Retroceso en la violencia homicida

Retroceso en la violencia homicida

¿Pero por qué en Guatemala nos hemos estancado y la tendencia se está revirtiendo?

Enlace generado

Resumen Automático

31/07/2025 00:03
Fuente: Prensa Libre 

Guatemala está sufriendo un retroceso en cuanto a la violencia homicida. Desde el año 2009, en que se tuvo una tasa de 45.7, hasta 2021, en que la tasa fue de 15.9 homicidios por cada cien mil habitantes, la tendencia era a disminuir la violencia homicida. Sin embargo, desde entonces hasta 2024, la tasa prácticamente se ha estancado y este año preocupa una tendencia al alza, ya que a julio de este año se sitúa en 17.3 homicidios por cada cien mil habitantes. ¿Qué nos está pasando? ¿Por qué no logramos que los homicidios bajen a niveles de Estados Unidos, cuya tasa fue de 6.9, o de Europa, que fue de 0.9 homicidios por cada cien mil habitantes en 2023?

El gobierno no está cumpliendo con su principal función, que es garantizar la seguridad y la justicia.

Nuestro país vecino, El Salvador, pasó de ser uno de los países más violentos del mundo a tener una de las menores tasas de homicidio, con 2.4 por cada cien mil habitantes. Mientras tanto, Honduras, con una tasa de 35, y México, con 25, son dos vecinos que no han podido controlar la violencia homicida. ¿Pero por qué en Guatemala nos hemos estancado y la tendencia se está revirtiendo? No es solo percepción, como diría con desdén el ministro de Gobernación; es una realidad con evidencias que ha quedado registrada para la historia.

Lo que El Salvador hizo para enfrentar la inseguridad en ese país tiene mucho de positivo, aunque no todo. No es correcto encarcelar a personas inocentes solo por sospechas; se debe garantizar el debido proceso a los detenidos. Sin embargo, los delincuentes y miembros de pandillas que aterrorizaban a la población están controlados y no tienen posibilidad de volver a las calles en un buen tiempo. Creo que valdría la pena adoptar algunas medidas que El Salvador ha implementado con éxito. El problema en Guatemala es que, al capturar a algún delincuente, los tribunales de justicia no pueden mandarlos a prisión en muchos casos por falta de pruebas, o porque el parte policial no ha sido elaborado adecuadamente. El tema es que no basta solo con incrementar la cantidad de agentes policiales; estos deben ir acompañados de un sistema de justicia robusto y efectivo que no devuelva a la calle a los verdaderos delincuentes.

La falta de justicia tiene atemorizado al país. La gente ya comienza a tomar la justicia por sus propias manos. Lo vimos con los delincuentes que tenían hartos a los vecinos de Santa María de Jesús y que fueron acorralados, linchados y quemados vivos por la población. Los comentarios eran que los detenían los policías, pero los dejaban libres los jueces. Volvían a delinquir, y esto demuestra la impunidad del sistema.

Otro tema que está afectando al país es el narcotráfico. La guerra entre grupos que quieren controlar ciertos territorios y el comercio de drogas se ha hecho evidente a través de diversos tipos de asesinatos cometidos por grupos muy bien armados y organizados. ¿Cómo evitar esto? Para mí, no hay solución posible mientras las drogas sigan prohibidas en el mundo entero. La prohibición y la presión por parte de Estados Unidos provocan que existan estos grupos poderosísimos que compran policías, militares, jueces, diputados, ministros y hasta presidentes de diferentes países. El problema es que utilizan cualquier amenaza para lograr sus objetivos. Como dicen por ahí, ofrecen de quienes esperan algún favor dos metales: oro o plomo.

El gobierno no está cumpliendo con su principal función, que es garantizar la seguridad y la justicia. Para eso se formaron los gobiernos: para salvaguardar la vida, la propiedad y la libertad. En cambio, están dedicando los escasos recursos a muchas actividades que nada tienen que ver con su misión, descuidándola. Si algo es prioritario, es la seguridad y la justicia, y se debe trabajar de la mano, coordinando esfuerzos.