El jueves 31 de julio, el Gobierno del presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, anunció que a principios de septiembre comenzará la construcción de un nuevo salón de baile de más de 8 mil metros cuadrados, ubicado en la residencia oficial del mandatario, la Casa Blanca, y valorado en US$200 millones.

La portavoz de la Administración republicana, Karoline Leavitt, explicó que la ampliación de la residencia presidencial obedece a que la Casa Blanca no cuenta con el espacio suficiente para organizar grandes eventos. “Otros presidentes han anhelado un espacio así. Trump ha expresado su compromiso de resolver el problema”, aseguró.

De acuerdo con Karoline Leavitt, el proyecto, con un costo estimado de US$200 millones, será financiado con donaciones del propio presidente Donald Trump y de otros “patriotas”. La construcción comenzará a inicios de septiembre y el mandatario espera que finalice antes de concluir su segundo mandato, en enero del 2029.

Además, según la secretaria de Prensa de la Casa Blanca, la empresa encargada será la constructora estadounidense Clark, con sede en Richmond, Virginia, responsable de proyectos emblemáticos en la capital de los Estados Unidos, como el estadio Capital One Arena, sede de los Washington Wizards de la NBA, y el complejo L’Enfant Plaza.

Trump dejará su marca en la Casa Blanca

El diseño del nuevo salón de baile, encargado a la firma de arquitectos McCrery Architects, también con sede en Washington, presuntamente conservará el estilo neoclásico estadounidense, para que la nueva instalación, ubicada en el ala este de la Casa Blanca y “separada de manera sustancial” del edificio principal, mantenga toda la armonía.

Ante esta situación, el mandatario republicano continuará con reformas en la Casa Blanca para poder adecuarla a su gusto, con un salón de baile para las recepciones oficiales, con el objetivo de dejar su sello personal en la residencia oficial y lugar de trabajo del presidente de Estados Unidos, construida a finales de 1792, hace 233 años.

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“Durante 200 años, presidentes, administraciones y el personal de la Casa Blanca han anhelado una gran sala de recepciones”, agregó Leavitt, al detallar que el salón tendrá capacidad para 650 personas y que su propósito será acoger las cenas ofrecidas a los jefes de Estado, que hasta ahora se celebran en un pabellón instalado en los jardines.

El nuevo salón de baile será, de acuerdo con las maquetas de la Casa Blanca, un edificio blanco rodeado de columnas y con una fachada que recuerda a la entrada del inmueble principal. Será construido en el sector de la actual ala este, donde tradicionalmente se ubican las oficinas de la primera dama del país, la eslovena Melania Trump.

Desde su primer mandato presidencial, en el 2017, Donald Trump ha manifestado que uno de sus más grandes deseos es construir un gran salón de baile en la Casa Blanca, por lo que buscará inspiración en sus propiedades privadas, en particular en su lujosa residencia Mar-a-Lago, ubicada en Palm Beach, Florida.

Además de la construcción del salón, el mandatario republicano ha pavimentado el césped de la famosa Rosaleda de la Casa Blanca y recargó el Despacho Oval con adornos dorados, además de instalar dos enormes banderas estadounidenses en los jardines, con el objetivo de seguir dejando su huella en la residencia presidencial.