En un contexto de presiones fiscales y cuestionamientos por la baja ejecución presupuestaria, el Gobierno de Guatemala colocó un bono por US$1,500 millones a 30 años, con una tasa del 7% en dólares.

La emisión, realizada antes de una necesidad urgente de liquidez, ha generado críticas por el riesgo cambiario asumido, el elevado costo financiero y la falta de transparencia en el uso de los recursos.

Simultáneamente, el país se aproxima a una etapa clave para la formulación del presupuesto general 2026, sin que hasta ahora exista una hoja de ruta pública que defina los objetivos fiscales y estratégicos del Ejecutivo.

Para abordar este panorama, se realizó un análisis técnico con expertos sobre la ejecución del gasto, el nivel de endeudamiento y los desafíos fiscales que enfrenta el país.

Carlos Barreda destaca que el ministro Menkos no es alguien nuevo en las finanzas; por eso surge la suspicacia de estos bonos, señaló.

La gestión del gasto público y la deuda no es solo un asunto técnico, sino un tema profundamente político y ciudadano.

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Por Roxana de León