensas hasta variaciones de calor, exigen una constante adaptación técnica, aunque asegura que el potencial del país es mayor, y que podría alcanzar hasta 5 mil hectáreas. “Falta inversión en infraestructura y apoyo financiero del gobierno. “Con préstamos o subsidios, el sector podría crecer más, tiene futuro”, asegura Muñoz.
Sunfresh, arte y técnica en innovación
Fundada en 1998, Sunfresh Farms, se ha ganado un lugar en la producción internacional, compitiendo con los productores colombianos y ecuatorianos.
En los invernaderos, José Augusto Méndez, gerente de producción es responsable de lograr el equilibrio entre naturaleza y tecnología para que cada rosa alcance la longitud exacta que pide el mercado. “El tallo debe medir 55 centímetros y con una malla especial logramos que los botones crezcan rectos y firmes, con un diámetro de 4.5 centímetros”, explica.
La tecnología les permite crear microclimas que controlan humedad y temperatura, con equipo que se activa en forma automática cuando se eleva la humedad relativa en el ambiente.
“Exportamos más de 50 millones de tallos al año”, cuenta Lizzy Montero, gerente de mercadeo y ventas. “Trabajamos con más de 14 variedades y bouquets personalizados.
En 2023, Sunfresh fue reconocida como Mejor Exportador del Año por Innovación, gracias al desarrollo de nuevos estilos de bouquets que conquistaron nichos como los supermercados en Estados Unidos, además de incursionar en Canadá, Centroamérica y Japón.
Montero asegura que la floricultura no es una tarea sencilla en Guatemala. Enumera desafíos como un clima impredecible, altos costos de fertilizantes, infraestructura deficiente y los bloqueos de transporte que complican el acceso al aeropuerto. “El camino no es fácil, pero creemos en el potencial del país. Guatemala tiene microclimas únicos y una ubicación privilegiada. Estamos cerca de lograr que el mundo nos reconozca por la calidad de nuestras flores”, asegura.
Una producción con manos femeninas
Con una trayectoria de 38 años en el país, la Comisión de Plantas Ornamentales, Flores y Follajes de Agexport representa actualmente a 74 empresas productoras y exportadoras que mueven más de 300 especies y alrededor de 3 mil variedades.
Actualmente, el sector experimenta un crecimiento del 30% en el segundo semestre del 2025, a partir de la innovación tecnológica y la ampliación a nuevos mercados, con un potencial de exportación de hasta US$213 millones.
Los cinco principales mercados son: Estados Unidos (US $72 millones), Países Bajos (US $41 millones), El Salvador (US$10 millones), Honduras (US$5 millones) y Alemania (US$4 millones).
Es un sector que genera alrededor de 60 mil fuentes de trabajo estables, 15 mil empleos permanentes, de los cuales el 75% son mujeres del área rural. “Ofrece un modelo productivo que combina el uso de tecnología, biológicos, así como el trabajo manual femenino”, resalta Gutiérrez.

Un invernadero de floricultura requiere sistema de fertirriego computarizado, líneas de goteo microcompensadas, manejo de cortinas retráctiles y ventilación adecuada.
La productividad ha tenido un crecimiento sostenido con alrededor de 3,500 hectáreas distribuidas en la Costa Sur, zona central, oriente, el norte y el occidente del país.
Brigitte Obrock, coordinadora de la Comisión, detalla que el sector se compone de tres grupos: flores de corte, follajes (30%) y las plantas ornamentales (70%).
En cuanto a flores de corte, las principales áreas productoras son Quetzaltenango, San Juan Sacatepéquez, Chimaltenango y Sacatepéquez, aunque la variedad de microclimas favorece la producción a lo largo de todo el territorio, asegura Obrock.
Las rosas son el producto estrella, le siguen los claveles, las orquídeas y los lirios, pero es difícil obtener datos específicos por volumen de exportación de cada flor, que además de embellecer eventos importantes, dan respuesta a tres momentos clave del año: Día de San Valentín, Día de las Madres y Día de Muertos. Otros productos con alta demanda son los esquejes, follajes tropicales y plantas vivas.
Riego, un futuro prometedor
A pesar de que Guatemala tiene una riqueza en recursos hídricos, hay una tradición de mal manejo de riego tecnificado en las producción agrícola, y la falta de políticas de riego palpables desde 1950, indica Gutiérrez, a pesar de que el acceso al agua con tecnología es un pilar estratégico en el desarrollo agrícola y rural, expone. “Ciertamente, en este punto tenemos esperanza con el MAGA, pues lleva a cabo una reestructuración de sus programas de riego, que esperamos tenga impacto en la población”.
Jorge Solórzano es asesor del Viceministerio de Desarrollo Económico Rural del MAGA y experto en riego tecnificado. Explica que la Política Nacional de Riego 2024-2033 se enfoca en cuatro pilares básicos de trabajo: inversión, fortalecimiento institucional, gobernanza y medio ambiente.
“El riego es crucial para la agricultura, puesto que permite duplicar y hasta triplicar la producción de una cosecha al año, lo que mejora la seguridad alimentaria y la producción de excedentes, aunque esto varía según el tipo de cultivo”, comenta.
Al implementarse tecnología, como la fertirrigación, se regula la cantidad adecuada de agua, incrementa cantidad y calidad de la producción. Aunque existen varios tipos de riego, por gravedad, sistemas de bombeo o con aguas subterráneas, parte de los retos para los productores son los altos costos de inversión, los cuales pueden llegar hasta Q120 mil por hectárea, según el sistema.
Una de las técnicas que se implementan desde el MAGA es la conservación de suelos con zanjas de infiltración. Este sistema evita que el agua se pierda en ríos, lagos o el mar y promueve la agricultura regenerativa, al crear microorganismos benéficos en el suelo y su regeneración.
“La política nacional de riego prioriza el Corredor Seco, seguido del norte y sur del país. Vemos un futuro prometedor, debido a una política clara y el interés del gobierno de proveer estos sistemas a nivel nacional”, asegura Solórzano.
Por una transformación integral
El sector flores, al igual que otros sectores productivos del país, necesita avanzar, a pesar de las laceraciones que atraviesa que van desde los salarios, aranceles, infraestructura, certificaciones y más, indica Brigitte Obrock.
Mientras con el MAGA se buscan soluciones técnicas y políticas que apoyen al sector para potenciar al máximo su capacidad productiva, son conscientes de que el mundo avanza. Por lo tanto, ven la necesidad de una transformación integral basada en cuatro acciones clave: incorporación de tecnología para mejorar la eficiencia en la producción; el desarrollo de nuevas variedades con valor agregado; la promoción de buenas prácticas agrícolas y sostenibilidad; y por último, la búsqueda constante de nuevos mercados y nichos especializados.
Resaltan también la necesidad de contar con una ley de innovación agrícola, la cual contribuiría a proteger derechos de propiedad intelectual a los obtentores de nuevas variedades vegetales, no solo para las plantas, sino para la agricultura. “El objetivo es incentivar la creación de nuevas variedades. Una legislación así permitiría que empresas y centros de innovación agrícola inviertan y operen en Guatemala, lo cual promovería la generación de tecnología e investigación”, plantea Obrock.
En cambio, Montero, de Sunfresh Farms, se enfoca en posicionar al país en el mapa mundial. “Las flores guatemaltecas no sólo conquistan mercados y corazones por su belleza, color o fragancia; detrás de cada tallo está el talento humano de su gente”, concluye.
Con información de Ximena Santiago.
Congreso: una oportunidad para abrir mercados
Agexport organiza la 4ta edición del Congreso de Plantas Ornamentales, Follajes y Flores que se realizará este 28 de octubre en Santo Domingo del Cerro, Antigua Guatemala. Un espacio para conectar con alrededor de 300 participantes, 50 empresas exportadoras e importadores, productores y proveedores de una industria diversa, lo cual abre la posibilidad para generar nuevos contratos de exportación y fortalecer alianzas estratégicas.
El evento ofrece un amplio programa de conferencias técnicas en temas como control de plagas, irrigación, fertilización, inteligencia artificial en la agricultura, sostenibilidad y cambio climático. Además, giras de campo, exhibición y networking.
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