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California entre el miedo, la protesta, la provocación y la represión
A la memoria del jurista Mario López Larrave, maestro y amigo, en el 48 aniversario de su cobarde asesinato. En California se está cavando la tumba política de Donald Trump. Es en este tiempo y en ese espacio que coinciden una serie de factores que mellan la carrera política del polémico presidente. En primer […]
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A la memoria del jurista Mario López Larrave, maestro y amigo, en el 48 aniversario de su cobarde asesinato.
En California se está cavando la tumba política de Donald Trump. Es en este tiempo y en ese espacio que coinciden una serie de factores que mellan la carrera política del polémico presidente.
En primer lugar, está la deuda soberana de los Estados Unidos de América. Según datos oficiales, en abril pasado la deuda pública estadounidense ascendía a 36,2 billones de dólares, de los que 28,9 billones de dólares están en poder de inversores que exigen sus réditos, adeudo que alcanzó un nivel que muchos analistas consideran insostenible. En ese contexto, Trump y su equipo pretenden reformar el sistema monetario internacional para aliviar el déficit comercial estadounidense, y reducir la carga de la deuda.
El plan de reforma aún no ha sido publicitado, pero cuatro de sus pilares ya están incidiendo en la escena monetaria: la imposición y el incremento de aranceles a los socios comerciales; el uso de criptomonedas y activos digitales; la revisión de acuerdos de seguridad, condicionando la protección de EE. UU. a un mayor aporte de los aliados, como ya sucede con la OTAN; y la reducción drástica del gasto público, la tarea que Elon Musk no pudo terminar, pero que Trump amenaza con imponer al Estado de California, el más rico de la nación, cuyo gobernador demócrata ya amenaza con independizarse de la unión estadounidense, pues el PIB del Estado ya superó a Japón como la cuarta economía más grande del mundo.
El desenlace dependerá de la aceptación o resistencia de la comunidad internacional, y de los actores nacionales. Si los países afectados reaccionan con contramedidas agresivas, como ya está pasando, el mundo podría entrar en una nueva era de proteccionismo y fragmentación económica. En este escenario, las decisiones que se tomen en los próximos meses serán determinantes para el futuro del sistema financiero global.
En segundo lugar, ya es un hecho que Donald Trump perderá la guerra de aranceles que desató, por lo que tal medida no fortalecerá la economía de la potencia del norte.
En tercer lugar, el magnate y mandatario no ha podido implementar su estrategia de ampliar el Lebensraum o espacio vital de EE. UU., siguiendo las concepciones del geoestratega alemán Karl Haushofer. Se le han ido cerrando las posibilidades de comprar Groenlandia, incorporar a Canadá a la Unión Americana, o recuperar militarmente el Canal de Panamá. En esta pretensión imperial, el obstáculo más importante es la creciente influencia geoestratégica de la Federación Rusa, de China y del BRICS, alianza cuyo PIB ya supera por mucho al G-7.
El cuarto factor es que el principal rival político-electoral de Donald Trump es Gavin Christopher Newsom, el actual gobernador demócrata de California, quien amenaza con abortar los planes de reelección del actual mandatario, quien pretende promover una reforma constitucional, para poder contender por un tercer período presidencial. O, en su defecto, Newsom no parece tener rival electoral entre los políticos trumpistas del movimiento MAGA.
En este poco favorable contexto nacional e internacional, como quinto factor, la ruptura de Trump con Elon Musk es un conflicto que aún no muestra toda su gravedad. Hay que recordar que, antes de estar en el equipo de gobierno, la Agencia de Defensa para Contrainteligencia y Seguridad de EE. UU. concedió a Musk el acceso a altos secretos de Estado, debido a los contratos firmados con la empresa SpaceX, para la transmisión satelital de datos. A inicios de año, congresistas demócratas denunciaron que el acceso del organismo DOGE, dirigido por Musk, a los secretos de inteligencia de EE. UU. representaba una amenaza para la seguridad nacional. O sea que Elon Musk se retiró del gobierno con igual o mayor información estratégica que el presidente de EE. UU., convirtiéndose en un actor político sin parangón, pues en el sector de la inteligencia, la información es la moneda de cambio. Por ello, Vladimir Putin ya le ofreció asilo político al empresario.
Mientras el presidente Trump amenaza con cancelarle a Elon Musk más de 100 contratos firmados con 17 agencias gubernamentales, que representan 3 mil millones de dólares, el magnate destapó parte de los archivos reservados de Jeffrey Epstein, en los que aparece Donald Trump, insinuando que podría estar implicado en delitos de pederastia. También aparece Melania Knavs, quien solía modelar desnuda, hasta casarse con Trump, y llegar a ser Primera Dama, afrentando el conservadurismo republicano.
En este complejo y conflictivo contexto, Donald Trump decidió impulsar agresivamente su plan antiinmigrante, para tender una cortina de humo ante la opinión pública, medida que constituye el sexto factor político. Lo hizo, incluso, violando la Cuarta Enmienda constitucional de EE. UU., al enviar 2,000 efectivos de la Guardia Nacional a California, sin el pedido ni la aprobación del gobernador, tal como la ley señala.
Por esta razón, el Gobernador y el Fiscal de California anunciaron que demandarán al Presidente. Expertos aseguran que esta es la primera vez, desde 1965, que la Guardia Nacional es activada por orden presidencial sin el consentimiento del gobernador estatal. Trump indicó en su memorando que las protestas en Los Ángeles constituyen «una forma de rebelión contra la autoridad del gobierno de Estados Unidos». Esto, para poder invocar una disposición especial del Código de las Fuerzas Armadas de EE. UU.
Desde que tomó posesión, el presidente Donald Trump ha aterrorizado a los indocumentados con medidas extremas, lo que en California provocó el alzamiento de los migrantes, quienes se manifestaron pacíficamente en un inicio. En el marco de las protestas, hubo constantes provocaciones de individuos enmascarados, que degeneraron en disturbios y saqueos, que fueron reprimidos con mucha fuerza, por agentes de particular, movilizados en vehículos sin identificación, incluso con placas extranjeras.
Los disturbios, ampliamente difundidos por la prensa tradicional, sirvieron a Trump en bandeja de plata la excusa para la represión, y dieron al movimiento MAGA los argumentos para exacerbar el miedo, el clasismo y el racismo en contra de los migrantes.
En ese contexto, se exacerbó la confrontación presidencial contra el Gobernador de California, Gavin Newsom, y contra la alcaldesa de Los Ángeles, Karen Bass, quien tiene una nieta guatemalteca. Ambos políticos demócratas habían declarado al Estado y a la ciudad como territorio santuario para los migrantes, por lo que se opusieron a que fueran reprimidos y capturados. Con el aval presidencial, Tom Homan, conocido como “zar de la frontera”, amenaza con detener tanto a la alcaldesa como al gobernador, quien ha retado a Homan para que lo llegue a capturar.
En su miopía, Donald Trump ha iniciado una guerra contra un sector estratégico de la economía de EE. UU. pues, en 2024, los inmigrantes contribuyeron con 781 mil millones de dólares al PIB de Estados Unidos. Esta cifra es equivalente al 4% del PIB total del país, y podría ubicar a la población inmigrante como la décima economía más grande del mundo, si fuera un país independiente. Por todo lo anterior, sostenemos que, en California y donde haya migrantes, se está cavando la tumba política de Donald Trump.