Durante el conflicto entre Israel e Irán se han utilizado diversos proyectiles y armamentos, pero uno de los más sonados es de EE. UU., y es considerado como la única arma que podría destruir las instalaciones nucleares que se encuentran enterradas en territorio iraní.

Se trata de la bomba GBU-57 o “Bunker Buster”, una ojiva de 13 toneladas que tiene la capacidad de hundirse a decenas de metros bajos la superficie antes de explotar.

Pero este armamento necesita un medio de transporte para poder lanzarlo, y ahí entran los aviones estadounidenses B-2.

Estos aviones son los únicos capaces de lanzar esta bomba, y se tratan de bombarderos estratégicos cuyo diseño se originó en los tiempos de la Guerra Fría.

Recientemente, estos aviones fueron desplegados a principios de mayo en la base estadounidense de Diego García, ubicado en el Océano índico.

Según Masao Dahlgren, especialista en armas del centro de investigación CSIS en Washington, estos B-2, debido a su largo alcance, pueden despegar desde EE. UU. “hasta Oriente Medio para llevar a cabo bombardeos, porque ya se ha hecho antes”.

Según medios locales como Infobae, estos aviones tienen un costo estimado de US$1 mil 100 millones, y está diseñado específicamente para penetrar sistemas de defensa aérea y poder movilizarse sin ser detectado.

Apodado también como “fantasma”, el B-2 puede transportar hasta 40 mil libras, el equivalente a dos bombas GBU-57.

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