La Selección Nacional de Fútbol de Guatemala despierta emociones profundas, tanto positivas como negativas. Entre los miles de aficionados que la siguen, destaca uno en particular: el Mago Chapín, un seguidor incondicional que ha acompañado a la Bicolor desde 1997.

Ataviado con un chal pintado con la majestuosa ave nacional, el quetzal, el rostro cubierto con los colores azul y blanco, y una réplica del Templo del Gran Jaguar coronando su cabeza, el Mago llegó con entusiasmo al estadio Cementos Progreso para apoyar al equipo nacional.

Fue uno de los primeros en ingresar al estadio, mostrando una vez más su fidelidad a los colores que ama. Desde su primera aparición —cuando portó una gran manta y fue apodado “la Bandera Humana”— ha sido considerado un símbolo de aliento y entrega.

Con el paso del tiempo, también se ha ganado los nombres de “el shaman de la selección” y, más recientemente, “el Mago Chapín”.

“Definitivamente es algo tan lindo que se siente en el corazón. Yo doy todo por la Selección de Guatemala. Sé que es nuestro fútbol y tenemos que apoyarlo en las buenas y en las malas”, expresó con alegría.

Su misión: dejar legado

El fervor del Mago Chapín va más allá de los partidos. Tiene como propósito inspirar a las nuevas generaciones a apoyar con la misma pasión al combinado nacional, especialmente a sus familiares, con la esperanza de que este sentimiento se convierta en un legado.

Durante las eliminatorias rumbo al Mundial de Alemania 2006, acompañó a la Bicolor en partidos disputados en Honduras y El Salvador, consolidándose como un ícono de la afición guatemalteca.

Un amor incondicional

El Mago reconoce que su camino junto a la selección ha estado lleno de altibajos emocionales, “Hemos llorado, hemos reído… la selección nos ha dado de todo: alegrías, emociones, pero también sufrimiento”, confesó.

A pesar de los desafíos, mantiene viva la ilusión de ver a Guatemala clasificada a una Copa Mundial, y reitera que el verdadero amor por los colores se demuestra también en los momentos difíciles.

“Hemos vivido muchas horas junto a la selección. Nunca tenemos que dejar de creer. Este es nuestro fútbol, esta es nuestra selección, esto es parte de lo que somos. Hoy represento a Guatemala, todo lo lindo que tiene a través de su cultura, pero sobre todo, represento el apoyo que la selección necesita en las buenas y en las malas”, concluyó emocionado.