¿Cede EE. UU. ante China?

¿Cede EE. UU. ante China?

La China alejada de los conflictos bélicos directos

Enlace generado

Resumen Automático

15/06/2025 00:04
Fuente: Prensa Libre 

Estando a medio año de cerrar el primer cuarto de este siglo XXI, prácticamente hoy domingo 15 de junio del 2025, se han observado situaciones recientes que apuntan con precisión que la otrora atrasada y convulsa República Popular de China de los años sesenta del siglo pasado, es ya hoy un rival indiscutible de los Estados Unidos de América (EE. UU).

La China alejada de los conflictos bélicos directos

En los inicios de este siglo XXI, los EE. UU. no tenía rival alguno significativo de carácter global, luego de la desintegración abrupta de la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS) —1991— que fue en su momento una seria amenaza ideológica y militar durante la Guerra Fría (1947-1991). En esa nueva fase, los EE. UU. gozaban del apogeo militar y político, de una cultura popular, de una expansión económica y financiera global y de una innovación tecnológica revolucionaria encabezada en aquel momento por la introducción del internet y de las comunicaciones digitales.

En ese mundo unipolar era impensable e impredecible que sucedieran en los EE. UU. los actos terroristas del 11 de septiembre del 2001. Esos ataques planificados subrepticiamente y con casi absoluto sigilo por fanáticos islámicos que vulneraron los sistemas de seguridad impactaron directamente no sólo en territorio estadounidense, sino en objetivos emblemáticos de los EE. UU. Un recuerdo del ataque sorpresa en Pearl Harbor, Hawái, por las fuerzas imperialistas del Japón en 1941, que desataron el involucramiento abierto, directo y determinante de los EE. UU. en la Segunda Guerra Mundial.

El siglo XXI, que parecía iniciar en un clima de optimismo, de paz y de estabilidad global, se altera y obliga a los EE. UU. y a sus aliados a reaccionar e iniciar la lucha contra el terrorismo global que parte con la guerra directa contra Afganistán (2001-2021) y luego contra Irak (2003-2011). Se dan procesos consecuentes de desestabilización con incidencia terrorista en Siria, en Libia, en Irak, surgiendo grupos islámicos en la región como el denominado Estado Islámico.

Si bien la Federación de Rusia, heredera de la desintegración de la URSS, hizo causa común en la lucha contra el terrorismo, se dan circunstancias en que se produce la Guerra de Ucrania en la que EE. UU. al principio y ahora la OTAN con el liderazgo europeo, están comprometidos en un desgaste y drenaje de recursos en función de debilitar a Rusia estratégicamente. Y ahora estamos observando una nueva confrontación directa entre Israel e Irán, con riesgos de escalamiento en que EE. UU. es el soporte principal de Israel.

La China a lo largo de este primer cuarto del siglo XXI, contrario a los EE. UU. y su aliados, alejada de los conflictos bélicos directos y con una concepción de inserción global pacífica, comercial, económica-financiera y de inversiones, ha continuado evolucionado, mejorando la calidad de vida de millones de ciudadanos chinos y por momentos pareciera que dan saltos cuánticos en un proceso histórico en que se manifiesta abiertamente una nueva y más acelerada revolución tecnológica frente a la cual los EE. UU., en tantos frentes globales y en tantos desafíos internos, pareciera perder dinamismo.

El sentido de civilización milenaria de características únicas lo han hecho sentir en las nuevas negociones con los EE. UU. que se han dado al más alto nivel político en condiciones de igualdad, ahora sobre la base sólida de su situación actual y de su proyección de desarrollo hacia el futuro de este siglo. Los EE. UU. han dado muestras de ceder en unas negociaciones de índole comercial, pero que tienen otras implicaciones en materia de tecnología crítica.

La China cuenta con el control de minerales raros fundamentales para el desarrollo tecnológico de la inteligencia artificial aplicada a todos los ámbitos y, por supuesto, a los futuros armamentos militares.