La gran oportunidad de la X legislatura

La gran oportunidad de la X legislatura

¿Habrá posibilidad de que esta legislatura nos deje algo que fortalezca nuestro sistema republicano y democrático y no sus bolsillos?

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Resumen Automático

08/06/2025 00:04
Fuente: Prensa Libre 

La historia no ofrece segundas oportunidades. Al menos eso he escuchado en muchos lugares. Quizá así debería ser en una República seria. Sin embargo, en la política guatemalteca abundan las segundas, terceras y cuartas oportunidades a personajes que fracasan en servir al país pero que son exitosos en favorecer sus intereses personales. Esta anomalía nos ha condenado a desilusiones democráticas, crisis institucionales y un sistema poco representativo.

¿Habrá posibilidad de que esta legislatura nos deje algo que fortalezca nuestro sistema republicano y democrático y no sus bolsillos?

Actualmente estamos atravesando el (mal llamado) receso legislativo. Que no es otra cosa que el período extraordinario entre el primer y segundo período de sesiones que tiene nuestro Congreso cada año. Durante la primera mitad del 2025, en el Congreso de la República sucedieron tres cosas: poco, casi nada y nada. Lo cual se traduce a 20 sesiones ordinarias, tomando en cuenta que, entre ellas, pasó un mes entero en el cual los jefes de bloques no se ponían de acuerdo en la agenda y solo no sesionaron. Por su lado, el pleno conoció 47 iniciativas y se aprobaron cuatro decretos. Así, hubo un 83% de asistencia, en promedio, de los diputados. Mientras tanto, las comisiones de trabajo emitieron 23 dictámenes.

Los guatemaltecos no esperamos que en cada período se aprueben decenas de decretos, la cantidad no es el meollo del asunto, puesto que no denota una mejor calidad legislativa. Tampoco la fiscalización que hacen los diputados se queda atrás, si bien ha ido en aumento, parece que lo hacen más por la viralidad que por los resultados concretos. Usted, lector, ¿qué piensa de ello?

Con todo esto, hoy no estamos para hablar de segundas oportunidades hacia los políticos de turno. De lo que sí podemos hablar es de una oportunidad distinta. De un momento propicio. De un tiempo oportuno para emprender cambios y hacer que los próximos años que le quedan a esta X legislatura tengan un legado positivo. Imposible quitarse la mancha del aumento salarial que fue injustificado, abusivo y que aún no se deroga. No obstante, como dice la famosa expresión… “una de cal y una de arena”; ¿habrá alguna posibilidad de que esta legislatura nos deje algo que fortalezca nuestro sistema republicano y democrático y no sus bolsillos?

Si tan solo la magia y un poco de polvo de hadas, como dicen en las películas de niños, fuera suficiente, una reforma a la Ley Electoral y de Partidos Políticos (Lepp) sería la oportunidad para este Congreso de hacer un cambio en pro de la institucionalidad del país. Lamentablemente no estamos en una película de niños y se requiere mucho más para que una reforma de este calibre se haga realidad. Con voluntad política y dignidad cívica, cambiar la Lepp de manera seria y contundente para fortalecer al Tribunal Supremo Electoral, corregir errores de reformas pasadas (del 2016, puntualmente) y mejorar la representatividad sería un paso clave para ordenar nuestro sistema.

La paradoja es evidente. Quienes deben cambiar las reglas del juego son quienes directamente se ven beneficiados o afectados por ellas. Los mismos actores, a los cuales consciente o inconscientemente les hemos dado varias oportunidades, ahora son los llamados a corregir el sistema electoral y de partidos.

Probablemente esté siendo un tanto dura. Guatemala no es el único país que le da varias oportunidades a políticos que decepcionan a la ciudadanía o abusan de su puesto, pero este ciclo de inoperancia y aprovechamiento debe tener un fin. Aunque la historia los ha perdonado muchas veces, esta podría ser de las últimas ocasiones para evitar un colapso institucional como en otras áreas o como les ha pasado a nuestros vecinos de la región.