Han transcurrido 85 días de diálogo entre recolectores, recicladores de base, la Municipalidad de Guatemala y el Ministerio de Ambiente y Recursos Naturales (MARN), con el objetivo de encontrar una salida viable para implementar la clasificación de los desechos sólidos. Mientras se alcanzan acuerdos, continúa vigente la separación en orgánico, reciclable y no reciclable, y las comunas promueven dicha práctica.

Desde el 26 de febrero último se estableció una mesa de diálogo para alcanzar consensos que permitan la separación de la basura, los cuales deben quedar plasmados en las modificaciones al Reglamento para la Gestión Integral de los Residuos y Desechos Sólidos Comunes —Acuerdo Gubernativo 164-2021—, que entró en vigor el pasado 11 de febrero.

La Unidad de Prensa de la Municipalidad de Guatemala indicó que, para alcanzar el modelo de separación, las partes han presentado sus opiniones y recomendaciones, las cuales están en proceso de análisis y discusión. También se planteó la necesidad de que cualquier esquema de clasificación de los desechos se implemente por fases, de forma gradual y en etapas que permitan calibrar la operación, hacer ajustes técnicos y garantizar el equilibrio entre el desarrollo humano y el medio ambiente.

Una fuente cercana a dicha mesa de diálogo refirió que una de las propuestas es que los recicladores de base sean reconocidos en el procesode clasificación de los desechos. Además, se ha planteado la modificación de varios artículos, por ejemplo, los que contemplan cambios en los camiones recolectores.

Las municipalidades representadas en la mesa —Amatitlán, Guatemala, Mixco, Santa Catarina Pinula, San Miguel Petapa y Villa Canales— han manifestado su preocupación por la sostenibilidad ambiental y financiera de la implementación del reglamento, según la comuna capitalina. En ese sentido, se evalúan distintos mecanismos para que el Estado respalde el proceso, tanto en el marco normativo como mediante aportes financieros que permitan su viabilidad y continuidad.

Añadió que se busca una solución viable, participativa y que responda a las necesidades del entorno, así como a las de los recolectores y recicladores de base que trabajan en el relleno sanitario de la zona 3. Los detalles específicos de las propuestas se darán a conocer al finalizar la mesa de discusión.

Patricia Orantes, ministra del Ambiente, indicó el pasado 28 de abril que la mesa de diálogo con los recolectores y recicladores ha sido “un proceso fructífero” y que se analiza en qué línea deben ir las modificaciones al reglamento, en las que se incluirá la participación de dichos sectores.

Adelantó que, como parte de esos cambios, se incorporará que cada gobierno municipal decida si da el paso a la separación en orgánico, reciclable y no reciclable —que establece el reglamento vigente—, o bien orgánica e inorgánica —medida que se impuso en 2021—.

“Lo más probable es que el municipio de Guatemala decida quedarse en una separación de dos tipos, temporalmente, para permitir que los recolectores de base tengan un período de transición”, señaló Orantes, y agregó que espera tener las reformas al reglamento en un corto plazo.

Por su parte, una fuente cercana a la negociación indicó que la propuesta de los recicladores —respalda por los recolectores— es que la basura se separe en dos grupos. Esta posición también es apoyada por las municipalidades, pues no cuentan con la infraestructura ni los mecanismos para una clasificación más amplia.

En proceso

La Asociación Nacional de Municipalidades (Anam) también solicitó al MARN una mesa de diálogo para discutir los cambios al reglamento; sin embargo, Sebastián Siero, presidente de la organización de comunas, informó que las autoridades ambientales cancelaron la reunión en tres ocasiones.

Siero, alcalde de Santa Catarina Pinula, indicó que en ese municipio se promueve la clasificación de la basura en tres grupos y que la comuna ya lo implementa, aunque no toda la población acata la medida. Por esa razón, se han impuesto multas a quienes depositan los desechos sólidos en espacios inapropiados.

“El ministerio sigue en una posición de figura autoritaria donde quieren sacar un reglamento sin tomar en cuenta a todas las partes. Para que esto funcione, tiene que ser consensuado; pero si no quieren sentarse con las municipalidades, el reglamento pasará a ser uno más de los cientos que hay en el país”, expresó Siero.

Mynor Espinoza, vocero de la Municipalidad de Mixco, indicó que la comuna ha realizado campañas sobre la clasificación de los desechos sólidos y ha sugerido a los comercios y recolectores su implementación. No obstante, reconoció que aún falta fomentar la cultura del reciclaje entre los mixqueños, pues no toda la población separa la basura que produce en sus hogares.

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Un paso necesario

Carmen Sierra, académica e investigadora del Instituto de Investigación en Ciencias Naturales y Tecnología (Iarna), consideró que la clasificación de los desechos en tres grupos es importante y representa un primer paso que la población debe asumir.

Gustavo Estrada, investigador y coordinador del Departamento de Ciencias de la Salud del Iarna, también considera necesaria la separación de la basura por parte de la población, aunque advirtió que “no se debe caer en la trampa de que eso es suficiente”, pues es indispensable dar seguimiento desde la generación, la recolección, el transporte, el tratamiento y la disposición final de los residuos.

Pese a que la clasificación de la basura es un paso necesario, recolectores indicaron que son pocos los hogares que la realizan, y que en la capital el porcentaje no superaría el 5%.

“La gente que paga su servicio, en el mejor de los casos, la echa en una bolsa y así llega a los camiones; pero mucha población la tira en las calles, en los barrancos y en los ríos. En la práctica, el reglamento no ha funcionado, porque siguen estirando su basura igual”, expresó un recolector.