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Inteligencia nada artificial
La decisión, la expresión y la acción están en la inteligencia nada artificial del ciudadano.
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En la era digital, de la interconexión, automatización y la artificialización del procesamiento de datos, cálculos y hasta generación de contenidos literales o gráficos, constituye toda una paradoja la prevalente carencia o deficiencia de oportunidades educativas para la niñez y juventud, a pesar del inmenso potencial existente. Sí, en plena era de la información, adolece de precariedades la formación de muchos potenciales; vivimos la época de expansión en el uso de inteligencia artificial, pero de estancamiento y limitaciones en el cultivo de la más valiosa, digna y fundamental inteligencia: la humana.
Y en este punto se deben subrayar claves que marcan esta dignidad, comenzando porque cada persona es única, irrepetible, con un alma y una trascendencia no solo mística, sino también emocional, histórica, social, estética, moral. Es por este mismo factor que hacen tanto daño las mediocridades de cabecillas perversos, politiqueros, y otras lacras corruptoras. Pero cada ciudadano tiene la posibilidad de marcar disenso inteligente y ético repudio en discurso y acción a favor de una sociedad mejor.
Hace 10 años, la Organización de Naciones Unidas propuso la conmemoración del Día Mundial de las Habilidades de la Juventud, cada 15 de julio, con la finalidad de resaltar la necesidad de dotar a los jóvenes de habilidades cognitivas, procedimentales y también intuitivas para un mejor desempeño en el mundo del empleo, el emprendimiento y el desarrollo de sus habilidades. Esta transmisión de capacidades y orientación de los talentos individuales requiere de la participación de padres o cabezas de familia, de docentes en todos los niveles de escolaridad, de líderes religiosos enfocados realmente en concretar la fe que proclaman y en autoridades de todo nivel que puedan aportar a esta causa, que a la larga es la única que cimenta el porvenir.
¿Qué ejemplo dan unos maestros coaligados con un bravucón para bloquear carreteras? ¿Qué inspiración dan politiqueros voraces que solo buscan copar potestades? ¿Qué futuro construyen figuras públicas que propician el clientelismo y la confrontación? La prueba de este daño está en los altos índices de migración, la brecha tecnológica y los altos índices de desnutrición prevalentes.
Para muestra, un talento: Santiago Martínez, de 14 años, obtuvo medalla de plata en matemáticas en la reciente olimpiada de dicha disciplina, en Singapur; en el 2024 logró también esa presea en Indonesia, y ahora se apresta para representar al país en China. Todo un orgullo nacional y, a la vez, un adolescente guatemalteco que tiene la oportunidad de estudiar primero básico en la escuela Benito Juárez, que posee un modelo virtuoso de estímulo al rendimiento de cada alumno. ¿Por qué no hay más escuelas así? ¿Por qué sucesivos gobiernos han optado por apostar a una camarilla de oportunistas que ha deteriorado la calidad educativa en el país?
Un solo caso de éxito debería ser motivo de inspiración para emprender un nuevo modelo de aprecio, valoración y cuidado de la inteligencia natural de tantos jóvenes guatemaltecos. A la larga, es la competitividad fundamental a la cual se debe aportar para un mejor país. Pero, por supuesto, se entiende que eso no le conviene a mentes retorcidas, opacas, convenencieras, transaccionalistas y despóticas de tantos politiqueros estafadores. Pero la decisión, la expresión y la acción están en la inteligencia nada artificial del ciudadano.