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La historia del guatemalteco Edgar Castro Bathen, aceptado en la Unión Astronómica Internacional, referente mundial
Edgar Castro Bathen, director del Instituto de Astronomía de la Universidad Galileo, fue aceptado en la Unión Astronómica Internacional, una responsabilidad que refuerza su papel como divulgador científico en Guatemala.
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Edgar Castro Bathen fue aceptado el lunes 14 de julio 2025 como miembro asociado de la Unión Astronómica Internacional (IAU, por sus siglas en inglés). Este organismo realiza asambleas desde 1922 y reúne a más de 3 mil participantes. En la actividad que se hace cada tres años se discute acerca del futuro de la astronomía, los nuevos instrumentos y telescopios -disponibles y por diseñar- entre otros temas.
La divulgación es un tema permanente. Castro era parte de la IAU desde 2024 como divulgador y Coordinador Nacional de Divulgación (National Outreach Coordinator, NOC) junto a Jessika Aceituno, diplomada en Astronomía y Astrofísica Básica y también parte de la Universidad Galileo.
El entrar como miembro fue un proceso diferente en el que hizo una solicitud y en la que pesó su trabajo al lleva el tema de la astronomía a los guatemaltecos, los más de 600 artículos publicados en diferentes revistas y medios de comunicación, así como sus trabajos recientes en revistas internacionales relacianados con astronomía, incluso hace una publicación en paquistaní.
Solo en la última semana el investigador dio charlas de la historia de la astronomía en la Feria Internacional del Libro, (Filgua), acompañó proyectos culturales y presentaciones como la de Sergio Emilio Montúfar Codoñer, quien presentó el cortometraje titulado La Antigua Guatemala, Suspendida en el tiempo y acompañó como su mentor al niño prodigio, David López, quien dio una charla sobre el Sol a casi medio centenar de Niños Lectores de Purulhá, algunos de ellos salieron por primera vez de su lugar de origen.
El camino de un científico guatemalteco
Castro Bathen nos habla de su vida y comparte en esta entrevista más de cómo desde su adolescencia se vio impactado por la astronomía. Es oportuno recordar esta entrevista publicada en Revista D, en 2025donde nos habla al respecto.
Edgar Castro nació el 3 de marzo de 1956 y actualmente tiene 59 años. Vivió en su niñez en la colonia Primero de Julio, en Mixco. Estudió en el colegio Loyola y ganó una beca para estudiar en el Liceo Javier.
Estudió Ingeniería en diferentes universidades, y se graduó en esta disciplina en la Universidad Francisco Marroquín. Es director del Instituto de Investigación de Ciencias de la Tierra y la Astronomía y fundador del diplomado en Astronomía y Astrofísica Básica por la Universidad Galileo. Es ingeniero en Sistemas. También se autodenomina observador del cielo, divulgador, columnista y profesor de Astronomía. Ha publicado más de 400 artículos de esta ciencia en medios escritos y ha participado en decenas de entrevistas en radio y televisión. Es autor del libro “Curiosidades de nuestro Universo”.
La oficina personal del “observador del cielo”, como se hace llamar, está tapizada de astrofotografías; incluso, tiene un tríptico con el eclipse total de Sol que fue visible en Guatemala el 11 de julio de 1991. Una luna tridimensional y docenas de libros acerca del espacio son parte de su diario vivir. Desde este lugar realiza transmisiones en vivo, graba videos e imparte clases para que cada vez más personas conozcan los fenómenos que se ven en el cielo. ¿Cómo nació en él esta pasión?

¿Cuáles eran sus sueños en la niñez?
De niño, me gustaba hacer estadísticas; por ejemplo, para mis vacaciones me iba a ver pasar los buses y anotaba cuántos de la línea pasaban en la Primero de Julio. Quería saber cuántos había y los clasificaba. Al cumplir 13 años, compré un telescopio que me costó 10 meses de ahorro de mi mesada, que era de Q3, ya que el telescopio en 1970 costaba la “astronómica” cifra de Q30. Cuando lo logré comprar, en noviembre de ese año, le pedí a mi mamá que me tomara una foto. Me puse mi saco azul y llevé a mi gata. Mi sueño era ser el astrónomo de Guatemala. En la universidad soñaba con estudiar astronomía, pero esa carrera no existía en Guatemala. Me gradué de ingeniero en sistemas y en 1985 me uní al Astroclub, el primer club de astronomía que conocí. Posteriormente en 1992 fui co-fundador de la Asociación Guatemalteca de Astronomía y fui su presidente por 17 años.
¿Por qué quería ser astrónomo?
Nuestra televisión no servía en 1969, y me fui a la casa de mi madrina para ver la transmisión de Neil Armstrong cuando llegó a la Luna. Era una gran alegría y vi los cohetes. Todo me empezó a fascinar y me preguntaba si existían los extraterrestres. Un amigo me prestaba libros. Ahí empecé a estudiar y me enteré de que no había vida en la Luna ni en Marte. El interés era saber qué hay más allá y de qué están hechas las estrellas y otras preguntas de cómo es el Universo.
Actualmente, ¿todavía no se puede estudiar esa carrera en el país?
No, lo único que existe es el diplomado en Astronomía y Astrofísica Básica, que creamos en la Universidad Galileo. Se creó en 2009, después de que llevé el programa de diplomado a varias universidades. Hice investigaciones en Chile y México, donde hay carreras de Astronomía, y construí un pénsum de estudios. Las universidades dijeron que no lo consideraban factible. Pensé que Guatemala no quería estudiar esto, a pesar de que la cultura maya tenía grandes avances en el tema e hizo descubrimientos importantes.
El 2009 fue el Año Internacional de la Astronomía, porque se cumplían 400 años de cuando Galileo Galilei fue el primero que tomó un telescopio y lo enfocó hacia las estrellas.
Así que pensé en llevar el programa a la Universidad Galileo. José Moreno era catedrático de Física y él me ayudó. Lo presentó al Consejo de la Universidad y el doctor Eduardo Suger autorizó un diplomado de un año. Pienso que Galileo Galilei me ayudó. Para la inauguración vino Mitzy Adams, de la Administración Nacional de Aeronáutica y el Espacio (Nasa). Actualmente se han graduado cerca de 120 personas. A raíz de la pandemia se empezó a impartir de manera digital y se inscribieron también estudiantes extranjeros.
¿Tiene alumnos menores de edad en el diplomado? ¿Cómo ha sido esa experiencia?
Tenía una alumna llamada Pamela López. Ella estudió porque su hijo, le hacía muchas preguntas de astronomía, y ella no sabía cómo contestarle, así que se puso a estudiar. Sacó el diplomado y solicitó apoyo para que entrara a estudiar su hijo David, de nueve años. En ese momento teníamos autorización para recibir menores, aunque, por su edad, sentía que era un poco arriesgado.
David ha sido un niño muy aplicado, hace preguntas inteligentes y los compañeros lo respetan. También estudió Israel Monterroso, quien en 2012 tenía 12 años. Ambos han hecho presentaciones destacadas. (La entrevista fue antes de junio 2025 cuando David López fue nombrado entre los 100 niños prodigio).
Lea más: David López, el niño guatemalteco que ya figura entre los niños prodigio del mundo
Ahora tenemos cuatro diplomados más, además del de Astronomía Básica. Así surgieron los de Astronomía Avanzada, Astrobiología, Economía Espacial y Astroturismo. Estos dos últimos todavía están en proceso de búsqueda de estudiantes interesados y en el de Astroturismo buscamos al especialista que lo dé.
¿Existe hoy más interés por el mundo espacial?
En el 2024, Guatemala fue sede del Congreso Espacial Centroamericano (CEC) y asistieron personas de todo el mundo. Guatemala tiene una gran oportunidad de participar en proyectos espaciales por lo cerca que estamos de Estados Unidos. Tenemos que ir educando las personas para encontrar estos nuevos caminos.
En el CEC se observó a jóvenes guatemaltecos que han demostrado que es posible otra realidad. Guatemala ya tiene un satélite, están trabajando en otro; vienen cosas buenas y oportunidades de trabajo diferente. Las nuevas generaciones quieren ser científicas, astronautas, geólogas espaciales y otras carreras relacionadas con el espacio.
No podemos seguir los caminos tradicionales, porque nos llevaría mucho tiempo; debemos hacer algo diferente para saltar con tecnología espacial.

¿Admira a alguien en el tema astronómico?
Sí, a Carl Sagan. Él es el mejor astrónomo que hemos tenido, no tanto en el sentido de descubrimiento, sino en dar a conocer la astronomía al mundo. Antes pensábamos que era difícil hablar con un astrónomo y que pasaba en su observatorio. En cambio, Sagan empezó a explicar cómo eran la Tierra y el Universo, cómo se podían entender y dar a conocerlos a todos. Esto hizo que más personas se interesaran en la ciencia. Tengo todos sus libros y he tratado de seguir sus pasos. Él se preparaba para todas sus conferencias. Por eso tomé un curso de locución, para hablar mejor.
Existe un viaje que acaba de hacer y que fue un sueño cumplido. ¿A dónde fue?
No dudo que Europa tiene riqueza histórica, pero mi gran sueño era ir a la parte de arriba a ver las auroras boreales. Hice el viaje en 2024.
Nunca había visto ese fenómeno. El Sol tira partículas que se acumulan y eso lo provocan esas figuras. Iván Castro, el fotógrafo, anunció un viaje al norte de Suecia, Noruega y Finlandia, de 10 días. Ya tengo 68 años y sabía que, si no lo hacía ahora, sería complicado hacerlo después. Viajamos con mi esposa. Existen leyendas que cuentan que eran almas de los difuntos, ahora sé por qué. Si no supiera que es el Sol, pensaría que son formas fantasmales.
¿Qué desearía para Guatemala?
Me gustaría que existiera más entusiasmo con estos temas. A veces me frustro porque existen conferencias y actividades que no son de todos los días y las personas no llegan. Me gustaría saber qué influye en esto.