TGW
Guatevision
DCA
Prensa Libre
Canal Antigua
La Hora
Sonora
Al Día
Emisoras Unidas
AGN

Guatemala en la encrucijada: la ruta clara para el cambio
Somos una república democrática y la clave del cambio está en una ciudadanía que no se rinde ante resistencias, abusos e injusticias.
Enlace generado
Resumen Automático
Guatemala anhela un futuro distinto. Sus problemas centrales, aunque profundos, tienen solución. La transformación requiere un compromiso firme de los tres poderes del Estado y de una ciudadanía empoderada, informada y participativa. El poder decisivo para romper el ciclo del subdesarrollo está en nosotros mismos.
El Poder Legislativo: Representar con justicia. El Congreso debe priorizar la reforma a la Lepp para asegurar candidatos íntegros, sancionar el transfuguismo y promover nuevos liderazgos. Urge una Ley de Probidad con sanciones severas y una Ley de Compras con supervisión ciudadana. Un sistema tributario progresivo, el fomento al empleo digno y una Ley de Inclusión para pueblos indígenas y marginados reducirían la desigualdad. Se necesitan leyes efectivas, inclusivas y con enfoque comunitario para un desarrollo equitativo.
El Poder Judicial: Garantizar la legalidad. Un Organismo Judicial imparcial es vital para combatir la corrupción. Debe sancionar a los jueces corruptos, agilizar los casos de soborno, fortalecer la defensa y garantizar el acceso a la justicia en idiomas mayas mediante juzgados comunitarios. Un OJ independiente, basado en meritocracia, será el pilar de la estabilidad institucional estableciendo un verdadero estado de derecho. Urge invertir en tecnología para agilizar los procesos, garantizar la seguridad y también promover la educación y especialización judicial.
El Legislativo debe legislar con justicia, el Judicial garantizar la ley y el Ejecutivo liderar con transparencia, pero la Ciudadanía es quién logra la transformación.
El Poder Ejecutivo: Liderar con transparencia. El Ejecutivo debe transparentar los ingresos y egresos estatales en tiempo real, fortalecer la Contraloría y reformar las compras públicas. Para reducir desigualdades, es clave reformar e invertir en educación de calidad, salud, seguridad y sustituir los programas de apoyo social por facilidades de crédito a los marginados. Nuestra economía requiere de un Plan Nacional de Empleo Local con apoyo a Pymes y un diálogo entre el sector productivo y los líderes indígenas para prevenir conflictos. Se requiere de acuerdos comerciales justos, de alianzas estratégicas, de una comunicación efectiva con la ciudadanía y contar con un Plan Nacional de Desarrollo a 20 años participativo con objetivos claros, metas medibles y responsables definidos.
El poder de la ciudadanía: El corazón del cambio. La verdadera transformación de Guatemala reside en la ciudadanía que es la esencia de la democracia. Las manifestaciones de 2015 mostraron el poder de un pueblo unido contra la corrupción. Sin embargo, el cambio exige que filtremos la información y tengamos criterio. Es vital fortalecer nuestra educación cívica y política, fomentar la organización ciudadana y aprovechar la tecnología para participar y fiscalizar. Solo así podremos vigilar las acciones del Estado. La presión constante, la información veraz, las marchas pacíficas y el voto consciente son nuestras herramientas para construir el país anhelado. No deleguemos nuestro futuro a quienes han fallado. No votemos por quienes priorizan sus intereses sobre el bien común. El voto nulo y la abstención solo favorecen a la injusticia y la corrupción.
El momento es ahora. El Legislativo debe legislar con justicia, el Judicial garantizar la ley y el Ejecutivo liderar con transparencia, pero la Ciudadanía es quién logra la transformación. Con las recientes amenazas de bloqueos, el cambio es urgente y debemos asumir nuestra responsabilidad. Guatemala nos necesita despiertos, informados, participativos, respetuosos y en acción. Somos una república democrática y la clave del cambio está en una ciudadanía que no se rinde ante resistencias, abusos e injusticias.