Los aranceles de EE. UU. del 50% a las importaciones de acero y aluminio entran en vigor

Los aranceles de EE. UU. del 50% a las importaciones de acero y aluminio entran en vigor

La orden del presidente Trump busca ayudar a la industria siderúrgica de EE. UU., pero la demanda estadounidense de estos metales supera con creces la capacidad actual del país para producirlos.

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05/06/2025 00:10
Fuente: Prensa Libre 

Los aranceles estadounidenses sobre las importaciones de acero y aluminio se duplicaron el miércoles, mientras el presidente Donald Trump seguía aumentando los gravámenes sobre los metales extranjeros que, según afirma, ayudarán a revitalizar las acerías y fundiciones de aluminio estadounidenses.

La Casa Blanca calificó el aumento de los aranceles, que subieron de un 25% al 50% justo después de la medianoche, hora del este, como una forma de abordar “las prácticas comerciales que socavan la seguridad nacional”. Se anunciaron durante la visita de Trump a una fábrica de US Steel la semana pasada, y parecen destinados a ganarse el favor de los trabajadores y de la industria siderúrgica, incluidos los de estados de tendencia electoral incierta como Pensilvania, donde US Steel tiene su sede.

El aumento de los gravámenes ya ha irritado a aliados cercanos que venden metal a Estados Unidos, como Canadá y Europa. También han hecho sonar las alarmas entre los fabricantes de automóviles y aviones, los constructores de viviendas, las empresas de perforación petrolera y otras industrias que dependen de la compra de metales.

En una orden ejecutiva, Trump afirmó que el aumento de los aranceles “contrarrestará de manera más efectiva a los países extranjeros que se deshacen de acero y aluminio excedentes a bajo precio en el mercado estadounidense, socavando la competitividad de las industrias estadounidenses del acero y el aluminio”.

Kevin Dempsey, presidente del Instituto Estadounidense del Hierro y el Acero, un grupo industrial, elogió la medida. Dijo que China y otros países saturaban el mercado internacional, lo que dificultaba la competencia de los productores estadounidenses.

“Dadas estas difíciles condiciones internacionales, que no muestran signos de mejora, esta medida arancelaria ayudará a evitar nuevos aumentos de las importaciones que perjudicarían a los productores de acero estadounidenses y a sus trabajadores”, dijo Dempsey.

Sin embargo, las empresas que utilizan acero y aluminio para fabricar sus productos criticaron los aranceles, afirmando que añadirían costos para los consumidores estadounidenses.

Robert Budway, presidente del Instituto de Fabricantes de Latas, dijo que duplicar el arancel sobre el acero aumentaría aún más el costo de los productos enlatados en el supermercado.

“Este costo recae sobre millones de familias estadounidenses que dependen de los alimentos enlatados, recogidos y envasados por agricultores y fabricantes de latas estadounidenses”, dijo.

El aumento del miércoles es el último en una creciente serie de impuestos a la importación que Trump ha anunciado desde que regresó al Despacho Oval en enero, incluido el arancel del 25% sobre el acero y el aluminio en marzo. En conjunto, las tácticas comerciales del presidente han aumentado el temor a una recesión mundial y han agudizado la preocupación de las empresas estadounidenses por el costo de hacer negocios.

Los economistas han señalado que los aranceles sobre los insumos de las fábricas, como los metales, corren el riesgo de ralentizar la fabricación estadounidense, ya que aumentan los precios para las fábricas. Al aumentar el costo de fabricar automóviles, extraer petróleo y construir centros de datos, el aumento de los aranceles sobre el acero podría ralentizar otros objetivos del gobierno de Trump.

Un análisis económico publicado por la Comisión de Comercio Internacional de Estados Unidos, una agencia gubernamental independiente y bipartidista, sugería que, aunque los aranceles sobre el acero y el aluminio impuestos en el primer mandato de Trump ayudaron a los productores estadounidenses de acero y aluminio, perjudicaron a la economía en general al elevar los precios de muchas otras industrias, incluida la automovilística.

Los sindicatos estadounidenses y grandes empresas como Cleveland-Cliffs y US Steel, que cuentan con importantes redes de grupos de cabildeo, han argumentado que los aranceles son necesarios para mantener su actividad. Tras pasar apuros económicos durante años, US Steel acordó a finales de 2023 ser adquirida por Nippon Steel de Japón, aunque Trump tomará la decisión final sobre si la fusión puede llevarse a cabo o no.

Los gobiernos extranjeros se han mostrado molestos ante la idea de que sus exportaciones de acero sean una amenaza para la seguridad nacional de Estados Unidos, en parte porque la demanda estadounidense de estos metales supera con creces la capacidad actual del país para producirlos.

Canadá es el mayor proveedor extranjero de acero y aluminio de Estados Unidos. México, Brasil, Corea del Sur y Alemania son también importantes proveedores de acero, mientras que Emiratos Árabes Unidos, China y Corea del Sur suministran a Estados Unidos pequeñas cantidades de aluminio.

(El gráfico muestra la procedencia de las importaciones de acero (morado) y aluminio (azul) a Estados Unidos en 2024)

With Story: BC-METAL-TARIFFS-NYT — U.S. tariffs on steel and aluminum imports doubled on Wednesday, in what President Donald Trump called a matter of addressing “trade practices that undermine national security.” — Charts show origin of steel and aluminum imports by country at 5.65 x 3.65 — cat=f

El miércoles, la presidenta de México, Claudia Sheinbaum, dijo que el aumento de los aranceles era una orden injusta y sin fundamento jurídico. También advirtió que su país podría reaccionar con sus propias medidas la próxima semana.

“No estamos de acuerdo, no creemos que sea justa ni sostenible porque encarece todo”, dijo, y añadió que las autoridades mexicanas se reunirán con sus homólogos estadounidenses para negociar un acuerdo. “Si no se logra, pues estaremos anunciando también algunas medidas que tenemos que tomar necesariamente para proteger y fortalecer los empleos. No es un asunto de venganza”.

Históricamente, el comercio de acero de México con Estados Unidos ha sido deficitario, lo que significa que México importa más acero del que exporta.

El martes, Marcelo Ebrard, secretario de Economía de México, dijo que el país exigiría quedar exento de los aranceles más recientes. Al Reino Unido se le concedió una exención de los gravámenes sobre el acero y el aluminio como parte de un acuerdo preliminar que ambas naciones alcanzaron el mes pasado, y está por verse si otros países reciben un trato similar como parte de los acuerdos comerciales.

Canadá, que es a la vez el mayor exportador de acero a Estados Unidos y el mayor importador de acero estadounidense, respondió al arancel inicial del 25% de Trump con un arancel de represalia. Sin embargo, para permitir que los fabricantes se adapten y encuentren nuevas fuentes de suministro, suspendió el inicio de los aranceles hasta octubre.

Algunos fabricantes de acero canadienses han dicho que creen que los productores extranjeros están vendiendo ahora en Canadá acero que antes se destinaba al mercado estadounidense a precios injustamente bajos.

El primer ministro canadiense, Mark Carney, dijo el miércoles que su país no respondería inmediatamente a los aranceles. “Ahora mismo estamos manteniendo intensas conversaciones con los estadounidenses sobre la relación comercial”, afirmó. “Esas conversaciones están progresando”.

Unifor, el mayor sindicato del sector privado de Canadá, fue uno de los grupos que pidieron represalias inmediatas el miércoles. A ellos se unió Doug Ford, primer ministro de Ontario, la provincia donde se encuentran los tres mayores fabricantes canadienses de acero.

“No podemos cruzarnos de brazos y dejar que el presidente Trump nos presione”, declaró Ford a la prensa en Toronto. “Cada día que pasa genera incertidumbre en los sectores, agrega costos adicionales al acero. Así que tenemos que reaccionar de inmediato”.

Catherine Cobden, presidenta de la Asociación Canadiense de Productores de Acero, un grupo comercial, dijo que duplicar el arancel sobre el acero importado “básicamente cierra el mercado estadounidense a nuestra industria nacional”.

El arancel anterior del 25% sobre el acero ya afectaba a los productores canadienses. La asociación siderúrgica calcula que, desde la entrada en vigor del arancel en marzo, los envíos de acero a Estados Unidos desde Canadá han caído un 30%

“Los aranceles al acero a este nivel crearán disrupciones masivas y consecuencias negativas en nuestras cadenas de suministro de acero altamente integradas y para los clientes de ambos lados de la frontera”, dijo Cobden.

La Asociación Canadiense del Aluminio dijo en un comunicado el martes que la ampliación del arancel “hace económicamente inviables las exportaciones canadienses a Estados Unidos” y que “la industria puede verse obligada a diversificar el comercio hacia la Unión Europea”.

La electricidad representa alrededor del 40% del costo de fundición del aluminio, y el grupo comercial estimó que reemplazar el aluminio canadiense con producción estadounidense requeriría una ampliación de la generación de energía estadounidense equivalente a cuatro presas Hoover.

“La industria canadiense apoya el objetivo estadounidense de aumentar la capacidad de producción nacional de aluminio del 50 al 80%”, dijo el grupo. “Los aranceles punitivos no crean la certidumbre necesaria para las inversiones a largo plazo con alto consumo de capital. Incluso con una mayor producción nacional, Estados Unidos seguirá dependiendo de considerables importaciones de aluminio”.

Los analistas del sector han dicho que, hasta ahora, los aranceles estadounidenses no han frenado significativamente los envíos de las fábricas de aluminio canadienses. La industria estadounidense del aluminio es demasiado pequeña para sustituir significativamente las importaciones de Canadá sin expansión e inversión.

Century Aluminum, fabricante estadounidense de aluminio, anunció el año pasado que construiría la primera nueva fundición de aluminio en Estados Unidos en medio siglo, lo que duplicaría la producción nacional. Sin embargo, Estados Unidos seguiría dependiendo de las importaciones para la mayor parte de su aluminio.