Aprendiendo a compartir, para enseñar a construir

Aprendiendo a compartir, para enseñar a construir

Ser un verdadero Rotaract es comprender que cada oportunidad de participar y aprender algo es demostrar que queremos hacer algo verdaderamente bien hecho. 

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Resumen Automático

26/05/2025 00:04
Fuente: Prensa Libre 

Eran los años 80. Guatemala vivía un conflicto armado interno. Muchos jóvenes recién graduados buscábamos nuestro rumbo, sin imaginar que un evento marcaría nuestras vidas para siempre.


En 1984, el Club Rotario Ciudad de Guatemala —el primero del país, hoy celebrando su centenario— convocó a un grupo de jóvenes para reactivar el Club Rotaract Ciudad de Guatemala. Una generación anterior ya había dejado huella: profesionales distinguidos, empresarios exitosos y los talentosos “niños jurídicos”.


Nos hablaron del movimiento Rotario, de Paul Harris, su fundador, y de sus principios. Harris creó el primer club en 1905, en Chicago, reuniendo amigos de distintas disciplinas con el fin de servir a los demás. Hoy existen más de 46 mil clubes rotarios en el mundo y 30 en Guatemala. Luego surgieron los clubes Rotaract (18 a 30 años) e Interact (12 a 17 años), con el propósito de formar a las nuevas generaciones.


Nuestra primera actividad fue asistir a una conferencia distrital en Costa Rica con rotaracts de toda Centroamérica. Fue emocionante viajar, conocer, convivir y aprender de Rotary. A muchos nos cambió la perspectiva. Nos sentíamos parte de algo grande, hermoso y bueno; cargados de fe en el futuro y de la mejora de nuestros países.

Cien años después, el movimiento rotario en Guatemala sigue cambiando vidas y comunidades.


De vuelta en Guatemala asumimos el reto de organizar la XI Conferencia del Distrito 424, en enero de 1985. El club creció rápidamente y fuimos juramentados. También estaba el Club Rotaract Guatemala Sur, con quienes organizamos la conferencia y compartimos una relación cercana. Nos guiaban cuatro exrotaracts —a quienes llamábamos “los cuatro fantásticos”— y el Club Rotario nos asignó un mentor, quien fue clave en nuestra formación y crecimiento.


Estudiamos la filosofía rotaria, su estructura, los roles dentro del club, cómo hacer sesiones efectivas y qué tipo de proyectos podíamos impulsar. Admirábamos lo que hacían los rotarios, nos encantaba ir a sus almuerzos en el Club Guatemala y conversar con ellos. Participamos en su conferencia del distrito, que fue maravillosa, lo que nos orientó para organizar la nuestra.


Después de la conferencia, bajo el lema “aprendiendo a compartir para enseñar a construir”, el Club Rotaract Ciudad de Guatemala volvió a florecer. Nuestro amor por Guatemala creció. Un rotario nos prestó una oficina —la “506” en zona 4— donde cada jueves sesionábamos, soñábamos y planificábamos para tomar acción. Todos teníamos una tarea, que cumplíamos con responsabilidad. Una vez al mes invitábamos a expertos o políticos, dos de ellos fueron presidentes de país. Llevábamos un libro de actas, que aún conservamos, donde se registraban nuestras actividades. Aprendimos a trabajar en equipo y a potenciar el talento de cada miembro. Forjamos amistades de por vida.


Pronto vivimos el lema rotario, “se beneficia más quien mejor sirve”. Hicimos muchos proyectos, nos poníamos metas y disfrutábamos cada etapa hasta su fin. Mención especial de Nuestros Niños del Altiplano, que duró varios años y apoyó con educación y salud a niños de dos aldeas en San José Poaquil. El primer Foro de Alcaldes del municipio de Guatemala, evento muy exitoso desarrollado con mucho profesionalismo, a pesar de nuestra juventud. Y la Teletón Uspantán Toda Guatemala te Ama, organizada junto a la cantante Elizabeth, logró unir a todo el país en apoyo a los damnificados del terremoto de 1985, evento concurrido e inolvidable que reafirmó nuestro compromiso por servir a Guatemala.


“Dar de sí antes de pensar en sí,” es una forma de vida. A cien años del Club Rotario Ciudad de Guatemala, celebramos el ejemplo de quienes han actuado con solidaridad, constancia y bondad. ¡Que ese espíritu siga inspirando nuevas generaciones y motivando acciones generosas por los demás!