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Deportan a joven atleta guatemalteca tras presentarse a una cita migratoria
En reportaje de Los Ángeles Times se señala que redadas en prácticas de fútbol americano en secundarias de EE.UU. provocan temor en inmigrantes. Nory Santoy Ramos, de 17 años, destacaba como corredora de campo traviesa y pista.
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Las redadas de ICE se filtran sobre las prácticas de fútbol americano de escuelas secundarias, creando temor en familias y jugadores estudiantes.
Las recientes redadas del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE) en Los Ángeles han provocado temor entre estudiantes y familias migrantes, afectando directamente la asistencia a entrenamientos de fútbol americano en varias escuelas secundarias del centro de la ciudad.
Según un reportaje publicado por Los Angeles Times, más de 20 jugadores del Centro de Aprendizaje Miguel Contreras dejaron de asistir a las prácticas de verano luego de que agentes federales irrumpieran en la zona de MacArthur Park en vehículos blindados, con equipo táctico e incluso a caballo. “Los padres no quieren que sus hijos salgan de casa”, dijo el entrenador Manuel Guevara al medio estadounidense.
La situación ha puesto en alerta a otras escuelas como Roybal y Belmont, donde directores técnicos intentan contener el miedo entre los alumnos y sus familias. Muchos temen incluso asistir a los partidos durante la temporada de otoño.
Entre los casos más sensibles, el reportaje destaca la detención y deportación de Nory Santoy Ramos, una joven atleta guatemalteca de 17 años, corredora de campo traviesa y pista en el mismo centro educativo, quien fue enviada de regreso a Guatemala junto a su madre tras presentarse a una cita migratoria.
La deportación ha impactado profundamente a la comunidad escolar.
Las familias, muchas de ellas migrantes, también enfrentan recortes en programas extracurriculares y problemas de inseguridad en la zona, como violencia, drogas y pandillas. Mientras tanto, el miedo a nuevas redadas continúa alejando a los estudiantes de los espacios deportivos y educativos que antes consideraban seguros.
Por Roxana de León