Aunque puede parecer una “droga inofensiva”, la ketamina puede desencadenar efectos adversos en el organismo. De acuerdo con la revista médica Elsevier, la ketamina se utiliza como droga de abuso. Además, esta publicación especializada puntualiza que su consumo se asocia con el de drogas de síntesis, lo que ha despertado la curiosidad de algunos adolescentes por ingerirla, aunque a simple vista parezca una sustancia inocua.

Desde el ámbito de la atención primaria se recomienda que, entre otras estrategias asistenciales, se adopten programas de reducción de daños y riesgos, según indica Elsevier.

Según esta revista médica, sus efectos deseados son hipnóticos, analgésicos y psicodislépticos. Cabe resaltar que el patrón de consumo mayoritario implica la ingesta paralela de otras sustancias ilícitas.

Los especialistas también recalcan que se deben considerar otros efectos, como el anestésico disociativo, así como riesgos y enfermedades asociadas. Aunque un derivado de la ketamina (la esketamina) está aprobado por la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA, por su siglas en inglés) para su uso anestésico, la ketamina como tal no cuenta con dicha aprobación.

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¿Qué es la ketamina?

La ketamina es un compuesto químico que se emplea como anestésico en humanos y animales, según el Instituto Nacional sobre el Abuso de Drogas (NIH, por su sigla en inglés). De acuerdo con especialistas, fue desarrollada hace décadas como una alternativa menos nociva que la fenciclidina, también utilizada como anestésico.

El NIH añade que la esketamina de la marca Spravato® sí está aprobada por la FDA para tratar la depresión resistente al tratamiento en adultos.

Sin embargo, existe una versión ilícita de la ketamina que se comercializa como líquido o polvo blanquecino. En inglés, es conocida popularmente como “Special K”, “K”, “Super K” o “Vitamin K”.

¿Cuáles son los efectos de la ketamina?

• Distorsión en la percepción de imágenes
• Alteración en la percepción de sonidos
• Sensación de confusión
• Parálisis temporal del habla o el movimiento
• Otros efectos similares

Es importante aclarar que la ketamina no está aprobada por la FDA para tratar trastornos mentales. A pesar de ello, algunas clínicas en Estados Unidos la prescriben, aunque su uso no está autorizado, según indica el NIH. Tampoco está aprobado su uso para tratar trastornos derivados del consumo de sustancias.

Efectos secundarios a corto plazo

• Dolor de cabeza
• Mareos y somnolencia
• Dificultades para hablar
• Sensación de extrañeza o de estar “alocado”, según el NIH
• Visión borrosa
• Entumecimiento
• Aumento de la presión arterial y de la frecuencia cardíaca
• Depresión respiratoria
• Otros problemas graves, algunos de ellos potencialmente mortales, según expertos

El uso prolongado también puede afectar la memoria y desencadenar cuadros de depresión o ansiedad, entre otros efectos adversos.

En cuanto a los síntomas de adicción, el NIH señala que la ketamina puede generar cambios cerebrales similares a los producidos por drogas con potencial adictivo. Sin embargo, se aclara que aún faltan estudios concluyentes al respecto.

(Esta información es de carácter orientativo y no sustituye el consejo profesional)