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Sala rechaza unificar amparos de la defensa de María Fernanda Bonilla y mantiene audiencias separadas
La Sala Primera de Mayor Riesgo rechazó la petición del abogado Saúl Zenteno Téllez, recién incorporado como defensor de María Fernanda Bonilla —señalada del asesinato de Melisa Palacios en complicidad de su guardaespaldas José Luis Marroquín— para unificar en una sola audiencia dos acciones de amparo programadas para el 8 de diciembre. Ambas audiencias —una […]
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La Sala Primera de Mayor Riesgo rechazó la petición del abogado Saúl Zenteno Téllez, recién incorporado como defensor de María Fernanda Bonilla —señalada del asesinato de Melisa Palacios en complicidad de su guardaespaldas José Luis Marroquín— para unificar en una sola audiencia dos acciones de amparo programadas para el 8 de diciembre.
Ambas audiencias —una prevista a las 8:00 y otra a las 10:00— se celebrarán por separado, como estaba previsto.
Zenteno, un abogado conocido por haber logrado la desvinculación en Guatemala del excandidato presidencial Manuel Baldizón en al menos cuatro causas de corrupción, fue contratado por Bonilla y Marroquín tras la salida de la exabogada Victoria Gobern García, quien llevó el caso desde que fue trasladado a la capital. Su llegada implica un viraje en la estrategia jurídica, aunque los amparos en cuestión fueron planteados previamente por Gobern.
AMPAROS EN DISPUTA
Las acciones de amparo buscan corregir dos decisiones adoptadas por la jueza de Mayor Riesgo C, Carol Patricia Berganza, en la audiencia del 2 de septiembre de 2025. En el primero, la defensa reclama que Berganza envió a juicio a Bonilla por asesinato, y no por homicidio en estado de emoción violenta, como inicialmente la Fiscalía planteó en la acusación escrita. Durante la audiencia, sin embargo, el fiscal del caso solicitó explícitamente que se modificara la calificación a asesinato, argumento que la jueza acogió.
El segundo amparo cuestiona que la judicatura celebrara primero la etapa intermedia y enviara a ambos a juicio —pese a que la defensa había solicitado una audiencia de aceptación de cargos—. Según el amparo, la aceptación de cargos debe tener prioridad y celebrarse antes de cualquier otra fase, mientras que en este caso se concretó después de que fueran enviados a debate.
En su resolución, la Sala Primera dejó claro que ambos reclamos responden a actos jurídicos distintos y, por tanto, no procede acumularlos. “En cuanto a lo solicitado (…) No Ha Lugar, toda vez que el acto reclamado es diferente en cada Acción de Amparo”, sostuvo el tribunal, al describir que uno impugna la modificación del delito y el otro, una resolución sobre actividad procesal defectuosa.
La incorporación de Zenteno se produce después de una serie de derrotas procesales para Bonilla: cuatro recusaciones contra la jueza Berganza fueron rechazadas, lo que consolidó a la juzgadora al frente del expediente.
FASE DECISIVA
La próxima semana será determinante. El 11 de diciembre está fijada la audiencia de ofrecimiento de prueba, en la que el Ministerio Público, los querellantes y la defensa deberán definir qué evidencias llegarán al debate oral y público, así como la eventual fecha del juicio.
La defensa de Bonilla lleva meses intentando apartar a la jueza del caso. El intento más reciente consistió en presentar una denuncia penal contra Berganza por prevaricato e incumplimiento de deberes, bajo el argumento de que no permitió realizar una audiencia de aceptación de cargos. Esa audiencia, no obstante, había sido abandonada previamente por la propia defensa. El recurso tampoco prosperó.
Con el control judicial intacto, Berganza deberá conducir la siguiente etapa del caso, uno de los expedientes de mayor atención pública del país.
EL CASO
Melisa Palacios desapareció el 4 de julio de 2021 y su cuerpo fue localizado al día siguiente en Río Hondo, Zacapa. La acusación señala a Bonilla como presunta autora intelectual del asesinato y a su exguardaespaldas, José Luis Marroquín, como presunto cómplice.
La Fiscalía sostiene que cuenta con elementos clave: las últimas comunicaciones entre Palacios y Bonilla, así como un audio que habría sido grabado minutos antes del crimen y que se ha convertido en una de las pruebas más relevantes del expediente.
El caso, que combina disputas legales, cambios de estrategia y una creciente tensión entre defensa y judicatura, avanza hacia su fase crucial mientras la Sala Primera mantiene separadas las dos audiencias de amparo que podrían definir parte del rumbo procesal.
