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¿Quién es el operador político del Ejecutivo en el Congreso? Así se mueven las fichas entre Samuel Pérez y José Carlos Sanabria
En un Congreso fragmentado, la pregunta marca el rumbo de decisiones clave como el Presupuesto 2026, la elección del fiscal general y de magistrados. Aquí le explicamos quién representa hoy al Ejecutivo.
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A las puertas del segundo periodo ordinario de sesiones en el Congreso, con el Presupuesto del 2026 en la mira y decisiones clave — como las elecciones de segundo grado — cobra relevancia identificar la interlocución del Ejecutivo en un Poder Legislativo cada vez más fragmentado.
Aunque el diputado Samuel Pérez ha sido una de las voces visibles del oficialismo, reconoce que el rol de enlace entre el Ejecutivo y el Congreso le corresponde a José Carlos Sanabria desde finales del año pasado.
“Hay un rol que se le asignó a mi colega José Carlos Sanabria, que es tener relación con el Ejecutivo… suele ser él quien tiene comunicación con los ministerios”, explicó Pérez.
La cancelación del Movimiento Semilla no les permite integrar bloque. Sin embargo, Sanabria ha asumido un papel activo en las negociaciones, siendo señalado por diputados de otras bancadas como el articulador más visible del oficialismo en el Legislativo.
Sin embargo, el trabajo político —insiste Pérez— es colectivo. La dirigencia se reparte, asegura, entre él, Sanabria, Laura Marroquín y Victoria Palala. Todos mantienen conversaciones con distintos bloques legislativos.
“No tenemos diferencias ideológicas con la otra facción. A veces platican conmigo, a veces con José Carlos, Román Castellanos, Andrea Villagrán… hay diálogos en paralelo”, dijo Pérez. Aun así, admite que las relaciones personales pesan: “Suelo tener buena relación con diputados que ayudaron con su voto a la presidencia del Congreso”.
Raíces, el grupo que busca convertirse en partido político se conforma por exmiembros de Semilla, impulsará iniciativas como una ley para eliminar seguros privados en el sector público, otra sobre áreas verdes urbanas y la Ley de Aguas. “Queremos evitar que las iniciativas solo se lean y no se apruebe nada”, apuntó Pérez.
A pesar de la suspensión formal de Semilla y que sus diputados figuren como independientes, el compromiso con el Ejecutivo, dice, se mantiene: “Vamos a apoyar el presupuesto que necesite el presidente”.
Sanabria explicó que su rol actual responde a una labor de articulación desde el oficialismo. “Buscamos acuerdos y diálogos con múltiples actores. Tenemos un Congreso altamente fragmentado, y eso nos obliga a conversar con todos”.
Sobre el presupuesto del 2026, señaló que el proceso sigue en marcha, pero su aprobación es vital.
Aunque reconoce la dificultad de los consensos, Sanabria también ve una posibilidad: “Yo creo que las crisis hay que verlas también como oportunidades. Cada vez hay más bloques que muestran interés por coincidir en una agenda mínima”.
Presidencia habla de su papel
Desde el Ejecutivo se reconoció a José Carlos Sanabria como figura activa, pero se admite que la articulación no depende solo de una persona. El ministro de Finanzas coordina el presupuesto, el de Comunicaciones la agenda de infraestructura Sanabria es una figura cercana al presidente, según fuentes del Congreso.
La Presidencia confirmó que Sanabria cumple un papel relevante, sobre todo por su cercanía con el presidente Arévalo, ya que fue parte de su equipo de asesores durante su periodo como diputado.
Sin embargo, se señaló que, en el contexto actual —marcado por la suspensión del bloque Semilla y una amplia fragmentación del Congreso— la interlocución ha tenido que diversificarse, donde asesores e incluso ministros se involucran directamente en las negociaciones.

“El Gobierno se asumió en un Congreso fragmentado”, afirmaron, y aseguraron que la estrategia ha consistido en mantener diálogos con distintos sectores en el Congreso.
Castellanos y el primer año
En contraste con el actual protagonismo de Sanabria, Román Castellanos fue clave en la articulación del presupuesto el año pasado, según recordó José Chic, diputado de VOS. “Hoy Raíces tiene representación en la Comisión de Finanzas —ocupada por Castellanos—, que en su mayoría es opositora”.
Chic subrayó que, además del presupuesto, el Congreso enfrentará decisiones cruciales en adelante con las próximas elecciones: TSE, CC, Contraloría y la comisión de postulación para el Ministerio Público. “Lo que habrá que preguntarse es a quién va a respaldar Bernardo. Si va a respaldar a Samuel o a Sanabria. Eso va a marcar con quién se sentarán el resto de las bancadas”, señaló.
Aunque se han discutido reformas a la Ley Orgánica del Congreso para resolver la situación de los bloques independientes, aún no está clara la dirección del oficialismo para el segundo período legislativo, especialmente en la previa a la elección de Junta Directiva y en decisiones que involucren a los Consejos de Desarrollo.
“Hoy se entiende que Sanabria y los diputados alrededor de él representan al gobierno central. Los otros son aliados, en teoría, pero no sé si se les puede llamar oficialistas”, añadió Chic.
Desde su perspectiva, Sanabria se muestra más abierto a dialogar, un aspecto que podría ser determinante ante las decisiones importantes que se avecinan.
Una figura más visible
Mario Gálvez, segundo secretario del Congreso y parte de una facción disidente de la UNE, dijo que la relación Ejecutivo-Legislativo ha sido poco clara, pero “en las últimas semanas se ha identificado más la labor de Sanabria”.
“Tuve comunicación con ambos… pero ahora se nota más a Sanabria”, dijo. Será en el debate presupuestario cuando se definan formalmente los interlocutores del oficialismo.
Elmer Palencia, de Valor, coincide en que no hay una figura definida: “No se sabe quién es quién. Esta ambigüedad afecta temas como el presupuesto”.
Desde su óptica, la reforma del 2016 a la Ley Orgánica provocó una atomización de bloques. “Semilla es víctima de eso, al igual que UNE, VIVA y VOS”. Aunque reconoce los acercamientos del Ejecutivo —especialmente de Sanabria— cree que hay “ausencia de liderazgo”. “La productividad no solo ha bajado, prácticamente se ha estancado”, afirmó.
Falta de representatividad
Adim Maldonado, diputado de otra facción de la UNE, cree que el problema va más allá de identificar si Sanabria o Pérez es el interlocutor del Ejecutivo. A su juicio, la raíz de la inactividad del Congreso está en la falta de representatividad real en los bloques y la correlación de fuerzas, en especial por la proliferación de independientes: 23 de Semilla y 13 de otras bancadas.
“Creo que el tema del presupuesto va a ordenar el Congreso, porque he visto mucho desorden… tanto que ni siquiera ha habido sesiones”, señaló.
Con una composición fragmentada de 36 diputados independientes y 16 bloques sin cohesión interna, la capacidad de los jefes de bloque para generar consensos solo es simbólica. Aunque mantienen el título, en la práctica muchos no logran influir en las decisiones de sus bancadas. “De los 21 diputados que aún pertenecen a la UNE, solo 12 responden a Inés Castillo, jefe del bloque. Pero a mí no me representa”, ejemplificó.
Esta realidad genera un vacío en el que ni el oficialismo puede avanzar su agenda, ni los diputados independientes tienen acceso a las mesas donde se deciden los dictámenes de proyectos de ley. “Las consecuencias de ser independiente es no presidir nada, pero el voto pesa igual. Como no se les toma en cuenta, las agendas no avanzan”, advirtió.
Aunque entre grupos como el de Pérez y el suyo pueden sumar hasta 40 votos, insiste en que no tienen poder de decisión en comisiones, y poco en la discusión del pleno. “Estamos supeditados a que otro grupo de diputados imponga su sentir en los dictámenes”.
Consultado sobre si Pérez o Sanabria es el interlocutor del Ejecutivo, Maldonado fue tajante: “La única forma de que esto se solucione es reformando la Ley Orgánica del Congreso. De lo contrario, seguiremos en el desorden institucional, y aun siendo diputados oficialistas, de nada les va a servir”.
La reforma, sugiere, debería permitir a los diputados independientes participar con voz y voto en comisiones y mesas técnicas.
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