Este lunes 9 de junio, el Comando Norte de los Estados Unidos, uno de los 11 comandos combatientes unificados del Departamento de Defensa de la nación norteamericana, confirmó que más de 500 marines en la base de Twentynine Palms, a casi 126 kilómetros de Los Ángeles, “están preparados para desplegarse”.

El Cuerpo de Infantería de Marina de los Estados Unidos, conocido como “Marine Corps”, es una rama estadounidense que se especializa en utilizar las Fuerzas Armadas de EE. UU. para poder enfocarse en operaciones expedicionarias y respuestas rápidas, principalmente para atender conflictos o crisis, tal como está sucediendo en California.

Es por eso que, mientras la Policía de Los Ángeles intenta contener a los manifestantes con gas lacrimógeno, balas de goma y granadas aturdidoras, los marines son reconocidos por su formación rigurosa y su capacidad para desplegar fuerzas de combate con rapidez y eficacia, ya que están capacitados para adaptarse a cualquier caso.

De acuerdo con la cadena de televisión estadounidense Univisión, la tensión en la ciudad angelina “alcanzó un nuevo pico”, considerando que las protestas derivaron en múltiples enfrentamientos que dejaron varios arrestos y vehículos incendiados, en rechazo al despliegue de la Guardia Nacional, ordenado por el presidente Donald Trump.

Presencia militar en Los Ángeles

A través de sus redes sociales oficiales, el presidente Trump exigió “arrestos masivos” en Los Ángeles, por lo que autorizó el despliegue de más de dos mil miembros de la Guardia Nacional, una fuerza militar de reserva que normalmente se activa para misiones relacionadas con algunos desastres naturales, pero rara vez en disturbios civiles.

Ante esta situación, el gobernador de California, Gavin Newsom, indicó que el mandatario republicano “nunca mencionó el uso de tropas militares” durante la conversación que sostuvieron en la mañana del sábado 7 de junio: “El presidente Trump es un mentiroso descarado”, agregó el político demócrata durante una entrevista.

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Asimismo, la alcaldesa de Los Ángeles, Karen Bass, responsabilizó al Gobierno de Trump por la escalada de violencia en la ciudad: “Esto no se trata de seguridad pública, sino de una provocación deliberada”, añadió, ya que este fue el primer despliegue de la Guardia Nacional sin la autorización de un gobernador desde 1965, hace 60 años.

Por su parte, el jefe de la Policía angelina, Jim McDonnell, aseguró que las protestas se tornaron violentas cuando los manifestantes bloquearon una autopista, incendiaron al menos cuatro vehículos y arrojaron concreto, piedras y fuegos artificiales: “Los manifestantes fueron arrestados por embestir a la Policía con una motocicleta”, aseguró.

Según la secretaria de prensa de la Casa Blanca, Karoline Leavitt, el presidente Donald Trump se basó en “una disposición específica dentro del Título 10 del Código de Estados Unidos sobre Servicios Armados”, que permite el despliegue federal de fuerzas de la Guardia Nacional si “hay peligro de rebelión contra la autoridad del Gobierno”.

“El presidente puede llamar al servicio federal a miembros y unidades de la Guardia Nacional de cualquier Estado en el número que considere necesario para repeler la invasión, reprimir la rebelión o ejecutar las leyes”, afirmó Leavitt, quien considera que los actos de violencia de las protestas en California constituyen una forma de rebelión.