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Origen de las posadas navideñas en Guatemala: una tradición que nació en la época colonial
Las posadas navideñas forman parte de las actividades tradicionales de fin de año. Descubra su origen en Guatemala.
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Las posadas navideñas llevan alegría a distintas localidades de Guatemala, pero también tienen un significado espiritual especial desde una perspectiva católica, una tradición que se remonta a la época colonial.
Las posadas representan el peregrinaje de San José y la Virgen María, así como el nacimiento del Niño Jesús, según la tradición católica. Estos eventos han perdurado a lo largo del tiempo porque evocan sentimientos de cohesión, hospitalidad y solidaridad entre vecinos.
Durante las posadas, los asistentes suelen compartir refrigerios como ponche y tamales, así como otros platillos tradicionales en Guatemala.
“El propósito es recordar cómo Jesús y María pidieron posada en muchos lugares, y les fue negado, antes de ser alojados en un lugar humilde. Se resalta el espíritu de acogida a los peregrinos y a su vez, a la comunidad que participa de la alegría del Dios que viene”, indica Fray Geovany Molina, párroco guatemalteco.
Origen y tradición de las posadas navideñas en Guatemala
El historiador Fernando Urquizú explica que las posadas se originan en la tradición popular. Al respecto, el profesional indica que se oficializaron en el Tercer Concilio Provincial Mexicano, en 1585, durante la época colonial.
Asimismo, diversas fuentes remarcan que el Hermano Pedro fue quien introdujo las posadas navideñas en Guatemala. Se dice que solía recorrer las calles de la Antigua Guatemala en compañía de algunos católicos. Se estima que fue el religioso quien transformó dicha costumbre española y la adaptó al contexto local, introduciendo elementos como las imágenes de José y María en lugar del Niño Jesús.
Urquizú añade que se efectuaban novenarios de casa en casa, con rezos que anunciaban la Nochebuena. A esta tradición se incorporaron otros elementos, como las piñatas de siete picos y las tortugas.
Simbolismo de la piñata en las posadas navideñas y otros elementos
Durante esa época, las piñatas eran estrellas hechas de barro cubiertas con tela, y contenían dulces tradicionales empaquetados en cajitas, así como frutas de temporada como manzanilla, jocotes y otras.
Un dato curioso sobre las piñatas de la posada es que cada uno de sus siete picos representa un pecado capital: ira, avaricia, soberbia, gula, lujuria, pereza y envidia. Otro detalle importante son las alfombras de pino, las cuales aportan un aroma peculiar a la tradición.
Según Urquizú, con el paso del tiempo se incorporaron otros elementos, como el sonido de la tortuga, un instrumento esencial cuyo origen se remonta a tiempos ancestrales. Una pieza musical característica de la época es Son Nochebuena, de Salvador Iriarte.
Posadas navideñas en la actualidad
En la actualidad, las posadas navideñas se siguen efectuando en distintas colonias de Guatemala.
“Aunque normalmente se acompaña con un misterio (Imágenes de José y María), hay otros quienes lo dramatizan, o bien, visten a niños de José y María. Lo más importante en una posada es el rezo. La unidad de la comunidad es lo que debe primar. La reflexión que Dios quiere nacer en nuestro hogar necesita que le abramos las puertas y le recibamos”, indica el párroco Molina.
Asimismo, el sacerdote comenta que elementos como los villancicos, los instrumentos musicales, los farolitos y el nacimiento enriquecen las posadas. “Se debe tomar en cuenta que es un momento propicio para orar en comunidad, compartir las actividades en la Iglesia, y promover la reflexión y oración familiar del misterio del Dios-con-nosotros”, concluye.