El martes 10 de junio, un toque de queda nocturno entró en vigor en la ciudad de Los Ángeles, California, luego de varios días de protestas y manifestaciones contra las redadas del Servicio de Control de Inmigración y Aduanas (ICE, por sus siglas en inglés) y los operativos migratorios del presidente estadounidense Donald Trump.

De acuerdo con el mandatario republicano, algunos de los manifestantes, que en su mayoría son pacíficos, “se han tornado muy violentos al caer la noche”, por lo que los saqueos y el vandalismo “han dejado varias huellas en el corazón” de la segunda ciudad más poblada de los Estados Unidos, con más de cuatro millones de habitantes.

“He declarado el estado de emergencia local y decretado un toque de queda en el centro de Los Ángeles para detener a los vándalos y parar a los saqueadores”, informó la alcaldesa de la ciudad, Karen Bass, quien evitó comentar sobre las declaraciones de Donald Trump, que calificó las protestas como “una invasión del enemigo extranjero”.

“Creo que, obviamente, lo están haciendo por seguridad. Pero no creo que el problema sean las protestas pacíficas. Es lo que sea que está sucediendo del otro lado lo que está incitando a la violencia”, sostuvo un manifestante anónimo sobre el toque de queda en Los Ángeles, donde se han registrado protestas por cinco días consecutivos.

Vandalismo y saqueos en Los Ángeles

Conforme a lo expuesto por el diario digital en español El Mundo, los episodios de vandalismo y saqueos registrados durante la noche del pasado lunes 9 de junio afectaron directamente a 23 negocios en el centro de la ciudad angelina, incluyendo joyerías y farmacias, que fueron “atacados por los manifestantes más violentos” de Los Ángeles.

Las protestas en California han ocasionado millones de dólares en pérdidas para los negocios en Los Ángeles, por lo que la policía estatal ha llevado a cabo “arrestos masivos” en el centro de la ciudad, donde la alcaldesa Karen Bass declaró el toque de queda tras cinco días de choques y protestas contra las redadas migratorias de ICE.

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La furia contra las políticas migratorias de Trump ha desatado un clima de alta tensión en la ciudad angelina, por lo que el mandatario republicano tomó la decisión de desplegar 700 marines y 4 mil miembros de la Guardia Nacional en Los Ángeles, con el objetivo de intentar evitar que las protestas se extiendan a Nueva York o Chicago.

“El toque de queda es una medida necesaria para proteger vidas y salvaguardar la propiedad”, agregó la alcaldesa Bass, quien mencionó que tres kilómetros cuadrados de la metrópolis californiana permanecerán acordonados hasta la noche del 11 de junio, excepto para los residentes del sector, periodistas acreditados y servicios de emergencia.

Según el Departamento de Policía en Los Ángeles, más de 110 arrestos fueron realizados por las fuerzas del orden locales durante las últimas 24 horas, donde la mayoría fueron por “desobedecer órdenes para dispersarse”, de manera que los agentes comenzaron a dispersar a las personas con bombas aturdidoras y gases lacrimógenos.

“Lo que todos ven en California es un asalto a la paz, al orden público y a la soberanía nacional, llevado a cabo por alborotadores que portan banderas de otras naciones con el objetivo de continuar una invasión extranjera en nuestro Estados Unidos”, concluyó el presidente Donald Trump durante una rueda de prensa en Carolina del Norte.